¿En qué gasta Hollywood su dinero?
Podría comenzar esta crítica haciendo un chiste fácil con el título de esta película, pero prefiero preguntarme quién
decide en Hollywood en qué gastarse el dinero. Hay películas a las que crítica
y público vapulean, como “Transformers: La era de la extinción”, que justifican
su existencia en base a sus asombrosas cifras en taquilla. Y, además, a nivel
técnico y artístico se evidencia cada centavo invertido. Pero hay otros productos
costosos de rentabilidad muy dudosa, incluso antes de su estreno. “Transcendence”
es un ejemplo de ello, una película que, por alguna extraña razón, ha costado
la friolera de 100 millones de $, y no ha conseguido recuperar ni siquiera su
presupuesto.
Pero la pregunta que me
hago no es en base a su rentabilidad, sino a su calidad. 100 millones hoy en
día no catalogan a una cinta de superproducción, pero sin duda es una cantidad
nada desdeñable para una película que no justifica en su factura técnica. “Transcendence”
es una de esas pelis que yo llamo de despacho. La mayor parte de sus escenas
transcurren en interiores, de manera intimista, girando en torno a diálogos
obvios que explican más que sugerir. Hay un par de efectos digitales, pero eso
no cuesta ni la mitad del presupuesto. No hay una gran holgura de medios, no
hay grandes decorados, tras la cámara no es que trabaje ningún profesional que
merezca sueldos astronómicos.
¿Serán sus actores?
Podría ser. Seguramente Johnny Depp se ha embolsado una cuarta parte del
presupuesto, y tener un reparto en el que confluyen nombres como los de Cillian
Murphy o Morgan Freeman no debe salir barato. ¿Pero merecen su sueldo? Pues
tanto como Messi el Balón de Oro del Mundial. Los secundarios están por estar,
no aportan nada a la trama, y bien podrían haber sido sustituidos por otros
actores. Pero lo peor es lo de Johnny Depp, cuya presencia en pantalla, a pesar
de ser la cabeza del cartel, se reducen a contadas apariciones en las que no
brilla especialmente -¿era necesario ese acento?-, como si no quisiera estar
ahí, dejando el protagonismo a Rebecca Hall, que hace lo que puede, y es junto
a Paul Bettany la que más podría salvarse de la quema.
Así que ya solo nos
queda su guión, que haya algo en ella que haya hecho que los productores
piensen que estamos ante la propuesta de ciencia-ficción del año.
Desgraciadamente, no es así. Su historia tiene potencial a pesar de la
mezcolanza de referentes –“El cortador de césped”, “A.I.”, “La invasión de los
ladrones de cuerpos” o “Her” son sólo algunos de los títulos que me vienen a la
cabeza-, pero el guión de Jack Paglen se ve incapaz de explotarlo al máximo.
¿Qué distancia de separación hay entre cerebro y alma? ¿Qué nos define como
seres humanos? ¿La única solución para encarrilar el planeta está en la
zombificación de nuestra especie? Temas tremendamente interesantes que el guión
se encarga de masticar para que no tengamos que pensar. Pero lo peor es que es
imposible simpatizar con ella, con sus personajes y lo que les ocurre. En otras
palabras, interesa más bien nada lo que nos tiene que contar. Su guión es tan
evidente y simple a pesar de pretender ser complejo y su estructura tan caótica –de repente pasan
dos años o cinco, lo mismo da- que acabas desconectando de ella. Y si un film
de ciencia-ficción acaba produciendo indiferencia, mal vamos.
¿Qué podríamos aplaudir
de ella? Debería ser su fotografía, ya que al fin y al cabo su director, Wally
Pfister, es director de fotografía. Pero recuerda tanto a sus trabajos con
Nolan –el pobre, ha tenido que producir la peli de su amigo- que ni esto es
reseñable. ¿Es “Transcendence” una mala película? Ni mucho menos, pero es un
producto indiscutiblemente fallido, en el que sus ambiciones temáticas no se reflejan
en sus méritos narrativos y estéticos. Tampoco es una buena película, y ni
llega al regular. Es más bien una decepción por lo que podría haber sido. Aún
me pregunto por qué se han gastado tanto dinero en ella. A Nolan le dan la mitad o el doble de presupuesto y hasta ahora no ha hecho más que buenas películas como mínimo. Pfister ha hecho justo lo contrario. Es totalmente
intranscendente. Lo siento, no he podido evitar el chiste fácil.
A
favor: las temáticas que aglutina
En
contra: todo en general, pero especialmente la indiferencia que produce
Calificación *1/2
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