Hace
unos meses hablamos sobre el corto “Petra”,
el primer trabajo de las cineastas Ginebra Bricollé y Alejandra García, un
corto que entre muchos conseguimos sacar adelante gracias al crowfunding. Ya iba siendo hora de
echarle un vistazo al resultado final, y así se ha conformado la siguiente
crítica. Muchas felicidades a sus autoras por este interesante trabajo, y mucha
suerte.
Petra
y el sexo
Decía el periodista y
crítico francés Remy de Gourmont que de todas las aberraciones sexuales
posibles, la castidad era sin duda la más singular. Se equivocaba de medio a
medio. No debería existir nada aberrante en torno al sexo, ni siquiera la
abstinencia. Pero la hay. En pleno siglo XXI aún seguimos con tabúes en lo que
a sexualidad se refiere, tanto en un extremo como en el otro. Tan aberrante y
rara nos resulta la promiscuidad como la castidad. Y la cosa no mejora en
exceso a la hora de debatir sobre el tema. En plena época de la sordidez hecha
literatura para mojigatos, el cine tampoco escapa de los dichosos rombos
televisivos. El séptimo arte, ya lo decía Lynch, sigue mostrando de manera
aséptica algo tan poderoso y místico como el sexo, tanto ahora como hace medio
siglo. Como algo extraño, antinatural.
“Petra” viene a romper con
sutileza diversos tópicos e ideas preconcebidas en torno a una temática de la
que nos sigue dando vergüenza hablar en público. Podría decirse que se acerca
bastante al universo mujeril que Medem retrata en sus trabajos –imposible no
acordarse de “Lucía y el Sexo”, y de esas playas de Formentera-, en el sentido
de que explora la relación entre el sexo y la mujer, pero desde un punto de
vista aún más femenino, que para algo sus responsables son dos mujeres.
Pero, indudablemente,
con la que más puntos en común tiene es con “Shame”, de Steve McQueen, pero
ofreciendo la cara opuesta. Porque si en la fabulosa cinta protagonizada por
Michael Fassbender no se cuestionaba directamente esa vergüenza que padecía su
protagonista, en “Petra” las directoras y guionistas Ginebra Bricollé y
Alejandra García plantan la semilla de la duda acerca de lo que es o no normal.
¿Es más normal, y por ello menos criticable, la monogamia que disfrutar del
sexo abiertamente, sin ataduras sentimentales? ¿Qué es lo realmente normal? ¿Quién
decide que lo sea?
En torno a estas
cuestiones, y otras muchas, el personaje encarnado con puro magnetismo hacia la
cámara por Alba José realiza un viaje interior hacia su propia relación con el
sexo, y hacia lo que es normal en dicha relación. Contada de manera elegante
–fantástica la dirección de fotografía, la construcción de los planos, la
escena inicial-, y no precisamente de manera lineal, y ni siquiera de una
manera estrictamente apegada a la realidad –los segmentos que se nos presentan
podrían pertenecer perfectamente a ensoñaciones de su protagonista-, “Petra”
consigue en menos de veinte minutos abolir lo que el señor Gourmont clamaba, unas
palabras que no son sino el espejismo de los muchos vetos que rigen nuestra
conducta. Un espejismo en el horizonte en forma de pareja que goza sin
problemas de su sexualidad en una playa, sin preocuparse de si lo que están
haciendo entra dentro de lo aceptable. El problema está en los que les rodean.
Calificación ****
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