Quizá
no era el actor más prolífico de nuestro cine, y solamente en sus últimos años
llegó a alcanzar algo de fama, pero el valenciano Manuel Andrés llevaba ya más
de medio siglo subido a los escenarios y apareciendo como secundario en
multitud de películas. Fue precisamente en el teatro donde comenzó su carrera y
donde forjó su carrera durante décadas, interviniendo en obras como “Rosas de
otoño”, una de sus primeras representaciones en Madrid.
Sus apariciones en cine
se ciñeron especialmente a contadas apariciones en comedias como “De cuerpo
presente”, “El cronicón”, “Ligue Story” o “Los autonosuyas”, aunque en la
última década participó en cintas más serias como “La fuga”, “Ladrones” o “Tiovivo
c. 1950”.
Sin embargo, fue en la
televisión donde acabó cosechando mayor popularidad, especialmente desde su
interpretación del mordaz Julián Pastor en “La que se avecina”, serie de la que
se retiró en 2008 ya débil de salud. Antes pudo vérsele en “Escuela de maridos”,
“Hora once”, “Suspiros de España”, “Lleno, por favor”, “¡Ay, Señor, Señor!”, “La
regenta”, “Manos a la obra”, “Periodistas”, “Hermanas”, “7 vidas”, “Policías”, “Aquí
no hay quien viva”, “Los simuladores”, “Sin tetas no hay paraíso” u “Hospital
central”.
Tras su salida de la
serie que le otorgó mayor fama, Manuel Andrés se retiró a Valencia, a una
residencia de ancianos donde ha pasado sus últimos cuatro años, y donde
finalmente fallecía este domingo a los 83 años de edad con más de un centenar
de trabajos en cine, televisión y teatro a sus espaldas. Descanse en paz.
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