miércoles, 7 de enero de 2015

LA CRÍTICA. Cómo acabar sin tu jefe 2

Escrotos arrugados y vacíos
Si en “Cómo acabar con tu jefe” el trío protagonista confundía “Extraños en un tren” con “Tira a mamá del tren”, resumiendo así todo el espíritu de la cinta, aquí lo tienen más claro a la hora de escoger su referente. La elegida es “Nine To Five”, una referencia menor a la de las propuestas de Hitchcock y De Vito, una comedia que viene a encerrar como metáfora impremeditada el resultado final de esta secuela de incomprensible título en castellano. No, no hablo de que sus personajes sean el espejo cobarde de la Jane Fonda de aquella cinta, sino de que a fin de cuentas esta nueva entrega es muy inferior a su predecesora.

Bien es cierto que los escrotos de la primera estaban más que arrugados y vacíos, como diría el personaje de Kevin Spacey, y que en ese sentido una segunda parte era totalmente innecesaria. No había nada más que explotar en ella, pero el dinero manda, y no siempre genera más dinero, y mucho menos más calidad. Estos nuevos jefes horribles parecen ir bien hasta que aparecen el propio Spacey, y luego Foxx, y por último Aniston, que juntos podrían considerarse lo mejor de la función. A partir de ahí la nostalgia se activa y las comparaciones son más que odiosas.


Es como la metáfora del “Roar” de Katy Perry que usan en la película. Si tienes un buen día, te gustará. Si no, te parecerá una soberana tontería. Aquí viene a ocurrir lo mismo, y el que te guste más o menos dependerá de cómo tengas el día. En este caso el cambio de guionistas le ha sentado muy mal, y el recuerdo de la anterior tampoco la ayuda. Aquel enorme MacGuffin que suponían los diálogos del trío protagonista ha perdido toda la frescura. Aquí estos detalles parecen no llevar a ninguna parte. Falta esa comedia de enredo improvisada que  desprendía su predecesora y la nueva está falta de chispa, es previsible y su humor es más básico. Falta incluso el trío de jefes cabrones, pues ni Chris Pine ni su personaje tienen el carisma suficiente, ni Christoph Waltz está lo suficientemente aprovechado.


Lo que resulta es un film sencillamente entretenido. Esto podría ser bueno, pero “Cómo acabar con tu jefe” merecía algo más. O estabas a la altura o mejor no hacer una secuela. Y no han conseguido estar a la altura. Sí, tiene momentos francamente divertidos y desternillantes, pero en general es una comedia floja y olvidable, falta de innovación y funcional. Vamos, consigue que aquella sorpresa de 2012 roce la maestría.

A favor: las apariciones agradecibles de Spacey, Aniston y Foxx
En contra: no aguanta las comparaciones con su predecesora

Calificación *1/2

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