Voy a decirlo
claramente. Echaba de menos al Spielberg juguetón, al niño grande que te servía
cine de aventuras de calidad, el que daba sentido al cine como gran fábrica de
sueños. Por eso aplaudo la vuelta a los orígenes del maestro, su interés por
satisfacer a las grandes masas, que ya demostrara en la última entrega de
Indiana Jones, esa que casi todos odian pero que a mí me encanta, y sobre todo
en esta puesta de largo de Tintín con actores de carne y hueso digitalizados
hasta el más mínimo detalle.
Lo que ofrece el
realizador es una montaña rusa digital casi constante. Superado el tramo
inicial, posiblemente el más difícil de encajar por la ausencia de presentación
de personajes, suponiendo que todos conocemos al intrépido reportero y sus
hazañas, Spielberg aprieta el acelerador y nos regala un festín audiovisual a
bordo de una carroza sin frenos en la que las secuencias de acción son
imposibles –atención a la liosa persecución a bordo de un sidecar y a cómo el
cineasta desplaza la cámara por los escenarios-, la trama no está supeditada a
la tecnología y ésta está más lograda que nunca. En este sentido, matrícula de
honor a una ambientación, un cuidado por los detalles y una mejora en la técnica
de captura del movimiento que nos hará dudar si estamos ante seres creados por
ordenador o actores camuflados bajo disfraces de gigantes y cabezudos. En
resumen, que tenía que llegar papá Spielberg a demostrarle a Robert Zemeckis
cómo se deben hacer las cosas.
Pero lo que destila “Las
aventuras de Tintín: El secreto del unicornio” es un respeto absoluto por las
viñetas de Hergé. Ya en sus créditos iniciales, los mejores de la filmografía
del rey Midas desde “Atrápame si puedes”, asistimos a un collage donde animación
tradicional se funde con efectos digitales, y donde se rinde un sentido homenaje
al universo creado por el dibujante. Pero es más, es capaz de captar la esencia
del cómic original, los caracteres de sus personajes –Tiintín sigue siendo el
mismo sosainas de siempre, Hernández y Fernández siguen sin dar una, Milú
continúa sacando de algún apuro al protagonista, y se echa de menos al profesor
Tornasol en el conjunto-, su atmósfera de misterio y aventura que rodeaba cada
página. Podría haber sido muy fácil adaptar directamente una historia, pero los
guionistas Steven Moffat, Edgar Wright y Joe Cornish han preferido coger una
trama general, modificarla y rellenarla de detalles del tebeo ocultos reconocibles
por los más fanáticos. Los más puristas no lo verán bien, pero sin duda crear
una nueva historia a partir de lo ya escrito, y totalmente consecuente con el
material original, es la decisión más acertada.
Y el gran salto sin
red, donde sus creadores han subvertido las constantes del mundo tintiniano, es
en ese capitán Haddock al que convierten en eje central de la función, casi por
encima del mismísimo Tintín, dotándole de una humanidad y carisma que llenan la
pantalla. Él, y por supuesto Andy Serkis, es lo mejor de esta vertiginosa
montaña rusa que hace merecida justicia al material que adapta. La película
abre la puerta a una continuación, y visto lo visto será bien recibida. Que la
atracción continúe.
A favor: el Capitán
Haddock, la secuencia de la persecución y la vuelta de Spielberg a sus orígenes
En contra: cierta
ausencia en la presentación de personajes… ¿y Tornasol?
Valoración ****
5 comentarios:
Pinta bien la cosa, sí... No he encontrado a nadie que hable mal de ella.
¡Qué ganas tengo de verla! (como buen tintinófilo que soy)
¡Un abrazo, Cinéfago!
Espero que te guste tanto como a mí. De un tintinófilo a otro.
No es que sea muy aficionado a Tintín... De pequeño creo que leí algún comic, y también veía la serie animada... Pero reconozco que está versión de Spielberg con Peter Jackson pinta muy bien, en todos los lados la veneran, y huele alección magistral de cine... Y como buen aficionado al buen cine, y a la maestría de Spielberg, tengo muchísimas ganas de ver... y sobretodo en 3D... Saludos!
Yo sí me crié con Tintín, y soy tintinófilo, y además no soy nada purista, así que es una adaptación genial y respetuosa. Además, Spielberg es Spielberg, y de un amante de su cine a otro...te va a encantar.
Es una película muy interesante y divertida, a mi me gusta mucho y lo mejor es que es dirigida por Spielberg quién le da el toque mágico y emocionante a la historia, los personajes son muy divertidos y a mí me robaron el corazón; es una película muy recomendable para toda la familia, no importa si no son fanáticos de estas historietas.
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