domingo, 3 de marzo de 2013

En paz descanse... Pepe Sancho (1944-2013)

Hablando con un compañero hace un tiempo, salió en la conversación, ni recuerdo cómo, el nombre de José Sancho, al que siempre llamaré, cariñosa y respetuosamente, Pepe Sancho. Mi amigo se refirió a él como un cascarrabias y una persona violenta, dado que en esos momentos estallaba todo el escándalo mediático en torno a su tortuosa relación con María Jiménez. Para mi sorpresa, esta visión del actor la tenían muchas otras personas, y dicha imagen perduró durante años en sus mentes. Y, sinceramente, me da una rabia inmensa, porque Pepe Sancho merece no pocos reconocimientos. Era un actor de raza, imponente, dotado de un porte y una voz prodigiosos.

“El Estudiante” nos ha dejado hoy a los 68 años víctima de un cáncer, apenas un año después de hacerlo su compañero en la ficción “Curro Jiménez”, Sancho Gracia. Se enroló en la mítica serie de televisión a finales de los 70, pero sus comienzos en la interpretación datan del año 1948, cuando hacía aparición en la película “Si te hubieses casado conmigo”, con tan sólo cuatro años. Los años siguientes seguiría curtiéndose en el teatro, medio en el que cosechó grandes éxitos y donde terminó por curtirse como actor.


En los 60 se mostró muy activo en el cine trabajando a las órdenes de José María Elorrieta (“El hombre de la diligencia”) o José H. Gan (“Jugando a morir”, todo un clásico a rescatar de nuestro cine), y en los 70 se refugió en la pequeña pantalla en “Ficciones” o “Estudio 1”, saltando definitivamente al estrellato gracias a “Curro Jiménez”, serie con la que gozó de una segunda vida en los 80 trabajando con realizadores como Vicente Escrivá (“Visanteta, estate quieta”) o Rafael Gil (“Y al tercer año, resucitó”), y participando en proyectos internacionales como “Los supercamorristas”, donde se enfrentaba a Jackie Chan como principal villano de la cinta. Participó, además, en los filmes “El Dorado”, “¡Ay, Carmela!”, “Todos a la cárcel” o “Libertarias”, y en series como “Turno de oficio”.

Fue en 1997 cuanto disfrutó de una tercera vida gracias a su portentosa interpretación en “Carne trémula”, de Pedro Almodóvar, por la que recibió el Goya a mejor actor de reparto. En 1999 realizaba otros tres grandes trabajos en “París Tombuctú”, de Luis García Berlanga, “Los lobos de Washington”, de Mariano Barroso, y “Flores de otro mundo”, de Icíar Bollaín, y desde entonces siguió esta dinámica de estrenar más de tres proyectos por año entre cine y televisión, y sin dejar atrás su carrera sobre las tablas.


Durante sus últimos años, pese a repetir con Almodóvar en 2002 en “Hable con ella”, volvió a encontrar refugio en la pequeña pantalla para participar activamente en “Cuéntame cómo pasó”, en “Hispania” y su spin-off, “Imperium” y, especialmente, en “Crematorio”, una fantástica serie que le valió el respaldo de la crítica y el público hace dos años.

Pepe Sancho, un gran actor que nos ha dejado con un legado de más de 200 trabajos en todos los medios, incluido el doblaje, y al que hay que reconocer como merece, no como el personaje mediático que, desgraciadamente, muchos recuerdan por culpa del maldito papel couché. Yo me quedo con este momento, perteneciente a una campaña contra el hambre que vio la luz hace unos meses, en la que el actor recreaba el discurso final de "El gran dictador". Descanse en paz.

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