Repasamos este 2011 que nos ha dejado hace apenas una semana a través de once fotogramas, once flashes que tratan de resumir en pocas líneas lo que ha deparado un año cargado de noticias, sorpresas, novedades... y mucho cine.
Fotograma 1. El
año de Natalie
Sí, no podía comenzar
este especial sin hablar de ella, sin duda alguna la gran protagonista de 2011.
Y aunque todos nos habíamos enamorado de ella desde que debutara en 1994 en
“Léon (El profesional)” o en su participación en “Beautiful Girls” y la nueva
trilogía de “Star Wars”, no fue hasta su “Cisne Negro” que esta niña prodigio
nacida en Israel lograra el reconocimiento que llevaba mereciendo desde hacía
casi dos décadas. Con 30 años, su obsesivo papel de Nina en la formidable cinta
de Aronofsky le reportaba la mayoría de premios concedidos por la prensa y la
crítica estadounidenses. Se hizo con el Globo de Oro, el BAFTA, el Independent
Spirit Award, y finalmente el Oscar. Por si fuera poco, la película se
convirtió en todo un taquillazo sorpresa, logrando solo en Estados Unidos
superar los 100 millones de dólares. También en 2011 fue la compañera de
reparto de Thor en la exitosa adaptación del cómic de Marvel, protagonista de
la taquillera comedia “Sin compromiso” y protagonista a su vez de una burda
polémica por su embarazo sin estar casada, algo demasiado duro para la moral
yanqui.
2011 fue también el año
de Rose Byrne, vista en “X-Men: First Class” y en dos de las revelaciones del
año, la terrorífica y reivindicable “Insidious” y la graciosa “La boda de mi
mejor amiga”, que se convertiría en un éxito sorpresa, y donde también
descubrimos a una robaescenas recién salida del Saturday Night Live, Kristen
Wiig. Del SNL sale también Jason Sudeikis, que se dejara ver primero en “Carta
blanca” de los Farrelly, y posteriormente en “Cómo acabar con tu jefe”, uno de
los taquillazos del verano. Y también ha sido el año de Jennifer Lawrence,
nominada al Oscar por su potente interpretación en “Winter’s Bone”, y compañera
de reparto de Michael Fassbender en “X-Men: First Class”, otro actor que no ha
parado de trabajar en 2011. “Shame”, “Un método peligroso” y “Jane Eyre” avalan
el trabajo de este monstruo de la interpretación, inmejorable testigo del
Magneto de sir Ian McKellen. Así como el nuevo Xavier en el reboot de la
Patrulla X, James McAvoy, sustituyendo con convicción a Patrick Stewart.
Y ha sido el también de todo un niño prodigio que por fin recibe la atención que merece, Ryan Gosling, cuyas interpretaciones en filmes como "Drive", "The Ides of March" o "Crazy, Stupid, Love." han seducido a crítica y público. Y de una maravillosa actriz descubierta en "El árbol de la vida" de Terrence Malick, Jessica Chastain, de quien también disfrutamos en "Criadas y señoras" o "La deuda", entre otras.
Y ha sido el también de todo un niño prodigio que por fin recibe la atención que merece, Ryan Gosling, cuyas interpretaciones en filmes como "Drive", "The Ides of March" o "Crazy, Stupid, Love." han seducido a crítica y público. Y de una maravillosa actriz descubierta en "El árbol de la vida" de Terrence Malick, Jessica Chastain, de quien también disfrutamos en "Criadas y señoras" o "La deuda", entre otras.
Y no podía acabar este fotograma de los nombres del año sin él, sin el actor más poderoso del mundo.
Tom Cruise dominó el cine hollywoodiense durante casi dos décadas, hasta que su
popularidad cayó en picado tras sus bochornosas apariciones en televisión y su excéntrico
estilo de vida, lastrado por la Cienciología. El público le retiró su apoyo,
hasta que a finales de año, “Misión: Imposible – Protocolo Fantasma” se
convertía en el gran éxito inesperado de las navidades. A día de hoy ha
superado a la tercera entrega, y le queda poco para mejorar los datos de la
primera. Incluso la crítica se ha postrado a sus pies. Cruise parece haber
resurgido de sus propias cenizas. Sólo esperemos que sigua continuar su camino.
Fotograma 2. El
rey gana la partida
La noche del 28 de
febrero, los Oscar demostraban tirar más por la corrección que por la valentía
y el riesgo. La batalla estaba entre Tom Hooper y David Fincher, entre un
cineasta correcto y clásico en sus maneras y otro innovador, un genio del cine
al que, por qué no decirlo, los Oscar se le quedan pequeños. Ya en 2008 Fincher
veía cómo otro realizador visualmente potente y nervioso, Danny Boyle, se
alzaba con la dorada estatuilla y se la arrebataba de las manos con “Slumdog
Millionaire”, que no en vano resultaba de las más académicas de su filmografía.
Pero no pudo ser, y el rey Jorge VI ganaba la partida esta vez, a pesar de que
todas las quinielas apuntaban a que éste sería el año de Fincher, que con su
red social se acercaba a lo que la Academia desea de un film. Por cierto, si lo
de Natalie era cantado, también lo era lo de Colin Firth, soberbio en su caracterización
del tartamudo monarca, y lo de Christian Bale, el Dicky Eklund perfecto de “The
Fighter”.
Y ya que estamos,
hablemos de la gala. Presentada por una cómica Anne Hathaway y un desubicado
James Franco, que parecía estar allí por obligación y más preocupado por
twittear todo lo que ocurría que por quitar de su rostro esa expresión de “todo
me da igual”, la ceremonia fue decepcionante, tediosa, larga, sin emoción…
hasta que salió Billy Crystal. El antiguo presentador, y el mejor de los
últimos 20 años, salió a escena una vez más y sus cinco minutos fueron de lo
mejor de toda la noche, con permiso del juvenil y mujeriego Kirk Douglas. Tal
fue el impacto de su presencia que acabó siendo elegido como presentador de los
Oscar 2012, después de que Eddie Murphy renunciara tras la marcha del por
entonces director de la ceremonia, Brett Ratner, cuyas desafortunadas
declaraciones del tipo “el ensayo es para los maricones” no sentaron demasiado
bien a nadie.
Fotograma 3. La otra cara del cine español
Este título puede
parecer una perogrullada para muchos, pero 2011 fue el año en que el cine
español mostró su verdadera cara. La historia comenzaba realmente en 2009 con
la creación de la Ley Sinde, que en resumen trataba de defender los derechos de
autor a base de alienar la libertad del individuo para disfrutar de sus obras
favoritas de la manera que quiera. Para entendernos, la ministra Sinde y su
séquito pretendía cerrar las webs de descarga ilegales que se nutrieran de la
piratería, haciéndonos quedar a todos como delincuentes. Uno de los grandes
problemas de esta medida es la arbitrariedad con que se clausurarían dichas
páginas, pues un grupito de mandamases con un claro conflicto de intereses
elegirían a dedo a las afectadas.
En medio de tal
panorama, un hombre se convirtió durante los primeros dos meses de 2011 en gran
protagonista de nuestro cine por su valentía y empeño. Hablamos de Álex de la
Iglesia, proclamado en 2009 presidente de la Academia de cine y erigido como
nuevo héroe de la red a raíz de su desacuerdo con la ministra y de su defensa
de los grupos de internautas. El resultado fue su dimisión del cargo y su
ninguneo en la ceremonia de los Goya, la más desastrosa de toda su historia. Su
“Balada triste de trompeta” partía como favorita pero se convertía en la gran
perdedora de la noche, y de la Iglesia protagonizaba lo más interesante de una
gala que pasará a la historia como bochornosa, demostrando hasta qué punto la
política rige nuestros premios. Redes como Twitter hablaban sin cesar de las
fotos forzadas del por entonces presidente de la Academia y la por entonces
ministra de cultura. Pero, sobre todo, de este acertadísimo discurso que dio la
vuelta por los noticiarios y medios del país, y donde el director se despachaba
a gusto con sus detractores y hablaba de Internet como el futuro. A la ministra
se le acabó el chollo en noviembre con la entrada del PP al poder, pero su ley,
inicialmente desestimada, acabó siendo aprobada a finales de año con la misma
arbitrariedad que en sus comienzos. Ya sabemos, Spain is different.
Pero aquí no acaba la
cosa. No menos remarcable es la rueda de prensa de Tinieblas González. Más de
una hora de disertación acerca de cómo funciona una industria que vive
demasiado de unas subvenciones de las cuales se sirven los productores para
explotar a sus empleados por poco dinero pero sacando lo máximo posible. A
Tinieblas le robaron la película, no le pagaron, y alguien tras la cortina la
rehízo a su gusto y se embolsó el dinero de la ayuda del estado. Una vez más,
Spain is different.
Y una última muestra de
que Spain is different la tenemos en la SGAE, esa sociedad privada que ha hecho
de las suyas en los últimos años pretendiendo cobrarnos hasta por escuchar
música en la calle. El 1 de julio de 2011 recibían su merecido. Su por entonces
presidente Teddy Bautista y ocho directivos más fueron detenidos por
apropiación indebida, falsificación de documentos y desvío de fondos. Entre sus
muchas proezas se encuentran: lanzar campañas de publicidad en las que se
asociaba intercambio de archivos mediante programas P2P con delito; la copia
sin ánimo de lucro de obras originales; la aplicación del canon, que cobra por
cada copia de una obra audiovisual ya divulgada, y cuyos beneficios de más de
400 millones de euros se repartieron entre los socios, y se niegan a
devolverlos a pesar de que el Tribunal de la Unión Europea lo declarara ilegal;
recaudación en conciertos benéficos, llegando a amenazar con suspender los
mismos si no se les entregaba un porcentaje de la venta de entradas… Suma y
sigue.
Fotograma 4. Un
torrente para la taquilla española
Sí amigos, el héroe del
cine español ha vuelto para recuperar la muerta taquilla de 2010. Gracias al 3D de “Torrente 4: Lethal Crisis”,
el cine español ha recuperado parte del esplendor del que gozó en 2009. La
cinta de Santiago Segura es la película más taquillera de 2011, si bien hasta
último momento ha tenido que batirse en duelo con “Amanecer (Parte 1)”, que sí
que gana en cantidad de espectadores. Sea como fuere, la última entrega del
policía más chusco de nuestro cine ha visto sus cifras infladas por el precio
de un formato que ha sabido vender extremadamente bien, apostando por un 3D
cachondo y divertido. Incluso se convirtió en una de las más vistas a nivel
internacional, contando solamente los datos españoles. Sus 19,6M€ llevaron
durante los tres primeros meses la cuota de pantalla del cine patrio más allá
del 25%, llegando en algunas semanas a alcanzarse una cuota del 65%. Pero no
todo fue obra de Segura. El cine nacional vivió otros potentes éxitos durante
ese periodo, como “También la lluvia” o “Primos”, que aportaron su granito de
arena a la cuota de pantalla
Pasado el efecto Torrente,
la cuota bajó al 17% durante el segundo trimestre, porcentaje obtenido gracias
al taquillazo de “Midnight in Paris” –todo un exitazo también a nivel mundial-,
pero también a “Águila Roja” y “Un cuento chino”. El verano fue el periodo más
flojo, con una cuota que apenas alcanzaba el 9%, destacando productos como “Lo
contrario al amor” o “Amigos…”. Ya el último trimestre del año estuvo marcado
por los clásicos estrenos otoñales e invernales españoles que suelen triunfar
en esta época del año. Así, “La piel que habito”, “No habrá paz para los
malvados”, “La cara oculta”, “Mientras duermes”, “Intruders”, “Un dios salvaje”
y “Fuga de cerebros 2”, entre otras, se convertían en los grandes reclamos del
público. El total del cine español ha superado además al del año anterior, y
tres títulos se han convertido en número uno: “Torrente 4”, “Midnight in Paris”
e “Intruders”.
La cara amarga la ponen
los fracasos. Algunos títulos, pese a salvar la dignidad, se quedan lejos de lo
esperado, como “Amigos…”, “La voz dormida” o “Intruders”, mientras que otros
directamente pasaron con más pena que gloria, algunos de ellos a pesar de
contar con un excelente comienzo, como “Águila Roja” o “Encontrarás dragones”.
“No tengas miedo”, “Secuestrados”, “23-F”, “Verbo”, “EVA”, “No controles”, “XP3D”, “¿Para qué sirve un oso?”, “Capitán
Trueno y el Santo Grial” y “No lo llames amor… llámalo X” se convertían en
grandes fiascos, en una industria que basa su éxito anual en unos pocos
estrenos, mientras que la mayoría de los restantes se quedan sin gas.
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