Cuentos asombrosos
En “Take Shelter”, Jeff
Nichols cargaba de ambigüedad un relato apocalíptico que no se conformaba como
tal hasta bien avanzado su metraje. En “Midnight Special”, el director de la
también recomendable “Mud” realiza el proceso inverso. Va cargando el relato de
misterio y va diseminando pistas durante su primera mitad, y se va adentrando lentamente
en lo desconocido a lo largo de todo el metraje.
Pero con naturalidad.
Porque si algo caracteriza a Nichols es la naturalidad con la que reviste sus
historias. Una naturalidad fronteriza, mundana, muy propia de la América rural,
creyente y recóndita. Aquí, el acercamiento que hace hacia la ciencia-ficción
está cargado de cotidianidad, sin caer en los arquetipos de un blockbuster, sin abandonar nunca su
naturaleza indie. Hay que saber ver más
allá de sus referencias spielbergianas,
las cuales son más accidentales que buscadas. Porque Nichols no es Spielberg,
ni lo necesita. Tampoco lo intenta. Esto no es “Stranger Things”. Nichols no
busca el homenaje. Y hay que acercarse a ella libre de estos prejuicios. Es
más, hay que acercarse a “Midnight Special” con cierta predisposición por parte
del espectador. Es mejor no saber demasiado sobre ella para dejarse llevar y
disfrutarla.
Y he ahí una de sus
poderosas armas. Su capacidad para no parecerse a nada ya visto, aunque ya lo
hayamos visto antes. Es una obra personal e intransferible. Eso y la magnífica
música de David Wingo, el elegante trabajo de su cineasta, y un reparto en
estado de gracia, con dos de los mejores actores del panorama actual, Michael
Shannon y Joel Edgerton, como cabeza de cartel, y una de esas actrices que con
cada nuevo trabajo demuestra aún más si cabe su valía, Kirsten Dunst, sin
olvidar a una de las estrellas de la función, al epicentro de la trama, el
pequeño Jaeden Lieberher.
El resultado es una
especie de traslación a la gran pantalla de uno de esos cómics que lee el
pequeño Alton, una especie de “Cuentos Asombrosos” que atrapa con cada minuto
que pasa, y que sigue la temática ya trazada por su realizador en sus dos
anteriores obras. Porque en este especial de medianoche, lo que tenemos al fin
y al cabo, es una figura paternal que trata de proteger a un hijo. Aunque ello
implique perderle para siempre.
A
favor: la naturalidad con que está abordada la propuesta,
y lo mucho que su trama engancha
En
contra: que haya quien no vea más allá de sus accidentales
referencias
Calificación ****
No se la pierda
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