miércoles, 5 de octubre de 2016

LA CRÍTICA. The Neon Demon

Bloody Beauty
Ya lo decía la serie “Fama” en su cabecera. “Queréis la fama. La fama cuesta, y es aquí donde vais a empezar a pagar. Con sudor”. O también, en palabras del maestro Cronenberg, “La obsesión por la fama nos define”. En el ámbito de la moda, fama y belleza son intercambiables en sendas afirmaciones, y “The Neon Demon” nos sirve una crónica de esa fama/belleza lograda con algo más que sudor. La sangrienta lucha por alcanzar la perfección, por ser bella eternamente y vivir de ello.

La nueva película del laberíntico Nicolas Winding Refn escarba en los recovecos de un mundo superficial, deshumanizado, en el que la belleza es la moneda de cambio más valiosa, la que exhibe una cándida aspirante a modelo profesional que va escalando posiciones en el mundillo a costa de acumular el odio de sus compañeras de pasarela. Jesse –muy buen trabajo de Elle Fanning- es un alma pura, sin corromper, y su belleza e inocencia encandila a fotógrafos y diseñadores, algo que no sentará demasiado bien a las modelos que le rodean.

“The Neon Demon” vuelve a mostrar las pulsiones ya características de su director. Excelente factura técnica, formidable trabajo de fotografía y encuadres, y una atmosférica banda sonora de Cliff Martínez que vuelve a dar en el clavo y enrarece la cinta en cada fotograma. Winding Refn consigue incomodar e inquietar, logra un film malsano por momentos, y en este caso sí que hay un claro mensaje entre líneas que la aleja de la mucho más ensimismada “Only God Forgives”.


Y sin embargo, pese a tener algo interesante que contar, donde vuelve a fallar el cineasta es en las formas. Se pierde en escenas y subtramas que no llevan a ningún sitio –ese casero al que interpreta Keanu Reeves, ciertas tendencias necrófilas en uno de los personajes-, en símbolos visuales que pretenden tener un significado, pero que se quedan en la superficialidad como sus personajes. La sensación que deja es la de que le sobra mucho metraje, y de que esta historia la hemos visto antes en el cine, pero mucho mejor contada, sin tanta petulancia. “Black Swan”, la reciente “Maps to the stars” o, por qué no, “Showgirls”, ya trataban la misma temática, pero de manera menos errática, o por lo menos no con tanta pretenciosidad.


Sólo en sus veinte minutos finales, los mejores de todo el conjunto, el responsable de la estupenda “Drive” se acuerda de lo que tiene que contar y remata la historia con uno de los tramos más perturbadores del cine reciente. Un desenlace que la acerca al terror, de reminiscencias necrófagas, cuasi vampíricas, en el que la fama cuesta algo más que simple sudor. Es un monstruo que acecha a sus víctimas hasta que las fagocita.

A favor: el perturbador desenlace, la ya característica estética de su director
En contra: demasiado relleno que no lleva a ningún sitio

Calificación *1/2
Usted mismo

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