lunes, 13 de marzo de 2017

LA CRÍTICA. Kong: La Isla Calavera

Hail to the King!
A veces no somos realmente conscientes de que las grandes superproducciones hollywoodienses no están exentas de una ideología, de que bajo sus fotogramas subyace una serie de ideas que sus responsables tratan de transmitirnos, propias muchas veces de la época en que se concibieron. Y aquella historia con la que Merian C. Coper y Ernest B.Schoedshack llevan maravillándonos desde hace más de 80 años, sobre un enorme gorila que acababa encandilado por la belleza y arrastrado por la codicia del ser humano fuera de su hábitat, no iba a ser menos.

Pero sobre todo, “King Kong” ha sido, y será siempre, una historia de aventuras. Y lo ha sido en cada una de sus distintas versiones. “Kong: La Isla Calavera” explota ese concepto, quizá más que cualquiera de sus predecesoras. Eso no quiere decir que los temas recurrentes de toda la serie protagonizada por este simio no estén presentes. Lo están, pero esta película es, ante todo, puro cine de aventuras.

El film es deudor, especialmente, de la denostada versión que John Guillermin dirigiera en 1976.  Y de la de Peter Jackson, pero sin sus delirios de grandeza transformados en exceso de metraje. Y de la de 1933. De todas en general. Porque “Kong: La Isla Calavera” no es más que un pastiche de algo que ya hemos visto, un cúmulo de clichés, situaciones inverosímiles –el momento sable en medio de la nube de humo tóxica, para enmarcar- y personajes de encefalograma plano. Pero lo compensa con una sobredosis de entretenimiento. Buscar en ella algo más que esto, algo como un guión robusto y unos personajes perfectamente trabajados sobre el papel, es perder el tiempo. Su objetivo no es otro que entretener durante las dos horas que dura. Es el pulso en la dirección, el sentido del ritmo y múltiples golpes de ingenio tras la cámara por parte de su responsable, Jordan Vogt-Roberts, lo que la convierten en un producto absolutamente disfrutable y divertido.


Pero un producto prefabricado.  “Kong: La Isla Calavera” no es solamente un torrente de formidables efectos especiales y entretenimiento a raudales, no es solamente un feliz regreso al mejor cine de aventuras y monstruos clásicos. Es un film que pertenece a un plan mayor que sí mismo. La continuación de ese monstruoverso que Warner comenzara con la aburrida y sosa “Godzilla” de Gareth Edwards. Los blockbusters de bichos gigantes de mediados del siglo XX, ese que hace poco más de medio siglo hiciera enfrentarse a Kong, a Godzilla o a King Ghidorah, están de vuelta. Y de enhorabuena si siguen este camino. Ahora sólo falta coronar al nuevo rey en este universo. Hail to the King!


A favor: lo bien que recupera la esencia del mejor cine de aventuras y monstruos clásicos, y lo mucho que entretiene
En contra: su cúmulo de clichés y su encefalograma plano

Calificación ***1/2
Merece mucho la pena

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