Tuvo
una de las carreras cinematográficas más largas de toda la historia del cine.
Incluso tenía tres proyectos en fase de pre-producción y filmación para este
2014. Mickey Rooney nos ha dejado a los 93 años, y con él se apaga una pequeña
gran luz del cine clásico.
Pequeño por sus
dimensiones, pero grande por su inmenso talento, el cual fue explotado a la
temprana edad de los 6 años. Y es que la sangre de artista le corría por las
venas. Rooney nació en 1920 en el seno de una familia de cómicos, y durante la
Gran Depresión consiguió hacerse un hueco como estrella infantil en la serie de
cortos protagonizados por su personaje Mickey McGuire, que a su vez sería el
nombre con el que comenzaría su dilatada carrera. Casi medio centenar de
cortometrajes protagonizó bajo este pseudónimo en apenas cinco años, hasta que
le llegó su primer papel protagonista en un largometraje en la exitosa “El
enemigo público número 1”.
A esta le siguieron
trabajos como “Gente de arriba”, “Capitanes intrépidos, “Hijos de la farándula”
o “National Velvet”, en las que ya evidenciaba un importante cambio físico que
acabaría minando su carrera como estrella infantil. Hasta que llegó “Asuntos de
familia” a finales de los años 30, con la que nacería su personaje más famoso,
Andy Hardy, y con él su segunda vida artística. Casi una veintena de películas
protagonizó con este personaje durante una década, y gracias a él se convirtió
en un rostro famoso durante los años 30 y 40.
El fin de Andy Hardy,
que posteriormente volvería en 1958 en forma de despedida cinematográfica, no
marcaría el fin de su carrera. Ni mucho menos, pues durante las tres décadas
siguientes no paró de trabajar, a una media de tres trabajos por año. Así,
participó en filmes como “Los puentes de Toko-Ri”, “Baby Face Nelson”, “Réquiem
por un campeón”, “El mundo está loco, loco, loco”, “Pedro y el dragón Elliot” o
la mítica “Desayuno con diamantes”, a la vez que hacía su aparición en
televisión en “The Dick Powell Show”, “The Mickey Rooney Show”, “Mickey”, “The
Red Skelton Show” o “El fugitivo”, entre otras.
Los 80 no podían
comenzar mejor para Rooney. Fue nominado al Oscar por cuarta vez por “El Corcel
Negro” –el film daría lugar a una exitosa serie de televisión una década
después, en la que Rooney recuperó su papel-, galardón que nunca llegó a ganar hasta
1983 en forma de Oscar honorífico, ganó el Globo de Oro y el Emmy por “Bill”, y se especializó en poner su voz a las
animadas “Tod y Toby” o “El pequeño Nemo”, a la vez que aparecía en series como
“Vacaciones en el mar” o “Las chicas de oro”.
Sin embargo, sus
apariciones comenzarían ya a ser cada vez más escasas, y no volvería a
participar en ningún film de renombre, a excepción de las recientes “Noche en
el museo”, “The Muppets” y el thriller “The Woods”, la última cinta estrenada
en salas comerciales por el actor. Aunque esto no significó su desaparición,
pues la pequeña pantalla siempre tuvo un hueco para él, paseándose por series
como “Se ha escrito un crimen”, “Padres forzosos” o “Urgencias”.
Más de 300 títulos
llegó a atesorar Mickey Rooney en casi 90 años de carrera. Una carrera que se
mantuvo activa hasta el final, a pesar de su delicado estado de salud. De
hecho, el realizador Shawn Levy confirmó tras su muerte que había rodado
algunas escenas para “Noche en el museo 3”. Cálido, vital y gentil. Así le
definió el cineasta. Toda una vida dedicada a entretener al público. Sin
miramientos. Y encima, se llevó a Ava Gardner. Un grande. Descanse en paz.
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