Documental de (no) ficción
En un estado intermedio
entre la vigilia y el sueño, entre la realidad y la fantasía, se produce lo que
los expertos denominan parálisis del sueño. Se producen pesadillas ante tus
ojos, pero no puedes moverte. Tampoco puedes decir nada, ni pedir auxilio.
Estás despierto pero a la vez duermes y sueñas. Un angustioso estado
transitorio que padecen muchísimas personas en el mundo, y que temen quedarse
dormidos, como si el mismísimo Freddy Krueger fuese a visitar sus pesadillas.
“The Nightmare” aborda
este problema desde la raíz, analizando las causas y explorando las
consecuencias a través de los testimonios de un grupo de personas que exponen
lo que ven y sienten cada noche cuando su propio cuarto se convierte en una
pesadilla tan real que aprisiona su pecho como el íncubo de “La pesadilla” de
Henry Fuseli, cuando hombres sombra pululan ante sus ojos en la oscuridad de la
noche, sin que puedan hacer nada por despertar. Además realizando un ejercicio
de cine dentro del cine, haciendo un repaso por todas aquellas películas que,
como “Pesadilla en Elm Street” o “Insidious”, se hacen eco de este trastorno
para tejer sus propias tramas.
El cineasta Rodney
Ascher sigue interesado en explorar el terror de manera indirecta, sin
aferrarse a los paradigmas del género, a través de otras formas narrativas sugerentes,
pero a veces excesivamente parapetadas dentro de sus márgenes formales. Ya lo
hizo en su anterior trabajo, “Room 237”, donde estudiaba la paranoia encerrada
tras las múltiples interpretaciones de esa obra maestra titulada “El
resplandor”. Y tal como hiciera entonces, funde realidad y ficción de tal
manera que es difícil diferenciar la línea que separa ambos mundos.
Ascher no se limita a
grabar testimonios, se mete en la cabeza de todos aquellos que padecen el
trastorno, y convierte sus pesadillas en celuloide. Realiza un interesante
documental de (no) ficción que gana enteros en el momento en que se adentra en
las pesadillas y las materializa ante nuestros ojos, demostrando un magnífico
uso de la fotografía y la música para generar atmósferas. La otra parte, la
estrictamente documental, es la que impide que esta película sea mejor de lo
que es. Le ocurre como a otras muchas cintas hermanas, no consigue mantener un
ritmo constante durante todo el metraje. Cuando se adentra en lo desconocido y
lo convierte en algo físico, algo visual, capta el interés del espectador.
Cuando se queda en lo meramente informativo, cuando sucumbe a las reglas del
documental, pierde interés y se vuelve aburrida.
Pero en términos
generales, “The Nightmare” es un film interesante en su fondo y en la forma en
que está planteado, a pesar de su irregularidad. E invita a pensar si su
director no haría mejor saltando definitivamente al terror. Porque si en ese
salto a la ficción absoluta logra meter el miedo en el cuerpo tanto como en los
segmentos oníricos en los que se zambulle sin complejos, podríamos ganar a un
efectivo realizador dentro del género.
A
favor: los escalofriantes segmentos oníricos
En
contra: cuando se ciñe a las reglas del documental
Calificación **
Se deja ver
No hay comentarios:
Publicar un comentario