viernes, 1 de enero de 2016

LA CRÍTICA. El viaje de Arlo (The Good Dinosaur)

La fórmula Disney
A los cerebros creativos que gobiernan Pixar les encanta eso de dar la vuelta a la realidad que conocemos, de distorsionarla modificándola a su antojo. En ese sentido, la escena inicial de “El viaje de Arlo” es puro Pixar. Pero no sólo en este detalle, sino en la concepción de algunos de sus personajes, como esos T-Rex que parecen sacados de “Buscando a Nemo” –de nuevo, Pixar jugando a su antojo con la realidad-, o en una deliciosa estética que recrea con extremo realismo la naturaleza, por la que deambulan unos protagonistas con un acertadísimo toque cartoon.

Pero desgraciadamente, la influencia de Pixar se queda en esos destellos puntuales de ingenio. Durante todo el metraje, uno tiene la sensación de que esto ya lo ha visto antes. Y –OJO, POSIBLE SPOILER- no tiene nada que ver con el hecho de que sea un híbrido entre “En busca del valle encantado” y “El rey león”. Si el producto final es loable, poco importan las referencias.

La estrategia de “El viaje de Arlo” consiste en recuperar el aroma de los clásicos Disney, de esas maravillas de la animación bidimensional que marcaron la infancia de muchos de nosotros. Una fórmula anclada en el pasado que encajaría a la perfección de no ser porque estamos tratando con un producto que lleva el sello de la responsable de prodigios como “Up”, “Wall-E” o “Del revés”. No hay rastro del fabuloso y maduro manejo de las emociones de las que ya ha hecho gala con anterioridad, sino que todo obedece a unos esquemas más tradicionales, más básicos y manidos, justamente los que la casa del ratón lleva dibujando desde toda su historia.


Y no es que estemos ante una mala película, sino simplemente ante una película menor, de esas que, como “Cars”, no se ciñen al modelo de la compañía ni debieron jamás salir de su cajón de ideas. Pero además, con una escasa capacidad de sorpresa y entretenimiento. Sí, tiene momentos tan buenos como el chute alucinógeno o la escena en la que sus dos protagonistas se cuentan sin palabras qué le ha ocurrido a sus familias, pero en general el conjunto es previsible y hasta aburrido, si bien seguramente entretendrá a los más pequeños de la casa. Sabes perfectamente cómo se va a desarrollar y a finalizar. Aquí es donde entra en juego el guión, un libreto que ha sufrido varios cambios hasta provocar el retraso del debut de la cinta en cines, y que supone una sucesión de gags y momentos supuestamente divertidos, pero totalmente infantiles.


“El viaje de Arlo” habría funcionado mucho mejor como uno de esos cortos de la factoría, y no como un largometraje cuya hora y media llega a pesar como una losa. Un paso atrás supone esta simpática aventura, indigna sucesora de algunas de las mejores propuestas de animación de los últimos tiempos. Pixar es capaz de cosas mucho mejores.

A favor: algunos toques Pixar
En contra: es más Disney que Pixar, y aburre

Calificación **
Se deja ver

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