Viejo y obsoleto
James Cameron lo sabía.
Como si de un Terminator enviado desde el futuro que ya conocía el devenir de
la franquicia, el director tuvo claro que la historia debía terminar en la
segunda entrega. Cada nuevo intento de continuarla acabaría cayendo una y otra
vez en los mismos esquemas. Es lo que pasa cuando la trama se basa en máquinas
que viajan en el tiempo, que las posibilidades nunca acaban, y que la
estabilidad del material se resiente con cada nuevo viaje temporal.
“Terminator Génesis” es
la enésima prueba de que esta saga murió cuando aquel T-800 se autodestruyó
para evitar el Día del Juicio, de que nunca debió pasar de este punto. Y eso
que empieza bien. Su primera media hora es un homenaje absoluto a las dos
primeras partes, tanto que consigue recuperar el tono oscuro y sombrío de la
película de 1984. Comienza por tanto siendo una especie de remake que acaba
introduciendo una serie de modificaciones en la línea temporal original que van
creciendo como una bola de nieve.
Y aquí es donde radica el gran problema
de la cinta de Alan Taylor, más allá de que su dirección sea impersonal y poco
original y sus intérpretes, a excepción de Jai Courtney y Jason Clarke, no dan
el tipo en sus respectivos papeles. Ni siquiera la gran estrella de la función,
Schwarzenegger, que es más secundario que sus dos compañeros protagonistas –ella,
Emilia Clarke, está floja floja-, ni un secundario como J.K.Simmons, cuya presencia
está de más en la película. Su guión juega con el tiempo a su voluntad, tanto
que acaba dejando por el camino no pocos agujeros de guión e inconsistencias.
Se preocupa por cerrar de manera efectiva alguna que otra paradoja temporal,
pero se deja en el tintero demasiados flecos, no sabemos si porque sus responsables quieren dejarlas para una
secuela que jamás existirá a tenor de sus discretos resultados en taquilla, o
peor, porque directamente no saben cómo solucionarlas.
Así, la cinta pasa por alto cuestiones tan importantes como [SPOILER] la
razón por la cual se aplaza la fecha del Juicio Final, en qué momento la línea
temporal original se modifica para justifica el ataque a John Connor, o muy
importante, quién envía a la infancia de Sarah al Terminator para protegerla [FIN
SPOILER]. A eso se une un giro de guión ya desvelado en los tráilers, y que
ayuda a volver más inconsistente el argumento, y algunas muecas –una vez vale,
siete ya se vuelve una burla- y chascarrillos en boca de su supuesta estrella
principal y momentos tan bochornosos como el salto del Terminator-bala desde el
helicóptero o las fotos durante la escena de la detención.
Una reliquia de una línea temporal borrada. Lo primero no se le puede
aplicar a la película, pero sí lo segundo. Porque “Terminator Génesis” tiene la
osadía de eliminar todo lo que hemos visto en entregas anteriores, y lo hace
mal. Algo que ya se ha usado en el “Star Trek” de Abrams o “X-Men: Días del
futuro pasado”, pero en ambas de una manera coherente. Estamos ante una herejía
para todo buen fan que se precie. Pero ante una herejía que puede llegar a
divertir. Aunque eso no ayuda a quitarse la sensación de que esta franquicia
está acabada. De que está vieja y obsoleta.
A favor: los primeros treinta minutos, y que puede llegar a
divertir
En contra: en lo que acaba derivando por culpa de su torpe guión
Calificación *1/2
No merece mucho la pena
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