Domingo
negro para el séptimo arte. Nos han dejado dos estrellas clásicas, dos
intérpretes excelentes. Mrs. De Winter y Mr. Chips. La ninfa constante y El
león del invierno. Meg Lawrence y Lawrence de Arabia. Ayer fallecían Peter O’Toole
y Joan Fontaine a los 81 y 96 años de edad, dejando un legado de casi un
centenar de trabajos en la pequeña y la gran pantalla.
Mientras los orígenes
de Fontaine son claros, como hija de la también actriz Lillian Fontaine y un
abogado que trabajaba en ese momento en Japón, lugar donde nació la actriz, los
de O’Toole siempre han generado controversia, incluso en su autobiografía. Existen
certificados de nacimientos expedidos en dos fechas distintas y dos lugares
distintos de Irlanda e Inglaterra.
Y pese a sus orígenes y
comienzos distintos –los dos, eso sí, eran de origen británico-, los dos
confesaron desde muy jóvenes que sentían una enorme vocación por la interpretación.
Y hasta en eso, hubo diferencias. Peter O’Toole se forjó en la Academia Real de
Arte Dramático, junto a otros actorazos como Alan Bates o Albert Finney. Joan
Fontaine, por su parte, comenzó en la interpretación siguiendo los pasos de su
hermana Olivia de Havilland, con la que existió siempre una rivalidad
manifiesta.
Los dos hicieron sus
pinitos en los escenarios antes de debutar ante la pantalla, O’Toole en
televisión y Fontaine en el film “No más mujeres”. Fontaine trabajó a las órdenes de directores
como George Stevens (“Olivia”, “Señorita en desgracia”) y George Cukor (“Mujeres”)
en una docena de filmes antes de saltar a la fama, mientras que O’Toole apenas
sumaba cinco títulos a las órdenes de Nicholas Ray (“Los dientes del diablo”) y
John Guillermin (“El robo al banco de Inglaterra”) cuando le llegó el papel que
lanzaría su carrera al estrellato.
La primera lo consiguió
a las órdenes de Hitchcock en una obra maestra, “Rebeca”, por la que no obtuvo
el Oscar que sí arrebataría a su propia hermana justo un año después a las
órdenes también de Hitchcock en “Sospecha”, lo que acrecentaría la enemistad
entre las hermanas. O’Toole, en cambio, jamás llegó a ganar la estatuilla, pero
sí estuvo nominado en 8 ocasiones, la primera por el papel que le dio la fama,
el de T.E. Lawrence, más conocido como “Lawrence de Arabia”.
La carrera de Joan
Fontaine continuó en ascenso durante toda la década de los 40, apareciendo en
películas como “La ninfa constante”, “Alma rebelde”, “El vals del emperador”, “Nacida
para el mal” o “Ivanhoe”. Sin embargo, su carrera a partir de los años 50 se
fue apagando y se refugió en la televisión y el teatro. En el primer campo
apareció en “Vacaciones en el mar”, “La hora de Alfred Hitchcock”, “Hotel” o “Vidas
cruzadas”, y en teatro volvió a triunfar junto a Anthony Perkins en “Tea and
Sympathy” y “El león en invierno”, papel que O’Toole interpretó en la gran
pantalla. Su última película fue “Las brujas” en 1966, y su última aparición en
la pequeña pantalla en 1994.
Tras “Lawrence de
Arabia”, O’Toole consiguió no dejar de trabajar ni en sus últimos días. Trabajó
en “Jord Jim”, “¿Qué tal, Pussycat?”, “La Biblia”, “La noche de los generales”,
“Adiós, Mr. Chips”, “Amanecer Zulú”, “Calígula”, “El último emperador” y “El
hotel de los fantasmas”. Durante los 90 se prodigó poco en el cine y volvió a
la televisión y el teatro, hasta que en 2004 vivió su renacer cinematográfico
gracias a “Troya”, a la que siguieron “Venus” –su última nominación al Oscar-, “Ratatouille”
o “Stardust”. Tenía un proyecto ya completado y otro anunciado para 2014, a
pesar de su anunciado retiro en 2012, y se hizo en toda su carrera con tres
Globos de Oro, un Oscar honorífico, un Emmy, un BAFTA y 4 David di Donatello.
Los dos usaron nombres
artísticos, uno suponía la meticulosidad y la interiorización en la preparación
e sus personajes, la otra era puro magnetismo natural ante la cámara, una
mirada cautivadora a la que la fotografía de la época ayudaba a ser aún más
atractiva. Uno era un lord, la otra una auténtica dama. Ella ya triunfaba cuando él era solamente un niño. Los dos nos dejan por
causas naturales, y encarnaban el clasicismo de un tipo de cine que ya no
volverá. Dos maestros. Descansen en paz.
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