Si en “Cómo acabar con
tu jefe” el trío protagonista confundía “Extraños en un tren” con “Tira a mamá
del tren”, resumiendo así todo el espíritu de la cinta, aquí lo tienen más
claro a la hora de escoger su referente. La elegida es “Nine To Five”, una
referencia menor a la de las propuestas de Hitchcock y De Vito, una comedia que
viene a encerrar como metáfora impremeditada el resultado final de esta secuela
de incomprensible título en castellano. No, no hablo de que sus personajes sean
el espejo cobarde de la Jane Fonda de aquella cinta, sino de que a fin de
cuentas esta nueva entrega es muy inferior a su predecesora.
Bien es cierto que los
escrotos de la primera estaban más que arrugados y vacíos, como diría el
personaje de Kevin Spacey, y que en ese sentido una segunda parte era
totalmente innecesaria. No había nada más que explotar en ella, pero el dinero
manda, y no siempre genera más dinero, y mucho menos más calidad. Estos nuevos
jefes horribles parecen ir bien hasta que aparecen el propio Spacey, y luego
Foxx, y por último Aniston, que juntos podrían considerarse lo mejor de la
función. A partir de ahí la nostalgia se activa y las comparaciones son más que
odiosas.
Es como la metáfora del “Roar” de Katy Perry que
usan en la película. Si tienes un buen día, te gustará. Si no, te parecerá una
soberana tontería. Aquí viene a ocurrir lo mismo, y el que te guste más o menos
dependerá de cómo tengas el día. En este caso el cambio de guionistas le ha
sentado muy mal, y el recuerdo de la anterior tampoco la ayuda. Aquel enorme MacGuffin
que suponían los diálogos del trío protagonista ha perdido toda la frescura.
Aquí estos detalles parecen no llevar a ninguna parte. Falta esa comedia de
enredo improvisada que desprendía su predecesora
y la nueva está falta de chispa, es previsible y su humor es más básico. Falta
incluso el trío de jefes cabrones, pues ni Chris Pine ni su personaje tienen el
carisma suficiente, ni Christoph Waltz está lo suficientemente aprovechado.
Lo que resulta
es un film sencillamente entretenido. Esto podría ser bueno, pero “Cómo acabar
con tu jefe” merecía algo más. O estabas a la altura o mejor no hacer una
secuela. Y no han conseguido estar a la altura. Sí, tiene momentos francamente
divertidos y desternillantes, pero en general es una comedia floja y olvidable,
falta de innovación y funcional. Vamos, consigue que aquella sorpresa de 2012
roce la maestría.
A
favor: las apariciones agradecibles de Spacey, Aniston y
Foxx
En
contra: no aguanta las comparaciones con su predecesora
Calificación *1/2
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