Errores de nuestros padres
Somos consecuencia,
directa o indirecta, de los errores de nuestros padres. Sí, también de sus
aciertos, pero son sus errores los que nos acompañarán durante toda nuestra
vida, los que recordaremos cuando echemos la vista atrás y recordemos una
infancia marcada por unos progenitores que han proyectado sobre nosotros sus
frustraciones, sus fracasos, sus malas maneras y desprecios. Porque es más
fácil que lo malo perdure en nuestra memoria.
Noah Baumbach lo sabe
de sobra. Lo ha explotado anteriormente en su filmografía. Es un analista de
las relaciones paterno filiales inconexas, del conflicto intergeneracional que
se produce cuando un hijo comienza a recordar cómo le criaban sus padres. “The
Meyerowitz Stories (New and selected)” es, ante todo, su nuevo recital
cinematográfico sobre esta temática. Como dice su subtítulo original entre
paréntesis, una colección de historias seleccionadas en base a lo que los
padres quieren que sus hijos vean en ellos, y de las que los hijos se cuentan a
sí mismos y entre sus hermanos para no enfrentarse a esa tan temida figura
patriarcal.
Es quizá la que nos
ocupa una de las mejores propuestas de su realizador en los poco más de veinte
años que lleva deleitándonos con sus relatos. Y lo es porque se aleja de la
ampulosidad de algunos laureados trabajos recientes para volver a ese encanto
que destilaban sus primeros trabajos, con “Kicking and Screaming” y,
especialmente, la maravillosa “Una historia de Brooklyn (The Squid and the
Whale)” a la cabeza, pero con la madurez que ya lleva acumulada a sus espaldas.
Encanto en su
formidable y afilado guión, en su sencilla pero efectiva puesta en escena, que
desprende puro calor otoñal, y, por supuesto, en un reparto en estado de
gracia, donde lo más llamativo quizá sea ver a Adam Sandler sin caer en ese
ridículo al que nos tiene acostumbrados. No es que esté mejor que Ben Stiller,
por ejemplo, ambos están muy notables, pero lleva tantos años protagonizando
películas de calidad más bien discutible, que este acercamiento al drama con
tintes de comedia es más que agradecido.
Pero si alguien destaca
en el elenco es el maestro. Dustin Hoffman ofrece la presencia y el saber estar
ante la cámara que solamente uno de los grandes es capaz de conseguir. Suyos
son los mejores y más resaltables momentos de esta recomendable y amena cinta,
que solo parece flaquear hacia el desenlace, cuando da la sensación de que
Baumbach no sabe cómo rematar su relato. Él es esa figura paterna que todo lo
impone, que está por encima del bien y del mal, y cuyos errores han marcado
para siempre las vidas de sus hijos. Tomad nota, padres.
A
favor: el reparto, especialmente Dustin Hoffman, y la
alegría de recuperar al Baumbach de sus comienzos.
En
contra: Baumbach parece no saber cómo rematar la historia
Calificación ****
No se la pierda