Otra vuelta de tuerca
El comienzo y el
desenlace de esta segunda aventura cinematográfica del personaje creado por Stephen
Hillenburg vienen a funcionar como nexo de unión de lo que fuera el comienzo de
la serie animada de Nickelodeon. “Bob Esponja: Un héroe fuera del agua” se
convierte en algo así como un episodio piloto de larga duración de la serie
original, un regreso a los orígenes de la carismática y tontorrona esponja
amarilla ataviada con pantalones cuadrados.
No es la única vuelta
de tuerca que atesora esta propuesta para toda la familia. Porque un personaje
como Bob Esponja necesita no acomodarse en su asiento y el éxito fácil, y la
película se preocupa por contener momentos de auténtico ingenio. Y el más
importante de todos ellos es que cambia constantemente de géneros, estilos
narrativos, técnicas de animación e incluso sector de la audiencia en sus
ajustados noventa minutos. Coquetea sin vergüenza con la ciencia-ficción de
viajes en el tiempo y universos apocalípticos –soberbias las referencias a
filmes tan dispares y poco infantiles como “Mad Max”, “El resplandor” o “2001”-
y los sueños de golosina, a la vez que pasa en un abrir y cerrar de ojos del
cartoon de Tex Avery a la animación 3D mezclada con la imagen real, pasando por
el cine de superhéroes y el uso de marionetas.
Pero si bien se muestra
subversiva en lo que a narrativa se refiere, ya su guión e historia son otro
cantar. La acidez y el surrealismo del que hace gala la serie están presentes
aquí en ocasiones puntuales. Es como si el conjunto se hubiese dejado contagiar
por esa ingenuidad impostada que desprenden Bob, Patricio y los demás
habitantes de Fondo de Biquini, por ese aura de infantilismo que desprende el convenientemente sobreactuado pirada al que interpreta Antonio Banderas. En eso está a años luz de la anterior película
del personaje, mucho más anárquica en su libreto que la que nos ocupa, que
parece más preocupada por satisfacer al público más familiar antes que
mantenerse fiel al espíritu de su referente catódico. Posiblemente, la razón
esté en el cambio de guionistas y de director, y sobre todo, en la menor
implicación del creador en el proyecto.
Y con todo, lo que da “Bob
Esponja: Un héroe fuera del agua” es puro entretenimiento sin miramientos, sin
tomarse nada en serio a sí misma y sin preocuparse por ser algo más que un
pasatiempo lúdico. Eso sí, desde aquí es conveniente lanzar un mensaje de
advertencia: no se dejen llevar por su tráiler y su póster, y en general por ese
salto al 3D que ha centrado toda su campaña de promoción. Porque empieza tarde
y dura poco, y puede decepcionar a todo aquel que acuda a buscar precisamente
lo que le han vendido. Pero sobre todo porque no es sino otra vuelta de
tuerca más, y no la más importante.
A
favor: sus constantes vueltas de tuerca narrativas,
argumentales y estilísticas
En
contra: a su guión le falta más ese surrealismo y acidez
que definen al personaje
Calificación ***1/2
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