domingo, 13 de febrero de 2011

Goya 2011: Crónica de la gala

Con un Pa Negre bajo el brazo

Siento copiar a Jordi Évole, pero es que su tweet en Twitter “El nuevo director/a de la Academia viene con un Pa Negre bajo el brazo” describía perfectamente no sólo lo que será el advenimiento del próximo presidente, sino lo que fue la gala en sí. Una ceremonia larga –debía durar 150 minutos y sobrepasó las tres horas-, tediosa, aburrida, sin chispa y donde se hizo justicia con Agustí Villaronga y su “Pa Negre”, que ganó nueve estatuillas, pero que penalizó duramente al presidente y a la vicepresidenta de la Academia.

Pero comencemos por el principio, que suele ser lo mejor. Momentos antes de la gala veíamos a la ministra Ángeles González-Sinde posando para la foto de galería junto a ministros y al temporal presidente, Álex de la Iglesia. Ella muy sonriente, él con una sonrisa forzada. Este ambiente de tensión se mantuvo durante toda la gala. De la Iglesia siguió sonriendo poco, y Sinde se distraía leyendo durante el discurso de Mario Camus y miraba con gesto altivo a Álex. Las caras de la ministra y de Bollaín eran un poema, especialmente cuando el presidente salió al escenario a pronunciar su sutil, e incendiario, discurso, que en menos de una hora estaba colgado en Youtube. Y no es para menos, porque el realizador hablaba del concepto de crisis como cambio, de la necesidad de la unidad y del futuro prometedor de Internet como salvador del cine español.

Se activaron las alarmas. Gerardo Herrero casi le asesina con la mirada. Para Álex, los internautas son ciudadanos, los que al final van a ver las pelis, y merecen respeto. Por sintetizar, de su boca salió que "Los internautas son sencillamente ciudadanos, nuestro público. Internet no es el futuro, es el presente. No tenemos miedo a Internet. Internet es la salvación de nuestro cine. Debemos respeto y agradecimiento a los ciudadanos. Si queremos que nos respeten, debemos aprender a respetar primero". Y mientras la gala era un pan indigerible, en Twitter los comentarios del cineasta hacían aplaudir a los internautas.

Éste es el primer año que sigo la gala pegado a Twitter. Y muchas gracias a todos los usuarios de la red social por amenizar estas tres larguísimas horas. Todo eran mensajes de apoyo a de la Iglesia, que no obstante vio cómo su balada salía perdiendo. ¿Lo demás? Una ceremonia desacompasada, acelerada pero carente de ritmo, con chistes que comenzaban bien pero se alargaban y con un maestro de ceremonias que no estuvo todo lo fino que podría haber estado. Buenafuente comenzó de manera soberbia, pero una vez desapareció del escenario, cayendo literalmente por una trampilla, la gala fue de mal en peor, y su humor también. Un número musical con Luis Tosar y Paco león, y muchos otros actores que alargaban la broma. Un micrófono distorsionador para Antonio de la Torre, que estuvo gracioso pero alargaba la broma, hasta el punto de ser prescindible para el comentarista de TVE. Jorge Drexler escueto y repitiendo su discurso de los Oscar, y alargando la broma. Un espontáneo sin gracia, y tan soso como el resto, llamado Jimmy Jump que interrumpió el Goya a Bardem, y alargaba la broma. Y algo aún con menos gracia, que no enfocaran de cerca el vídeo homenaje a los desaparecidos. Eso sí, acertadísimo elegir la banda sonora de “Lucía y el sexo” de Alberto Iglesias como tema musical de fondo. Vamos, todo parecía salido del film del presidente, como una gran broma salida de dos payasos sin gracia.

Demasiados altibajos que no impedían que hubiera momentos brillantes, aunque lastrados por la sosería del conjunto. La emocionadísima Marina Comas, Resines con pelo, Tosar peinándose las cejas fuera del escenario, Karra Elejalde celebrando su merecidísimo Goya con juegos de palabras, Carlos Areces recordando por activa y por pasiva que no había sido nominado, Maragall y su móvil impertinente, los animados Buenafuente y Segura al estilo Pocoyó, la seguridad extrema de Rodrigo Cortés y Villaronga diciendo que “Después de tantos años siendo un bicho raro, se agradece este premio”.


Un periodista decía “yo el año que viene no vengo”. Y si me apuran, si la audiencia baja, ni Buenafuente repetirá. El año pasado tuvimos una gala amena, divertida, entretenida. Este año ni el presentador ha estado presente, valga la redundancia. Lo mejor ha sido el presidente y todos esos amigos de Twitter que me han ayudado a sobrellevar estas tres horas interminables. Sólo por repetir el año que viene la misma experiencia, merecerá la pena ver la gala. Muchas gracias a tod@s.

Les dejo con el discurso completo de Álex de la Iglesia, porque merece la pena rememorarlo. Y mañana, la lista de ganadores y las diferencias con los favoritos en las votaciones de este blog, que la gala me ha dejado sin fuerzas.



Discurso de Álex de la Iglesia
El día de hoy ha llegado porque hace 25 años, doce profesionales de nuestro cine, en medio de una crisis tan grave como la nuestra, caminaron JUNTOS a pesar de sus diferencias. Quiero empezar este discurso felicitando a los fundadores de la Academia.

No sólo ellos, sino todos los que me han precedido en esta institución, vicepresidentes, miembros de las juntas directivas y el conjunto de los académicos, nos han traído esta noche aquí, al Teatro Real, para celebrar el 25º aniversario de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas y la existencia misma de los premios Goya. A todos, muchísimas gracias.

PUEDE PARECER que llegamos a este día separados, con puntos de vista diferentes en temas fundamentales. Es el resultado de la lucha de cada uno por sus convicciones. Y NADA MÁS. Porque en realidad, todos estamos en lo mismo, que es la defensa del cine. Quiero por ello felicitar y agradecer a todos los que estáis aquí, por caminar juntos en la diferencia, y hasta en la divergencia.

Hacemos mucho ruido, pero es que esta vez, hay muchas nueces. El choque de posturas es siempre aparatoso y tras él surge una nube de humo que impide ver con claridad. Pero la discusión no es en vano, no es frívola y no es precipitada.

No podemos olvidar lo más importante, el meollo del asunto. Somos parte de un Todo y no somos NADIE sin ese Todo. Una película no es película hasta que alguien se sienta delante y la ve. La esencia del cine se define por dos conceptos: una pantalla, y una gente que la disfruta. Sin público esto no tiene sentido. No podemos olvidar eso JAMÁS.

Dicen que he provocado una crisis. Crisis, en griego, significa "cambio". Y el cambio es ACCION. Estamos en un punto de no retorno y es el momento de actuar. No hay marcha atrás. De las decisiones que se tomen ahora dependerá todo. Nada de lo que valía antes, vale ya. Las reglas del juego han cambiado.

Hace 25 años, quienes se dedicaban a nuestro oficio jamás hubieran imaginado que algo llamado INTERNET revolucionaría el mercado del cine de esta forma y que el que se vieran o no nuestras películas no iba a ser sólo cuestión de llevar al público a las salas.

Intenet no es el futuro, como algunos creen. Internet es el presente. Internet es la manera de comunicarse, de compartir información, entretenimiento y cultura que utilizan cientos de millones de personas. Internet es parte de nuestras vidas y la nueva ventana que nos abre la mente al mundo. A los internautas no les gusta que les llamen así. Ellos son CIUDADANOS, son sencillamente gente, son nuestro PUBLICO.

Ese público que hemos perdido, no va al cine porque está delante de una pantalla de ordenador. Quiero decir claramente que NO TENEMOS MIEDO a internet, porque internet es, precisamente, la SALVACION de nuestro cine.

Sólo ganaremos al futuro SI SOMOS NOSOTROS LOS QUE CAMBIAMOS, los que innovamos, adelantándonos con propuestas imaginativas, creativas, aportando un NUEVO MODELO DE MERCADO que tenga en cuenta a TODOS los implicados: Autores, productores, distribuidores, exhibidores, páginas web, servidores, y usuarios. Se necesita una crisis, un cambio, para poder avanzar hacia un nueva manera de entender el negocio del cine.

Tenemos que pensar en nuestros derechos, por supuesto, pero no olvidar NUNCA nuestras OBLIGACIONES. Tenemos una RESPONSABILIDAD MORAL para con el público. No se nos puede olvidar algo esencial: hacemos cine porque los ciudadanos NOS PERMITEN hacerlo, y les debemos respeto, y agradecimiento.

Las películas de las que hablamos esta noche son la prueba de que en este país nos dejamos la piel trabajando. Sin embargo, el mismo esfuerzo o mayor hicieron tantas otras películas que NO HAN LLEGADO a los sobres de las candidaturas. Ellos tambien se merecen estar aqui, porque han trabajado igual de duro que nosotros.

Quiero despedirme en mi última gala como presidente, recordando a todos los candidatos a los Goya TAN SÓLO una cosa: qué más da ganar o perder si podemos hacer cine, TRABAJAR en lo que más nos gusta. No hay nada mejor que sentirse LIBRE creando, y compartir esa alegría con los demás. Somos cineastas, contamos historias, creamos mundos para que el espectador viva en ellos. Somos más de 30.000 personas que tienen la inmensa suerte de vivir fabricando sueños. Tenemos que estar a la altura del PRIVILEGIO que la sociedad nos ofrece.

Yo creo, con toda humildad, que si queremos que nos respeten, hay que respetar primero.

Y Por último, me gustaría contarle algo al próximo Presidente de la academia, que ya me cae bien, sea quien sea: estos han sido los dos años más felices de mi vida. He conocido gente maravillosa de todos los sectores de la industria. He visto los problemas desde puntos de vista NUEVOS para mí, lo que me ha enriquecido y me ha hecho mejor de lo que era. He comprobado que trabajar para los demás es una experiencia extraordinaria por muy duro que resulte en un principio, y sobre todo: han pasado 25 años MUY BUENOS, pero nos quedan muchos más, y seguro que serán MEJORES.

Buenas noches.

Fotos sacadas de Fotogramas.es

2 comentarios:

Sexo, Drogas y Cine Español dijo...

A mí Buenafuente me parece brillante...lo que no impide que la gala se hiciera larga, debido precisamente, a que no tuvo tanto protagonismo como debiera. Pero cada vez que salió, excelente.
En cuanto a los premios, como ya dijimos, se podía preveer la sorpresa de "Pa negre" (que no pensaba que se fuera a llevar también los premios técnicos que se llevó). Hay que reconocer que no ha sido el mejor año en cuanto a calidad de films...a ver si este año sacan mejores títulos.

Acabo de dejar mi crónica en mi blog también. Un saludo.

El Cinéfago dijo...

Sí, Buenafuente amenizó la gala como buenamente pudo, ya que ni le dejaron meter baza. Notablemente inferior en todo a la del año pasado, para mí la mejor gala de la historia de los Goya.

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