En el fin del mundo
Tanto como la reutilización
de la rueda como artesanal manera de generar electricidad, el thriller tal y
como lo conocemos se renueva durante el curso de “Z for Zachariah” para obtener
un enfoque más intimista. Tres actores y un único escenario rural, que por
alguna razón que desconocemos se ha mantenido a salvo del mundo apocalíptico
que le rodea, son sólo algunos de los recursos de los que se vale Craig Zobel
en su nuevo trabajo tras las cámaras para confeccionar un relato cargado de misticismo,
desconfianza y pasiones contenidas.
Lo demás está cargado
de puro lirismo, el que se logra con un uso exquisito de la banda sonora de
Heather McIntosh, una fabulosa fotografía obra de Tim Orr, y un tempo pausado
–quizá demasiado para muchos espectadores- en una historia en la que la ciencia
y la fe entrelazan sus dedos en eterna señal de lucha. Para los primeros, debe
haber una explicación racional al por qué de ese valle mágico. Para los demás,
basta con la creencia de que Dios les ha guiado hasta ese idílico lugar por
alguna razón en particular.
El guión de Nissar Modi
propone una versión libre, y mucho más rica en significados y matices, de la
obra original de Robert C. O’Brien, simplemente introduciendo a un tercero en
discordia que activará los mecanismos del thriller a tres bandas. Un thriller dramático
minimalista en el que Zobel consigue cargar de tensión al relato gracias a su
excelente trío de actores –especialmente ella, Margot Robbie, bellísima y
natural- y a una atmósfera enrarecida, lograda gracias a esa tentación que hará
que el Jardín del Edén que han empezado a edificar se tambalee.
“Z for Zachariah” nace
del “A for Adam” que adorna las estanterías de su protagonista, y propone su
personal versión de Adán y Eva para jugar con la idea de quién será el último
hombre vivo sobre la Tierra. Lo que consigue al final es derrumbar la fe en el
ser humano, plantear la duda acerca de si ese último hombre, que será quien
plante la semilla para futuras generaciones, es merecedor o no de vivir en el
fin del mundo. Y lo que le mueve por encima de ninguna otra motivación, lo que
guía sus actos en un relato que también planta la semilla de los prejuicios
raciales y el machismo, es algo tan peligroso y a la vez tan innato como los
celos.
A
favor: la dirección, la banda sonora la fotografía y su
excelente trío protagonista
En
contra: para algunos puede hacerse algo lenta
Calificación ***1/2
Merece mucho la pena
No hay comentarios:
Publicar un comentario