Cuando
los ídolos de tu infancia empiezan a dejarnos uno tras otro es cuando te das
cuenta de lo que realmente significa perder a alguien famoso a quien admiras. Y
de paso, te hace sentir un poco más viejo. Es lo que me pasa con Harold Ramis,
uno de los máximos representantes de la comedia estadounidense, un genial
actor, guionista y director con el que me crié, una figura que compartía
generación con otros grandes de la comedia setentera y ochentera como Bill
Murray, Dan Aykroyd, John Belushi, Eddie Murphy o John Candy. Junto a ellos, y
otros muchos brillantes comediantes de finales de los 70, participó en el
espectáculo televisivo de enorme éxito “The Second City”, un programa en activo
desde 1959 que ofrecía sketches improvisador y números musicales.
A mediados de los 70,
Belushi, a quien había conocido en Second City, le reclutó junto a una por
entonces desconocida promesa del Saturday Night Live, Bill Murray, para
participar en el programa de radio “The National Lampoon Radio Hour”, al que
seguirían “National Lampoon’s Lemmins” y “The National Lampoon Show”, a la vez
que rechazaba la oferta de guionista del SNL para seguir participando en el
SCTV.
La serie National
Lampoon pronto adquirió un éxito tan enorme que propició el nacimiento de una
película, titulada en España “Desmadre a la americana” (“Animal House” en el
original), escrita por Ramis y que pulverizó todos los récords de la comedia
cinematográfica. A esta le seguiría la
también exitosa “Los incorregibles albóndigas”, pero no sería hasta 1980 que
daría el salto a la dirección con “El club de los chalados”, a la que siguió la
imprescindible “Las vacaciones de una chiflada familia americana”, coescrita
junto al gran John Hughes.
Sin embargo, la fama
mundial se la daría su personaje de Egon en las dos entregas de “Los
Cazafantasmas”, todo un símbolo de su década y su año que se convirtió en
objeto de culto instantáneo. Continuó tras esto una exitosa carrera como
director y guionista, siendo el cénit de su carrera la prodigiosa “Atrapado en
el tiempo”, film de culto con su amigo Bill Murray como protagonista.
Le seguirían las
también exitosas “Multiplicity” y, sobre todo, “Una terapia peligrosa”, que
supondría su vuelta a la primera línea tras aparecer en filmes como “Mejor…
imposible”. Sus últimos años de carrera no fueron todo lo fructíferos que
podrían haber sido. Ni “Al diablo con el diablo”, ni “Otra terapia peligrosa”,
ni “Año Uno” lograron el apoyo de la crítica y el público del que gozó Ramis en
el pasado. El guión de “Atrapado en el tiempo” le valió el BAFTA y numerosas
nominaciones, aunque en los Oscar ni se acordaron de él.
De su etapa como
empleado en una institución mental decía que le sirvió para prepararse a la
hora de trabajar con actores en Hollywood. Así era el humor de Harold Ramis,
inteligente, mordaz y sutil. Un icono de la comedia yanqui que nos deja a los
69 años de edad, con más de medio centenar de trabajos a sus espaldas en radio,
televisión y cine. Descanse en paz, Dr. Spengler.
2 comentarios:
que mala noticia... Hechizo del tiempo! una de las mejores comedias de la historia... y sabés que no exagero... salu2...
No, no es exagerar. Es reconocer una verdad universal. Es una joya
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