Recuperando el “mojo”
Echaba de menos al Joe
Carnahan de los comienzos de su carrera, al director descarnado, febril y
cargado de esteroides de “Narc” y, sobre todo, “Ases calientes”. Sí, defiendo
al responsable de esa locura palomitera que es “El equipo A” –ningún otro
director podría haber llevado mejor la mítica serie a la gran pantalla- y de la
estilosa, trascendental y vibrante “The Grey”, pero seguía echando de menos al
realizador que había antes de ser carne de la industria. Y con “Stretch” le
recuperamos en parte.
Lo de esta película es
una mezcla entre “Cita a ciegas” y “¡Jo, qué noche!”. Una noche interminable en
la que el protagonista, un malogrado actor de segunda que sobrevive como
conductor de limusinas para las estrellas, sufrirá para conseguir la
astronómica suma de dinero que unos mafiosos le reclaman antes de que acabe el
día. Un Hollywood anclado en los 90 –magistral el uso de los créditos, la
música y el hilarante cameo de David Hasselhoff para recordar toda una década-
en el que el personaje principal tendrá que lidiar a su vez con las
excentricidades de un multimillonario adicto a los excesos o las iras de la
competencia.
Carnahan hace sufrir
hasta el ridículo a un Patrick Wilson puteado y carismático, al borde del abismo
de la desesperación, en la noche en la que romperá sus ataduras y recobrará eso
que los americanos llaman el “mojo”. El talento y el talante, el sex appeal que
todos llevamos dentro, esa esencia que nos define y que clama por brotar a la
superficie. Y a la vez, “Stretch” es el grito desesperado de un cineasta que
ansía recuperar su propio “mojo”. Porque ésta es la película más difícil de
Carnahan, ésa que nadie quería distribuir y que supone un riesgo a asumir por
un realizador que ya tiene un pie asentado dentro de la industria. Sería como
si Michael Bay dejase de vilipendiar clásicos de terror poniéndolos en manos de
otro y se sentase en la silla a dirigir un film de género, por eso de quitarse la espinita
clavada de “qué habría pasado si…”.
Por eso, estamos ante la
cinta más libre del cineasta desde aquella “Ases calientes” que sigue siendo su
mejor trabajo hasta la fecha. Un ritmo endiablado y un reparto tan potente como
desatado –especialmente Chris Pine, que parece que tiene en Carnahan al
director con el que desmelenarse del todo- completan el espectro que ofrece
“Stretch”, una propuesta que puede hacerse excesiva pese a su corta duración,
pero que nos devuelve en plena forma a un artista que ha recuperado parte de su
esencia. No del todo, que la película pudo haberse desbocado aún más, pero ya
es algo.
A
favor: Patrick Wilson, Chris Pine, y recuperar al Carnahan
desatado
En
contra: podría haberse desbocado aún más, y aún así puede
resultar excesiva para más de uno
Calificación ***1/2
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