Arma de destrucción inofensiva
Ya lo decía Tarantino
en “Malditos bastardos”. El cine es un arma poderosa capaz de cambiar el curso
de la historia. A “The Interview” le ha venido a ocurrir algo parecido. Su mera
existencia supone ya un acto declarado de guerra, una película que busca y
consigue provocar tan sólo con su simple argumento de dos periodistas
embarcados en una misión para acabar con la vida del dictador de Corea del
Norte. Ha apretado las tuercas necesarias para hacerse notar. Sony, metida o no
en el asunto desde el principio, ha logrado vender de manera masiva un producto
destinado al consumo fácil y convertirlo en imprescindible. En otras palabras,
como dirían sus protagonistas, nos ha engatusado.
Ha sido necesario
montar un teatro en torno a ella para que nos muramos por verla, para que en
cuestión de horas supere el millón de descargas y el millón de dólares en menos
de medio millar de salas. Porque, tras terminar su visionado, no hay mucho en
esta comedia donde rascar. Son dos cómicos haciendo las veces de los Dan
Aykroyd y Chevy Chase de “Espías como nosotros”, pero cambiando una amenaza del
este por otra. Unos Frodo y Sam viajando
para acabar con el enemigo que ha surgido en el este. Una especie de “Argo” en
tono de mofa bastante light y ramplona.
Si Kim Jong-Un la
viese, seguro que hasta se reiría con el intento de desmitificar su aura y le
preocuparía más su condición de película patriota a ultranza. “The Interview”
funciona más como reflejo del poder de penetración de la cultura pop
estadounidense en el resto del mundo que como la sátira política que se
presuponía que iba a ser. Incluso funciona mejor como ataque capitalista que
como comedia en sí. El humor que la película utiliza está ya tan explotado que,
pese a tener momentos bastante graciosos, no destaca por encima de su evidente
tufillo a film propagandístico del “american way of life” y buena parte de sus
posibilidades de alcanzar cotas humorísticas de más alto nivel quedan
desaprovechadas.
Y esto es decir mucho
viniendo de su pareja protagonista. Pillarle el encanto a esta película
conlleva hacerse colegas de Seth Rogen y James Franco, dos actores tan
encantados de haberse conocido que disfrutarían de su sola presencia en un
cuarto oscuro. Sin embargo, ni siquiera esa camaradería y buen rollo capaz de
atravesar la pantalla de “Juerga hasta el fin” o “Superfumados” están aquí
presentes. En este film ellos hacen las bromas y ellos parecen divertirse con
ellas. De nada sirve que se lleven tan bien si el guión no cuaja. Hasta la
sobreactuación de Franco, pilar de su estrafalario personaje, acaba resultando
cargante.
Así que no cunda el
pánico. “The Interview” es tan inofensiva como un documental de naturaleza. Ni
tiene altas miras políticas, ni debería vérsela como un arma de destrucción
masiva. Es, sencillamente, una comedia entretenida que no será recordada más
allá del conflicto del que se la ha rodeado. Para cinta valiente, políticamente
agresiva, autoconscientemente hiriente e hilarante, ya estaba “Team America:
World Police”.
A
favor: lo bien que nos han engatusado con ella
En
contra: es más inofensiva de lo que pretenden hacernos
creer
Calificación **
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