Más inverosímil que la ficción
Hacia el final de su
metraje, en plena barbacoa humana, Michael Bay siente la imperiosa necesidad de
recordarnos que la historia que se trae entre manos sigue estando basada en
hechos reales. No es para menos, pues la aventura criminal de estos tres
descerebrados adictos al fitness en
la que se incluyen drogas, estafas, asesinatos, desmembramientos y mucha
estupidez reinante va haciéndose cada vez más inverosímil conforme avanza la
trama. Tres iluminados que, a mediados de la década de los 90, en una Miami de
excesos y corrupciones varias, tuvieron una visión: vivir el sueño americano,
aprovechar su potencial y mejorar su país, o al menos a sí mismos. Y para ello
necesitaban una buena suma de dinero.
Para bien y para mal, “Pain
& Gain” es una película 100% Bay. Tiene sus manías estéticas videocliperas
habituales, su vertiginoso uso de la cámara, la cámara lenta y los giros de 360
grados en torno a los personajes. Estos, además, son estúpidos, y esa estupidez
impera en toda la cinta. Los personajes femeninos son meros floreros en medio
de tanto bíceps de dimensiones surrealistas, y hay un tono misántropo en todo
el conjunto que no escatima en mofarse de judíos, afroamericanos, mujeres,
asiáticos, curas, gays,… Para bien, sus seguidores la defenderán a ultranza,
pero para mal sus detractores tendrán una nueva oportunidad para echársele al
cuello.
Porque ésta es, desde “Bad
Boys II”, su cinta más personal, y tras años descargando toneladas de
testosterona en forma de músculos metálicos en “Transformers”, ha decidido
hacer su trabajo más hilarante, esquizofrénico y pasado de vueltas. “Pain &
Gain” es una oda al fisioculturismo, a los batidos de proteínas, a los excesos
y a mantenerse en forma, a todo aquello que le encanta a una persona que tuvo
la visión de una enorme espiral mecánica rodeando un rascacielos mientras hacía
abdominales. Es su particular “Domino”, pero aún más excéntrica.
Es también su trabajo más
imposible de seguir para todos aquellos que no comulgamos con su estilo visual
y su forma de entender la narración cinematográfica, repleto de bajones y chutes
de adrenalina. “Pain & Gain” trata de ser una crítica social al sueño
americano en tiempos de crisis, pero se ahoga bajo su propio humor tonto y casi
fascista, sus tópicos y ese estilo visual que la hace aún más inverosímil. Y,
finalmente, más allá de todos los colectivos que pueden sentirse ofendidos por
ella, están todos aquellos que sufrieron los hechos en sus carnes, que no verán
con buenos ojos que una historia tan real que parece ficticia haya sido tratada
con este tono tan desenfadado, a medio camino entre la comedia y la acción, a
la que se presta un reparto que supone lo mejor de la película. Hiperciclada, hipertrofiada
y hasta el culo de esteroides. Puro Michael Bay, nos guste o no.
A
favor: el acertado y pasado de vueltas trabajo de sus
actores
En
contra: su colección de excesos, que la hacen aún más
inverosímil
Calificación: **
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