viernes, 10 de abril de 2015

LA CRÍTICA. The Guest

Carne de videoclub
“Tú eres el siguiente” suponía el punto de inflexión en la carrera del tándem formado por el cineasta Adam Wingard y el guionista Simon Barrett, un giro hacia un cine más equilibrado que el que venían esgrimiendo hasta entonces. Era un producto que no buscaba crear algo nuevo, no ansiaba innovar, sino que se contentaba con coger los clichés del género de terror y sus múltiples referentes ochenteros y hacerlos propios, sirviendo un divertidísimo y cachondo survival en el que la víctima acababa convirtiéndose en justiciera, en cazadora en lugar de presa.

“The Guest” viene a ser la confirmación de que estos niños malos disfrutan apropiándose del trabajo de otros y vendiéndote lo mismo de siempre, pero con tal atino que acabas con la sensación de que has visto algo muy distinto a lo que estás acostumbrado. Es una película que empieza como carne de telefilm, con una historia que aspira a un thriller dramático al uso, en la que un ex combatiente se presenta ante la familia de un compañero caído en combate y poco a poco acaba inmiscuyéndose en sus vidas.


Ya desde su sinopsis sabemos que ese David –fenomenal Dan Stevens, uno de los grandes aciertos de la propuesta- de aspecto tan servicial pero mirada fija en la oscuridad esconde algo turbio, pero los maliciosos creadores de esta cinta van mutando la trama sin ningún tipo de prejuicios hacia el thriller de acción, hacia “Terminator” y las conspiraciones gubernamentales con pinceladas de humor negro, hacia el slasher ochentero y el cine de John Carpenter, al que hacen rinden pleitesía ya desde sus créditos iniciales y esa banda sonora tan repleta de sintetizadores, rematada por una excelente selección de temas musicales. Y esta nada acomodaticia mezcolanza de géneros y temáticas obligan a no encasillar a estos dos traviesos cineastas.


Pero también, más allá de los posibles agujeros de guión y de que tarde un poco en preparar el terreno antes de mostrar sus verdaderos rostros, esta imposibilidad a la hora de etiquetar a sus responsables y esa imprevisibilidad  de la que hacen gala puede dejar fuera de juego a más de uno y se les hará una cinta de lo más extraña, algo que ya le ocurría a “Tú eres el siguiente”, a la que no consigue superar, ni parece pretenderlo. Para todos los demás quedará un divertimento que juega a devolver la esencia del cine de los 80, de todas esas películas que antaño llenaban las estanterías de los videoclubes de barrio, antes de que la llegada de los formatos digitales y las descargas ilegales arrasaran con el cine tal y como lo conocíamos hace poco más de una década.

A favor: Dan Stevens, y esa mezcla imposible y desvergonzada de géneros
En contra: su imprevisibilidad y homenajes la pueden hacer extraña a más de uno

Calificación ***1/2
                                                                       Merece mucho la pena

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