martes, 8 de septiembre de 2015

LA CRÍTICA. Z for Zachariah

En el fin del mundo
Tanto como la reutilización de la rueda como artesanal manera de generar electricidad, el thriller tal y como lo conocemos se renueva durante el curso de “Z for Zachariah” para obtener un enfoque más intimista. Tres actores y un único escenario rural, que por alguna razón que desconocemos se ha mantenido a salvo del mundo apocalíptico que le rodea, son sólo algunos de los recursos de los que se vale Craig Zobel en su nuevo trabajo tras las cámaras para confeccionar un relato cargado de misticismo, desconfianza y pasiones contenidas.

Lo demás está cargado de puro lirismo, el que se logra con un uso exquisito de la banda sonora de Heather McIntosh, una fabulosa fotografía obra de Tim Orr, y un tempo pausado –quizá demasiado para muchos espectadores- en una historia en la que la ciencia y la fe entrelazan sus dedos en eterna señal de lucha. Para los primeros, debe haber una explicación racional al por qué de ese valle mágico. Para los demás, basta con la creencia de que Dios les ha guiado hasta ese idílico lugar por alguna razón en particular.


El guión de Nissar Modi propone una versión libre, y mucho más rica en significados y matices, de la obra original de Robert C. O’Brien, simplemente introduciendo a un tercero en discordia que activará los mecanismos del thriller a tres bandas. Un thriller dramático minimalista en el que Zobel consigue cargar de tensión al relato gracias a su excelente trío de actores –especialmente ella, Margot Robbie, bellísima y natural- y a una atmósfera enrarecida, lograda gracias a esa tentación que hará que el Jardín del Edén que han empezado a edificar se tambalee.

“Z for Zachariah” nace del “A for Adam” que adorna las estanterías de su protagonista, y propone su personal versión de Adán y Eva para jugar con la idea de quién será el último hombre vivo sobre la Tierra. Lo que consigue al final es derrumbar la fe en el ser humano, plantear la duda acerca de si ese último hombre, que será quien plante la semilla para futuras generaciones, es merecedor o no de vivir en el fin del mundo. Y lo que le mueve por encima de ninguna otra motivación, lo que guía sus actos en un relato que también planta la semilla de los prejuicios raciales y el machismo, es algo tan peligroso y a la vez tan innato como los celos.

A favor: la dirección, la banda sonora la fotografía y su excelente trío protagonista
En contra: para algunos puede hacerse algo lenta

Calificación ***1/2
                                                                        Merece mucho la pena

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