Fashion victims
Que Sofia Coppola es
una sibarita, ya lo sabemos. Que sus filmes parecen un catálogo filmado de la
revista Vogue y un retrato de la ampulosidad como estilo de vida soñado,
también. Y que por todo ello sus filmes, a excepción quizá de las estupendas “Las
vírgenes suicidas” y “Lost in translation”, están cortados por la
superficialidad de una melómana indie, es algo que ha quedado de manifiesto
desde los tiempos de su “Marie Antoinette”.
Pero esto no quiere
decir que no haya un trasfondo interesante detrás de tanta vanidad fílmica. “The
Bling Ring” aprovecha unos hechos reales que trajeron cola mediática, en los
que unos chavales asaltaban pacíficamente las casas de los famosos para
experimentar lo que se siente siendo ellos, para trazar una radiografía de este
mundo materialista en el quelos quince
minutos de fama son tan vitales como el aire que respiran. Y en su último
tramo, acierta en echar la carga sobre una sociedad morbosa que hace del delito
un boleto seguro hacia el estrellato en plena era cibernética.
Así, “The Bling Ring”
se une, junto a títulos como “Pain & Gain” o “Spring Breakers”, a la lista
de filmes de este año que han hecho del sueño americano logrado a base de poco
esfuerzo y estupidez un objeto de culto. El camino fácil a la gloria repleto de
agujeros de planificación es lo que guía a estos chavales en su ascenso hacia
la criminalidad, sin la consciencia suficiente como para saber que es fácil
pillarles. Suben fotos a las redes sociales con los artículos robados, no se
tapan ante las cámaras, y presumen ante sus conocidos de sus hazañas.
Y, como en los demás
ejemplos citados, el gran problema de la película es que se queda rayando la
superficialidad. Seguramente, Coppola lo ha hecho queriendo, como también ha
caricaturizado adrede a las familias de los protagonistas. Pero lo que resulta
es una película que durante su primera hora se recrea en relojes Rolex, ropa de
marca, bolsos Miu Miu y un sinfín de artículos lujosos, acompañados de una
fotografía blanquecina, un sentido del montaje ágil e independiente y una buena
selección musical que son ya marca de la casa. Sólo muestra asaltos a casa y
más asaltos a casas, como si no hubiera nada más con lo que rellenar su
económico metraje. Y aunque sus actores son lo más destacable de ella, en
especial una Emma Watson que se zampa la cámara de puro magnetismo, y el estilo
de su directora es palpable, también lo es que es tan superficial como sus
protagonistas. Eso y que tanto discurso aleccionador sobre ambicionar la fama
viene de la mano de una niña de papá. Esto es posiblemente lo que más me
molesta de ella.
A
favor: sus actores, en especial Emma Watson, el toque de
su directora
En
contra: es tan superficial como sus protagonistas
Calificación: **1/2
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