Cowboys vs gentlemen
Hay una diferencia
crucial entre la escena de apertura de "Kingsman: Servicio Secreto"
y la de su inevitable secuela, algo que las hace distanciarse en tan sólo unos pocos segundos. Aquí ya no tenemos unos créditos a ritmo de Dire
Straits, sino algo más convencional, más arquetípico y menos inspirado. Ya no
se nos ofrece una suculenta carta de presentación del despiporre que veremos
durante las restantes dos horas de metraje. En su lugar, una frenética,
imposible, inverosímil incluso para una propuesta de estas características y
pasada de rosca escena de persecución que deja claro que esta segunda parte es
más grande, más cara, más aparatosa.
Pero eso,
desgraciadamente, no quiere decir que vaya a ser mejor. Y ese aperitivo sí que
nos adelanta, casi de manera inconsciente, que Matthew Vaughn ha preferido
ofrecer más de lo mismo, pero amplificado. Sin más. Sin ese derroche de originalidad
y carisma que brotaba en cada secuencia de su predecesora. "Kingsman: El Círculo
de Oro" sacrifica la parte creativa por el espectáculo, por las escenas de
acción con toneladas de efectos, basadas en repetir los esquemas que tan bien
funcionaron en aquella apocalíptica matanza eclesiástica que se grabó a fuego
en la memoria de los espectadores. Es como si ya hubiera quemado entonces todos
los cartuchos que tenía, y hay muy poco que rascar en el universo creado por
Mark Millar y Dave Gibbons.
Incluso su reparto, con
la salvedad de un cameo que se lleva la cinta en cada aparición,
está menos entregado al desenfreno. O será por culpa de un guión con un humor y
discurso menos inteligentes -por su extrema evidencia- que por aquel entonces -ese
presidente de Estados Unidos que ve en los yonquis a los nuevos inmigrantes a
erradicar del país-, pero no es que su abultado plantel de nuevas estrellas
aporten demasiado a hacer más destacable el conjunto, en especial una Julianne
Moore cuyo rol y motivaciones están lejos del hilarante trabajo de Samuel L.
Jackson en la anterior.
Así se mueve esta
descafeinada segunda parte, entre la repetición de la fórmula del éxito y la
falta de ideas, algo impropio de un cineasta tan imaginativo como Vaughn, capaz
de sacar filo a cualquier adaptación del cómic a la gran pantalla. Ésta, en
comparación con el resto de su filmografía, podría ser su obra menos afortunada,
pero no por ello estamos ante una mala película. Porque "Kingsman: El Círculo
de Oro" sigue siendo un entretenimiento por encima de la media
hollywoodiense, aunque quede como un divertimento nada memorable. Lamentablemente,
el espectáculo hollywoodiense se ha impuesto sobre la creatividad british. Los cowboys han podido esta vez
con los gentlemen. El mascar tabaco ha acabado con los buenos modales.
A
favor: que entretiene, y un cameo que se lleva la cinta
En
contra: su falta de originalidad y creatividad
Calificación **
Se deja ver
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