Los monstruos del armario
A veces nos cerramos en
nuestro mundo interior, y arrastramos hacia él a quienes nos rodean. En “La
habitación”, ese mundo interior tiene forma de cuarto de unos pocos metros
cuadrados, una jaula con una sola ventanilla al exterior en la que una madre y
su hijo viven confinados no sabemos muy bien por qué. Ni importa.
Lo realmente importante
e interesante de la nueva película de Lenny Abrahamson, que ya sorprendiera a
muchos (y hastiara a otros por la singularidad de la propuesta) con aquella
enorme cabeza de papel maché llamada “Frank”, es qué ocurre cuando ese universo
donde lo real y lo fantástico siguen la paradoja del gato de Schrödinger dentro
de las cuatro paredes que lo encierran se hace añicos y toca enfrentarse a una
realidad a la que plantar cara, con valentía y madurez por un lado y con miedo
y desconfianza por el otro.
Y entre los muros de
ese diminuto cuarto, que es a la vez cárcel personal pero el único mundo que
conocen sus protagonistas, destaca sobre todo un aspecto. No es la potente
dirección de Abrahamson, que huye del sentimentalismo en el que podría haber
caído una historia destinada, en otras manos menos hábiles, a rellenar la
sobremesa de los sábados de nuestra querida televisión. No lo es tampoco el
agudo guión de Emma Donoghue, también autora de la novela en que se basa. Ni
siquiera la convincente interpretación de ese prodigio de belleza y talento que
es Brie Larson.
Es el pequeño Jacob
Tremblay quien da alma y vida a este drama salpicado de momentos sobrecogedores
–el viaje en la alfombra mortuoria pone los pelos de punta-, que solamente
puede perder la atención de algún espectador en cuanto nos toca adentrarnos en
el verdadero infierno que supone pisar el exterior. Un derroche de naturalidad
de tan sólo diez años que se come la pantalla y a sus compañeros de reparto, y
que nos ofrece la que es, sin duda alguna, la interpretación del año. A él le toca la difícil tarea de narrar en
primera persona, con las palabras de un niño de su edad que desconoce lo que es
el mundo que habita, cómo derrotar a
esos monstruos que nos acompañan. No los que escondemos en el armario o debajo
de la cama, sino aquellos que cargamos a cuestas en nuestro día a día.
A
favor: Brie Larson y, especialmente, Jacob Tremblay
En
contra: tener que pisar el mundo exterior
Calificación ****
No se la pierda
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