viernes, 30 de noviembre de 2007

"The Key To Reserva": Scorsese dirige el último spot de Freixenet

Spielberg fue Kubrick durante dos horas en “A.I. (Inteligencia Artificial)”. Scorsese ha sido Hitchcock durante diez minutos en el nuevo spot de Freixenet. No es ninguna broma. Scorsese ha realizado el último anuncio navideño de la famosa marca y lo ha hecho como sólo los maestros son capaces de hacer. ¿La idea? Partir de un incompleto guión de Hitchcock y rodar la escena como lo habría hecho el gran maestro del suspense hace 50 años. ¿El resultado? El mejor anuncio de Freixenet de los últimos años, que ya estaban perdiendo el Norte. Les dejo el spot completo, para que comprueben cómo podría ser perfectamente una secuencia de una película de Hitchcock, con banda sonora de “Con la muerte en los talones” incluida.

domingo, 25 de noviembre de 2007

LA CRÍTICA

[REC] ****

Un estrecho pasillo sumido en la oscuridad, una inmóvil silueta al fondo y muchas habitaciones a los lados. Los actores avanzan hacia la silueta hasta que ésta queda iluminada por la antorcha de la cámara. Esta manera de acercamiento al horror se repite varias veces en “[REC]”, y en contra de resultar repetitiva ilustra perfectamente el secreto de esta película. Todo lo que vemos en ocurre a través del reducido encuadre de una cámara de televisión que nunca deja de grabar. Ahí radica la dinámica del miedo de “[REC]”, en reducir nuestro campo de visión y hacernos partícipes de la acción, en protagonistas de una pesadilla claustrofóbica en la que cada puerta del pasillo por el que nosotros también avanzamos puede esconder cualquier cosa.

En un año en el que las propuestas en el género zombie han dado la campanada en cuanto a originalidad y virulencia (entiéndase esto como el salvajismo más absoluto), desde Fresnadillo, quien también experimentó reduciendo el encuadre en la secuencia de visión nocturna de "28 semanas después", hasta Robert Rodríguez Rodríguez y la febril "Planet Terror". Parecía que ya nadie podría ofrecernos nada a la altura de lo ya visto. Y han sido dos de nuestras grandes figuras del terror y el fantástico más cercano a lo académico, Jaume Balagueró y Paco Plaza, las responsables de dar una nueva vuelta de tuerca al terror biológico con esta pesadilla no exenta de suave ironía hacia los medios de información.

“[REC]” es terror sin coartadas contado en primera persona, el mismo que sentimos al avanzar temerosamente por ese maldito pasillo oscuro, el desvío de dos prodigios de nuestro cine que abandonan por suerte sus arquetípicas historias de orfanatos y niños fantasmagóricos para darnos una descarnada lucha por sobrevivir en un escenario hermético, cuyo final es de esperar y el cual aceptamos ya resignados.

Por su metraje tan reducido como su envidiable puesta en escena pululan ecos a la ya inolvidable “El proyecto de la bruja de Blair”, icono de finales del siglo XX cuya claustrofóbica escena final sirve para entender lo que nos encontraremos en la obra de Balagueró/Plaza, que ya experimentaron algo parecido en cuanto a realización en “OT: La película”.

Tras esta película de personas encerradas en una jaula sus creadores puede que vuelvan a ofrecernos lo mismo de siempre. Una auténtica pena viendo el resultado final, ese carrusel que da tensión a raudales, alguna que otra escena previsible pero siempre anclada a su propia originalidad y su propio formato. Los veraces actores, el montaje que se permite osadías como los cortes o rebobinar alguna escena, una amenazante criatura final que reduce nuestro campo de visión aún más y sobre todo esa omnipresente cámara en mano han dado a esta película una ovación y varios premios en Sitges, entre ellos el de mejores directores y actriz para la televisiva Manuela Velasco (su elección no es casualidad).

Por fin Balagueró y Plaza demuestran de lo que son capaces, de hacernos pasar muchísimo miedo y sufrimiento de verdad. No se confíen ni un segundo durante el metraje, ni siquiera en los momentos de entrevistas. Cualquier cosa puede salir de las múltiples puertas a lo largo del oscuro pasillo.

Título original: "[REC]"; Género: Terror; Nacionalidad: España; Año: 2007; Duración: 75 minutos; Dirección y guión: Jaume Balagueró y Paco Plaza; Producción: Julio Fernández; Intérpretes: Manuela Velasco, Ferrán Terraza, Jorge Yamam Serrano, Carlos Lasarte

miércoles, 21 de noviembre de 2007

En paz descanse... Fernando Fernán-Gómez

Fue, es y será por siempre uno de los mejores directores, actores, guionistas y productores de la historia del cine español. Fernando Fernán-Gómez nos ha dejado a los 86 años de edad y lo hace con un testamento cinematográfico que incluye más de un centenar de películas, libros y obras teatrales a sus espaldas. Gran literato y miembro de la Real Academia de la Lengua Española, Fernán-Gómez cosechó en más de 60 años de profesión una de las trayectorias más distinguidas de la historia de nuestro cine.

“La vida alrededor”, “Ninette y un señor de Murcia”, “Ana y los lobos”, “Réquiem por un campesino español”, “El viaje a ninguna parte”, “Moros y cristianos”, “Belle Époque”, “El abuelo”, “La lengua de las mariposas” o “Todo sobre mi madre” son sólo un muestrario de su extensa filmografía, recompensada con múltiples premios que le convirtieron por ejemplo en el artista que más veces ha recibido un Goya y merecedor de un Oso de Honor en el Festival de Berlín 2005.

“Esto del cine es una mierda. Nada que ver con el teatro” decía su personaje de “El viaje a ninguna parte”. Lo decía con ese tono que tanto le caracterizaba. Todo un genio que perdurará en la memoria a través de su rotundo trabajo. Porque los grandes sobreviven para siempre.

martes, 13 de noviembre de 2007

Para Leer

¡Malditas películas!, de Miguel Ángel Prieto

Un recorrido por el celuloide oculto

¿Murieron todos los actores de “Poltergeist”? ¿Existe realmente el guión maldito? ¿Se pasean verdaderamente los fantasmas de estrellas como Rodolfo Valentino por diversos parajes de Hollywood? ¿Fueron necesarios como especula la leyenda equipos médicos durante las proyecciones del exorcista? ¿Fueron Bruce Lee, Jayne Mansfield, James Dean y el coche de este último víctimas de una maldición? Todas estas preguntas y otras muchas forman parte de la historia negra de la gran industria del cine.

Miguel Ángel Prieto hace un recorrido por más de cien años de celuloide oculto en “¡Malditas películas!”, por la superchería que rodea a la meca del cine, sus tragedias, sus supuestas maldiciones y rumores. Ilustrada su portada con una de las imágenes más representativas del terror cinematográfico, la de la llegada del padre Merrin a la casa en “El exorcista”, el libro comienza con el análisis de seis películas verdaderamente malditas, que parecía que nunca verían la luz, como si algo lo impidiese. El autor, periodista especializado en cine y música rock, analiza la relación entre la escasamente conocida “Incubus” y su relación con el esperanto; de la reivindicada “Performance” y los problemas que su atmósfera orgiástica (en el sentido literario del término, con Mick Jagger teniendo sexo con las actrices ante la cámara y con las drogas volando por el plató y la misma película) trajeron en su época para su distribución; el caótico rodaje y polémico estreno de “El exorcista” y las muchas muertes e incidentes asociadas a ella; la maldición que parecía acechar a “La semilla del diablo” y “La profecía”, y sobre todo las consecuencias que dicen tuvo para Polanski realizar la primera, asociado todo con Charles Manson; y por último la supuesta maldición que rodea aparentemente a la trilogía de “Poltergeist”, de la que fueron víctimas entre otras la pequeña protagonista, Heather O’Rourke, fallecida tristemente tras realizar la tercera entrega.

En su segunda parte, “¡Malditas películas!” nos lleva de la mano en un viaje por los sucesos más horrendos y que más conmovieron a la opinión pública en el siglo XX, extrañamente relacionados con la magia negra, el satanismo y demás creencias, y cuyos rastros se han dejado notar con rumores de fantasmas y apariciones de los implicados. Así, Prieto cuenta con bastante detalle y una genial selección fotográfica los acontecimientos que llevaron a James Dean (en la foto, junto a su “Pequeño bastardo”) a su prematura muerte y la relación de ésta con la televisiva Vampira; la relación fatal de Jayne Mansfield con el padre de la Iglesia de Satán, Antón LaVey, auténtico showman más que sacerdote de lo desconocido; la supuesta maldición de los Lee, plasmada con la muerte de Bruce Lee y veinte años más tarde de su hijo Brandon mientras rodaba “El cuervo”; la tumultuosa vida de Rodolfo Valentino (en la foto inicial de este párrafo) y el revuelo que causó a principios de siglo su muerte, con fans desvividas por lo sucedido y supuestas apariciones espectrales posteriores del artista; las desastrosas vidas de los niños protagonistas de “La pandilla/The Little Rascals” (¿recuerdan a Alfalfa y su flequillo?) tras abandonar la serie; y para terminar la maldición que parece haber caído sobre todos los actores que han encarnado a Superman (por ahora el último, Brandon Routh, se ha salvado), y también a algunos de los actores de las películas.

Finaliza este revival por el lado oscuro de Hollywood con una selección de apariciones fantasmales de actores y con los incidentes más representativos y extraños ocurridos durante los rodajes de películas como “La serpiente y el arco iris” o “Tres hombres y un bebé” (en la foto, el supuesto fantasma que aparece tras la ventana). El libro desmiente muchos de los rumores, arroja cierto atisbo de luz sobre lo que fue la verdad oficial y nos da un panorama de una industria alternativa, oculta, en la que las leyendas forjan historias a veces más interesantes que las que sus películas nos dan actualmente.

Año: 2007; Editorial: T&B Editores; P.V.P.: 17€

viernes, 9 de noviembre de 2007

LA CRÍTICA

Leones por corderos **

Preferiblemente cordero

La ceremonia de entrega de los Oscar de hace unos años se vio alterada por un agitador de masas nato, un documentalista mordaz aunque un tanto dado a la publicidad barata y ciertamente maniqueísta llamado Michael Moore. En aquel momento el señor Moore osó criticar abiertamente una administración, la del presidente Bush, que no funcionaba entonces ni sigue funcionando ahora, en una batalla mediática que ha venido perpetuándose en “Fahrenheit 9/11” y la reciente “Sicko”. Y fue en aquel momento cuando la hipocresía de la industria, materializada en un puñado de famosos que no se levantó de sus butacas a vitorear al orondo realizador, quedó patente. Pues prepárense, porque en los próximos meses el mismo Hollywood que no cuestionaba a su propia política nos va a fustigar con películas en las que la guerra de Irak y sus consecuencias son el eje de la trama.

De todas ellas posiblemente haya trabajos interesantes, como el de Paul Haggis y Brian de Palma, pero otros tediosos y un tanto panfletarios, como el “Leones por corderos” de Robert Redford. Alejándonos de trabajos como “El río de la vida” o “Quiz Show” queda claro, y sobre todo al ver su último trabajo, que Redford es un americano de pro que aboga por la libertad intelectual y moral, como también ha quedado claro en trabajos como actor en películas como “Todos los hombres del presidente”.

Director político cuando quiere, lo más ingenioso de “Leones por corderos” es la encarnación del personaje de Tom Cruise, que no su interpretación, todo un compendio de los grandes mandatarios de los Estados Unidos. Ahí acaba la grandeza de este discurso intelectualoide sólo para los realmente interesados en política. Lo demás no es más que tres historias a cual menos interesante acerca del cambio de ideales, una dirección nada arriesgada y sí muy académica del que debería ser un genio de la realización a estas alturas, y en definitiva una larga sesión de hora y media de interminables diálogos en una estructura y un desarrollo que en ningún instante consiguen atraer al espectador, con una discutible adhesión y cohesión entre las tres tramas paralelas.

Pero lo que sí desprende “Leones por corderos” es una acuciante fecha de caducidad. Estamos ante una película que debe ser vista en nuestra era, que con el paso de los años quedará desfasada, y que incluso a un no americano puede que no llegue a interesar realmente. En otras palabras, posiblemente sea relevante aún menos en Europa que en su propia casa. Es la suma en resumen de fecha de caducidad, de escasa proyección internacional y la falta de interés absoluto que despierta.

De alguien como Redford era de esperar un trabajo tan correcto que aburre, tan político y cargante que no es capaz siquiera de insuflar credibilidad a un Tom Cruise que no encaja en el papel, a una Meryl Streep que está sin más, y a un director-actor que no demuestra nada en ninguno de los dos bandos de la cámara. Y puede que esté pecando de cordero y no de león -la diferenciación entre quiénes son unos y otros es de lo más loable del film- al decir que lo que cuenta no me interesa en absoluto, o más bien me interesa poco por no ser atractivo el cómo lo cuenta. Espero no ser el único cordero entre el público.

Título original: "Lions for Lambs"; Género: Drama; Año: 2007; Nacionalidad: EEUU; Duración: 92 minutos; Dirección: Robert Redford; Intérpretes: Robert Redford, Meryl Streep, Tom Cruise

domingo, 4 de noviembre de 2007

LA CRÍTICA

Halloween: El origen **

“La noche de Halloween” es a la noche de los difuntos lo que en general “El exorcista” es al cine de terror. Podría parecer una afirmación exagerada, pero particularmente cuando hablas de cine de Halloween la película que lanzó a la fama al maestro de la serie B John Carpenter es un claro referente. Hollywood lo sabe y no ha perdido la oportunidad de realizar uno de sus constantes remakes con los que nos inundan en nuestros días. Y como suele ocurrir en la mayoría de las ocasiones, la nueva versión es menos original que la original, valga la redundancia.

El “Halloween” de 2007 no es una excepción, más bien da solidez a la conocida frase “nunca segundas partes fueron buenas”, o en esta ocasión “nunca las nuevas versiones son aconsejables”. Y es que los malditos hermanos Weinstein parecen estar detrás del resultado final de este remake-precuela del gran clásico de los 70, y como ya han hecho con parte del trabajo de Tarantino -seguimos sin personarles la escisión de “Grindhouse” y “Kill Bill”-, son capaces de echar por tierra lo que debía ser un gran trabajo.

El primer error cometido es contratar a Rob Zombie, el músico-director-guionista y un sinfín de registros adicionales que hiciera las delicias de este crítico con las experimentales “La casa de los 1000 cadáveres” y la más que recomendable “Los renegados del diablo”. Poner a un director tan prometedor ante la batuta de los crueles Weinstein es temer por el resultado, y en esta ocasión las manos de Zombie se dejan notar a trozos, pero el conjunto se tambalea.

Zombie pone su sello en la puesta en escena, en la elección de sus ya habituales Sheri Moon Zombie, William Forsythe o Ken Foree, en su respeto por los clásicos del celuloide y sobre todo en una primera mitad con aires de precuela, en lo que es posiblemente lo mejor de la película. Durante ese comienzo vemos la infancia de Michael Myers, su estancia junto al doctor Lumis (recuperado y espléndido Malcolm McDowell), la matanza de su familia y en definitiva cómo el niño se convirtió en monstruo. Aún así, aunque esto ya es un fallo que viene arrastrándose desde algunas de las secuelas del “Halloween” original, no es necesario conocer las razones de tal transformación. Zombie da una nada original versión de los hechos, pues su historia ya se podía ver por ejemplo en “Halloween: Resurrection”, y si nos fijamos bien poco concuerda con el comienzo de la cinta de Carpenter.

El resto no es más que el remake de la película que cumple en 2008 tres décadas, con escasas variaciones en el desarrollo de los acontecimientos, salvo por el momento de sinceridad fotográfico entre Michael y Laurie, cuya relación familiar no es explicada en esta película pero que los ya conocedores de la saga sabemos de sobra. Incluso Zombie se permite cometer la desfachatez de copiar algún momento del original, como el asesino oculto bajo la sábana.

Profundamente decepcionante sobre todo para los que confiábamos en su realizador, “Halloween: El origen” no es más que otra vuelta de tuerca sin sentido de la gran meca del cine a los clásicos, a los que vilipendia sin importar la originalidad ni la fidelidad. Carente de tensión y con una constante sensación de déjà vu -atentos a los créditos iniciales-, se echa de menos también a la virginal Jamie Lee Curtis. La reina del grito deja paso a una actriz que carece de su candidez y presencia, que no es capaz siquiera de soltar un grito digno de ser recordado. Las comparaciones son odiosas, y este fallido conato de análisis de la conducta humana carente de alma no aguantaría un combate contra el “Hombre del saco” de Carpenter. Aquél no precisaba psicoanálisis ni mucho menos la corpulencia de Tyler Mane para justificar sus actos. Lo suyo era pura maldad desmedida.

Estreno previsto para Enero de 2008

Lo mejor: los escasos toques de Zombie
Lo peor: no oír los gritos de Jamie Lee Curtis

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...