Unidos por la maldad
Era cuestión de tiempo.
Irving Zisman, el abuelete descarado de grandes atributos surgido de la cabeza
de Johnny Knoxville, Spike Jonze y demás irreductibles del mítico serial “Jackass”,
acabaría teniendo su propia película. Lo merecía, lo demandaba. No sé si el
séptimo arte, pero alguien, al menos sus fans, lo pedían a gritos. Y aquí está,
aguantando a su nieto de punta a punta del país solamente para librarse de él y dejarle con su irresponsable padre ahora
que su madre está entre rejas por fumar mucho crack, como dice el niño en esa
escena inicial que es toda una declaración de principios acerca de qué será “Bad
Grandpa” durante el resto de su metraje.
Que a su título le
preceda un “Jackass Presents” ya nos pone sobre aviso. “Bad Grandpa” es una
película hecha por y para los amantes del políticamente incorrecto show de la
MTV. Tiene todo aquello que gusta a los fans del serial televisivo: humor
irreverente y grosero, situaciones absurdas protagonizadas por personas
anónimas a las que se les gastan bromas a veces bastante pesadas, y gags que,
dentro del universo Jackass, son antológicos, como el de la diarrea en el
restaurante o el del funeral de la señora Zisman.
“Bad Grandpa” posee
puro espíritu Jackass, le debe mucho a la serie de la que nace, pero hay algo
más bajo su superficie. Es humor escatológico y soez con un trasfondo amable apoyado
en una historia que, a mí al menos, me ha resultado tierna. He congeniado con
ese viejo y su nieto bastardo que acaban congeniando desde la maldad más
absoluta e injustificada.
Por supuesto, que me
haya tocado la fibra sensible a mí no es motivo ni argumento suficiente para
convencer a nadie de que la vea. Se la recomiendo a todo aquel que haga migas
con este tipo de humor. A los demás sólo les puedo decir que hagan la prueba. Igual se llevan una sorpresa. Habrá
más de un espectador que se sienta ofendido por ella, o al que la marca Jackass
directamente le haga huir despavorido. Habrá quien no vea ese lado sensible,
que no sensiblero, bajo tanto despropósito. Pero claro, será que soy un fan confeso
de esa maldad descerebrada de la que hacían gala Knoxville y sus secuaces.
A
favor: que tiene el espíritu Jackass con un toque de
sensibilidad
En
contra: habrá quien no vea más allá de la marca Jackass
Calificación ****
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