Todas las opciones del mundo
Jude Law es Dom
Hemingway, un experto ladrón de cajas fuertes que acaba de salir de prisión
tras cumplir doce años sin delatar al Sr. Fontaine. Soez, descarado, con serios
problemas con la bebida y con su carácter violento, con una hija que no le
dirige la palabra y una severa tendencia a acumular problemas. Richard Shepard
presenta a este desagradable personaje con su habitual predilección por el
humor negro, ése que tan bien domina insertándolo de manera natural en
propuestas que a priori, como con “The Matador o “La sombra del cazador”, no encajarían
con ese sentido del humor. Su nuevo film, dado el carácter de su protagonista,
es de esos que encaja a la perfección con ese humor tan políticamente
incorrecto y lascivo que tanto gusta al cineasta neoyorquino.
“Dom Hemingway” es Jude Law. Se
ha transmutado en el personaje modificando su físico y su estilo
interpretativo. La mímesis con su sosías cinematográfico, radicalmente opuesto
a lo que nos tiene acostumbrados, es tan perfecta que podría suponer un punto
de inflexión en la carrera de un excelente actor que se ha pasado la última
década perdido en varios papeles carentes de trascendencia, cuando parecía que
en sus comienzos se iba a comer el mundo. Al igual que a su personaje, últimamente
parece que a Law se le presentan todas las opciones del mundo para encauzar su
carrera una vez se le han acabado todas las opciones.
Pero “Dom Hemingway” no
es solamente Jude Law por la excelente interpretación de su estrella principal.
Esta película es Jude Law porque empieza y acaba en él. Su trama de perdedor
apocado al fracaso por culpa del dichoso karma que intenta enderezar su vida, aunque
servida por un retrato de los bajos fondos paralelo al Guy Ritchie de sus
primeros trabajos, ha sido mil veces llevada con mayor acierto al cine. Un tema
muy trillado que, no obstante, tiene ocasionales momentos de genialidad, como
la rotunda escena inicial de la locuaz felación o la explosiva química entre
Law y el recuperado Richard E. Grant –el resto de actores, como la
desaprovechada Emilia Clarke, están de paso-, pero que igualmente acaba
resultando irregular en su desarrollo, y cuyo mensaje de fondo, de haberlo, se
encuentra bastante desdibujado. Una historia desaprovechada y que no tiene
mucho que ofrecer ni que contar más allá de su actor protagonista. A él se le
presentarán muchas opciones de cara al futuro. A esta cinta, lamentablemente,
le faltan demasiadas.
A
favor: Jude Law, Jude Law… y la química entre Jude Law y
Richard E. Grant
En
contra: que más allá de Jude Law no tiene mucho que ofrecer
Calificación **
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