sábado, 1 de enero de 2011

La película del mes

Regreso al futuro (La trilogía) ****1/2 

25 años que han marcado a toda una generación


Quería acabar 2010 dedicando La película del mes a una de mis películas favoritas de mi infancia, que no falta cada año por estas fechas en canales de televisión en abierto o digitales. La primera vez que vi “Regreso al futuro” fue precisamente en las fiestas navideñas, y fue una experiencia que no olvidamos todos los que somos fans de la película. Y eso que en su momento, con apenas ocho años, no entendí del todo su compleja trama de bucles y paradojas temporales. Dedicar esta sección a esta joya de culto que no pierde un ápice de diversión y entretenimiento inteligente aunque la hayas visto más de medio centenar de veces, como es mi caso, no es casualidad. En 2010 se cumplían 25 años de su estreno en todo el mundo. Conocería dos secuelas más, igual de divertidas, aunque a veces descabelladas, que formarían parte de una trilogía mítica, que vio la luz en blu-ray con motivo de su 25º aniversario. Echemos un vistazo a la trilogía y hagamos un recorrido por su filosofía, concepción y repercusión.

Concibiendo la idea
La idea central de los viajes en el tiempo para una película se le ocurrió al guionista y productor Bob Gale mientras visitaba a sus padres. En el sótano de la casa de sus progenitores encontró el anuario de instituto de su padre y descubrió que había sido delegado de su clase de graduación, lo cual le llevó a acordarse de su propio delegado y recordó que no le conocía mucho. Fue entonces cuando se preguntó qué habría pasado de haber conocido a su padre, si se habrían hecho amigos o no teniendo la misma edad. Con esa idea, Gale acudió a Robert Zemeckis, con quien ya había trabajado en “Used Cars (Frenos rotos, coches locos)” (R. Zemeckis, 1980), para escribir un primer borrador del guión. La trama central giraba en torno a Marty McFly, un joven residente de un pueblo sin nombre definido que viaja al pasado dentro de una nevera cuyo elemento determinante para posibilitar los viajes temporales era la Coca-Cola y conoce a su padre. El inventor de tal dispositivo es el Profesor Brown, al cual persiguen agentes del gobierno. Al final el protagonista necesitaba usar el poder de una explosión atómica en las pruebas de Nevada para volver a su época. Este primer borrador, donde solo la escena de la vuelta a casa supondría un millón de la producción total del film, algo impensable para la época, fue escrito a cuatro manos entre Zemeckis y Gale para la Columbia, los cuales alegaron que se trataba de una historia amena e interesante, pero que era demasiado blanda. Específicamente, contenía poco sexo. Por este motivo, el estudio puso la película en un acuerdo tornaround, por el cual los derechos que poseía el estudio eran puestos a disposición de compra de cualquier otro estudio que pudiera hacer frente al presupuesto estimado más intereses. 

Esto ocurría en 1981, y durante los cuatro años siguientes ambos se pasearon por los despachos de otros muchos estudios para ver si aceptaban la propuesta. Pero todos argumentaban lo mismo en una época en la que las comedias juveniles que triunfaban en taquilla, como “Porky’s” (Bob Clark, 1982), eran las que mandaban, por lo que su guión resultaba demasiado inocente. En ese tiempo, el primer borrador sufrió varios cambios más hasta un tercer borrador. Entre los cambios más relevantes estaba el cambiar la venera por un De Lorean, cuyo diseño encajaba perfectamente en la secuencia en la que una familia de granjeros de los años 50, en plena terror por la Guerra Fría, lo confundía con un OVNI; Marty viajaba a 1955 y no a 1952, lo que permitía cuadrar las edades de sus padres con la suya; ahora es un rayo el que descarga su energía y permite a Marty volver al futuro; y ya la Coca-Cola no es determinante, sino el archiconocido condensador de fluzo. 

Los creadores de la historia llevaron su trabajo, como último recurso, a Disney, que en contra de lo que opinaban sus competidores, consideraron la relación madre-hijo en los 50 como poco apropiada para la compañía. Entonces llegó a manos de Steven Spielberg, quien ya había producido los dos anteriores filmes de Zemeckis. Spielberg se entusiasmó con el proyecto, pero Zemeckis no lo veía claro. Sus dos anteriores cintas fueron un fiasco en taquilla, y ambas estuvieron bajo la producción del rey Midas de Hollywood. Por ello, el director tenía miedo de volver a fallar a las órdenes de Spielberg, y dejó aparcado el proyecto. En su lugar, Zemeckis aceptó la oferta de Michael Douglas de dirigir “Tras el corazón verde (Romancing the stone)” (R. Z., 1984), una comedia de aventuras de relativo bajo presupuesto -10 millones de dólares- que se convirtió en todo un taquillazo -75 millones solo en Estados Unidos-, y que devolvió al cineasta la confianza en sí mismo, hasta el punto de contactar con Spielberg para acabar produciendo un año más tarde lo que sería definitivamente “Regreso al futuro” con el apoyo de la Universal.



La producción y el rodaje
Comenzada la producción de “Regreso al futuro”, que en un principio iba a dirigir el señor Spock televisivo, Leonard Nimoy –no aceptó por estar inmerso en el rodaje de la cuarta entrega de “Star Trek”- , lo primero fue elegir al reparto. No hubo mucho problema en escoger a Christopher Lloyd como el ahora conocido como doctor Emmett Brown, famoso gracias a la teleserie “Taxi” (1978-1983) y que había participado ya, curiosamente, en la tercera parte de “Star Trek”. Lea Thompson sería la madre del protagonista, y venía de participar en “Amanecer Rojo” (John Milius, 1983). Thomas F. Wilson sería el antagonista Biff Tannen y éste sería su primer gran trabajo en cine, mientras que Crispin Glover era un pintor y actor totalmente desconocido pese a prodigarse en televisión en series como “Enredos de familia”, contratado para ser el patriarca de los McFly. 


Precisamente en esa serie, “Enredos de familia (Family Ties)” (1982-1989), comenzaba a despuntar un joven actor, Michael J. Fox, en el cual se fijó desde el principio Robert Zemeckis para encarnar al héroe de la historia. Pero la agenda de trabajo que imponía la serie era muy apretada y la producción de “De pelo en pecho (Teen Wolf)” ya había comenzado, por lo que fue descartado desde el principio. En su lugar se probó a C. Thomas Hawell, quien coincidió con Lea Thompson en “Amanecer rojo” y a Eric Stoltz, quien finalmente sería el elegido. Stoltz era también una joven estrella en alza que ese mismo año despuntaría con “Máscara (Mask)” (Peter Bogdanovich, 1985). El rodaje comenzó con él, pero a Zemeckis no le convencía su interpretación, no le veía la vis cómica. La última opción, aunque en realidad era la primera, sería llegar a un acuerdo con J. Fox para compaginar su trabajo en la televisión con el rodaje de la película. Y lo consiguieron. La carrera de Stoltz, a pesar de su elevada solvencia como intérprete, comprendería pocos éxitos y muchos papeles menores. Como secundario encontramos a un jovencísimo Billy Zane (“Calma total”, Titanic”), como uno de los esbirros de Tannen. Y para quienes duden de la implicación de Stoltz en el proyecto, aquí tienen una serie de imágenes que lo demuestran. En la segunda, entre Biff Tannen y George McFly, pueden ver a Billy Zane.








Se descartó ambientar el Hill Valley de los 50 en cualquier ciudad pública pues el trabajo de ambientación de los años 50 habría elevado los costes de producción. En su lugar, se desplazaron a las inmediaciones de los estudios Universal, en el aparcamiento trasero, ya utilizado en otras series y películas, rodando primero las secuencias de los años 50 y posteriormente introduciendo variaciones estilísticas en los decorados para ambientarlos como si fueran de los 80. Se levantaron, por ejemplo, la plaza del ayuntamiento de Hill Valley y la torre del reloj, escenario usado posteriormente en otras películas como “Los fisgones (Sneakers)” (Robert Redford, 1992) o “Gremlins” (Joe Dante, 1984).

Otro de los puntos importantes de la producción fue la banda sonora de Alan Silvestri, con quien Zemeckis colaboraba de nuevo tras su anterior y exitoso trabajo. Pero a Spielberg no le agradaba el trabajo de Silvestri en “Tras el corazón verde”, así que Zemeckis le ocultó a Spielberg el trabajo del compositor y le dijo que compusiera una banda sonora épica y magistral, en contra del tono de la película. A Spielberg le entusiasmó la pieza musical, añadiendo que era la ideal para el film. Y fue el propio Silvestri -quien tuvo la suerte de contar con la mayor orquesta jamás reunida en la historia de Universal Pictures hasta ese momento, la cual estaba formada por 98 personas- el que propuso el tema “The power of love”, de Huey Lewis & The News, como el central. Sin embargo, a pesar de gustar mucho al estudio, para este no hacía referencia a la esencia de la trama, por lo que se optó por convertir en tema principal “Back in time”, del mismo grupo, y se mantuvo “The Power of love” en la banda sonora final. Ambos, por supuesto, se convirtieron en éxito.

Relacionado con esto, cabe mencionar la secuencia en la que Michael J. Fox define un nuevo estilo musical toca el “Johnny B. Goode”. A pesar de que parezca que tiene un total dominio sobre la guitarra, el realismo de dicha escena se debe al músico Paul Hanso, que instruía a Fox sobre cómo tocar todas las partes de forma convincente, mientras Tim May tocaba el instrumento y Mark Campbell ponía su voz. 

No se puede acabar de hablar de la producción sin mencionar la original máquina del tiempo, el De Lorean DMC-12, que se convirtió en todo un objeto de culto y coleccionista tras el estreno del film. Se contó con tres modelos del coche, a los cuales se les instaló todo tipo de piezas de aviones, lucecitas y piezas electrónicas que buscaron por almacenes y tiendas especializadas de Los Ángeles. Era además la herramienta perfecta para viajar en el tiempo, mucho mejor que la estática nevera original, ya que permitía desplazamientos espaciales.

El futuro y el salvaje oeste según Zemeckis y Gale
Nunca un tráiler de una película había hecho que las personas casi se subieran al techo. Los pases previos al estreno fueron un éxito, y con 19 millones de dólares de presupuesto, “Regreso al futuro” se convirtió en todo un taquillazo, recaudando 210 millones en Estados Unidos desde su estreno el 7 de Julio de 1985, fecha adelantada con respecto a agosto de ese mismo año, y manteniéndose como número uno durante 11 semanas. A nivel mundial, la cinta consiguió 381 millones, convirtiéndose en la más taquillera de 1985. Y aunque inicialmente no fuera concebida como una trilogía, el éxito fue tan descomunal que Zemeckis y Gale se embarcaron en el rodaje de dos entregas más.



Rodadas de manera consecutiva durante casi un año, “Regreso al futuro II y III” sólo contó con un período de descanso entre ambas de tres semanas, lo que llevaría montar el Hill Valley de 1885 de la tercera parte. Fue la Universal la interesada en continuar la saga, y así se lo hicieron saber a los dos Bob, Zemeckis y Gale, quienes solamente aceptarían si sus dos protagonistas estaban interesados. Y curiosamente, Lloyd y Fox sólo aceptarían si ambos Bob estaban tras el proyecto. Así que sólo quedaba reunir al resto del reparto. Lea Thompson y Thomas F. Wilson dijeron sí sin pestañear, y a Claudia Wells, quien interpretaba a la novia de Marty, Jennifer, la sustituyó una jovencísima Elisabeth Sue, que casi siete años más tarde triunfaría con “Leaving Las Vegas”, debido a que la madre de Wells había sido diagnosticada de cáncer. El cambio lo notamos ya en la primera escena, que repite milimétricamente la última de “Regreso al futuro”, tanto que si no fuera por la presencia de Sue diríamos que es exactamente la misma secuencia repetida. Y el hecho de que el coche volara al final de la primera no era con la intención de hacer una secuela, sino como mero gag humorístico.

El único actor reacio a participar en las otras dos entregas fue Crispin Glover. El actor exigía condiciones poco razonables para un papel secundario como el suyo y para un actor de su categoría, por lo que Zemeckis y Gale optaron por continuar sin él. Se les ocurrió la idea de un 1985 alternativo consecuencia de un descuido en 2015, cuando el viejo Biff coge el De Lorean y viaja a 1955 para entregar el almanaque deportivo a su yo pasado, en el cual George McFly estuviera muerto. Tan sólo necesitaban unas pocas tomas del personaje, para lo cual reciclaron escenas de la primera parte, empleando a un actor llamado Jeffrey Weissman con maquillaje protésico para las nuevas escenas del George del futuro. Crispin, que no dio permiso para que sus escenas fueran recicladas para la segunda parte, demandó a Steven Spielberg y ganó el juicio.

En la primera versión del guión de la segunda parte, Bob Gale –Zemeckis estaba inmerso en el rodaje de “¿Quién engañó a Rober Rabbit? (Who framed Roger Rabbit?)” (R. Z., 1988) hacía viajar a Biff a los años 60 con el almanaque. Pero en un tercer borrador, le gustó más la idea de hacerlo viajar de nuevo a los 50 para así posteriormente mostrar las mismas escenas de la primera parte desde un ángulo diferente, en uno de los grandes aciertos de “Regreso al futuro II”. Además, para lograr que dos versiones, futura y presente (o pasada, según se mire) de un mismo personaje, como Marty McFly, confluyeran en el mismo plano y además poder mover la cámara, le encargaron a Industrial Light & Magic que creara lo que ha venido a llamarse “vista glade”, que es un sistema de plataformas de cámaras robóticas de control de movimiento. Un ejemplo de estas complicadas escenas es la cena que tiene lugar en casa de Marty en el año 2015, donde Fox interpreta tres personajes simultáneos sometiéndose a casi 4 horas de cambio físico.

Los coches voladores del futuro no fueron la única aportación al futuro que hicieron sus creadores. Tráilers en 3D en plena calle –atención al guiño de “Tiburón 19”-, una cafetería donde unos Ronald Reagan –gran fan de la trilogía- y Michael Jackson –el tema musical que se oye al entrar en la cafetería en ese momento es “Beat It”, de Jackson, y Marty baila el Moonwalk cuando el Tannen del oeste le pide que baile a punta de pistola- digitales te presentan el menú del día, aeropatines o ropa con auto secado son algunas de las excentricidades que presentaron en su particular versión del futuro. La idea era mostrar un 2015 alternativo y cómico, que hiciera que la gente no se parase a pensar que, una vez alcanzada esa fecha, habían fallado en su visión como otros anteriormente. De hecho, a las puertas de 2011, sus predicciones no se han cumplido, pero poco importa.

De este ambiente neofuturista tan pulcro pasamos a uno más polvoriento y sucio en “Regreso al futuro III”, donde los protagonistas viajan al salvaje oeste, y donde por fin los personajes de la época se presentan cubiertos de arena y polvo, con los dientes podridos, más cercanos al spaghetti western de Sergio Leone que al western americano. De hecho, la película realiza varias referencias a “Por un puñado de dólares”-Marty no adopta el nombre de Clint Eastwood, sino que viste como él-. El viaje a esta época es muy lógico si atendemos a las pistas que se dan en la segunda entrega, cuando Biff ve en compañía de sus amiguitas la película de Leone o la partida que Marty juega en la máquina recreativa del café futurista. Para muchos, es la más floja de la trilogía, pero tiene algo muy valioso: su sentido homenaje a todo un género cinematográfico, al que respeta y parodia al mismo tiempo. Y mirándolo desde ese punto de vista, duele que sea la más infravalorada de las tres, a pesar de que ciertamente sea la más débil desde el punto de vista argumental.

Para esta última entrega se contó con la música de ZZ Top, que además hacen un cameo tocando en el baile del pueblo, y con una incorporación: Mary Steenburgen, que ya había participado en otra sobre viajes temporales, “Los viajeros del tiempo” (Nicholas Meyer, 1979). Y Alan Silvestri, dada la historia de amor entre el personaje de Steenburgen, Clara Clayton, y Doc, compuso la banda sonora más romántica, sin olvidar la épica de las anteriores.


A pesar de rodarse simultáneamente con un presupuesto de 40 millones de dólares, ambas películas se estrenaron con seis meses de diferencia y los resultados fueron bastante dispares. “Regreso al futuro” recaudó en su primer fin de semana 11 millones de dólares, mientras que la segunda consiguió 27 millones, lo cual hacía presagiar otro éxito. Pero el interés de la segunda fue cayendo ya en su segunda semana en un 56%, y se mantuvo como número uno dos semanas seguidas. Finalmente, el film logró unos escasos 118 millones en Estados Unidos, casi la mitad que su predecesora. Así, la tercera parte llegó desgastada, y en su primer fin de semana tuvo un buen estreno de 19 millones, pero su aguante fue aún menor y en su segunda semana “Desafío total (Total Recall)” (Paul Verhoeven, 1990) cayó al segundo puesto hasta sumar en total 87 millones de dólares en EEUU. A nivel compensaron las bajas recaudaciones, recaudando en total 331 y 244 millones cada una. Y aunque la crítica aplaudió el entretenimiento que suponían ambas, admitió su desgaste con respecto a la primera. No obstante, el tiempo se encargó de poner en su lugar la trilogía completa para toda una legión de fans.

De bucles y paradojas temporales
He preferido no meterme a resumir la trama de la trilogía entera porque podría no acabar, y porque es de sobra conocida por todos los que la hemos visto. De igual manera, el tema de los viajes temporales, con sus bucles y paradojas, me apasiona, pero me produce unos dolores de cabeza que pueden culminar en un desajuste temporal más grave que el del Desmond de “Lost”. Pero en la trilogía de “Regreso al futuro” no faltan los bucles temporales y las paradojas, esos hechos comunes que se repiten en las tres pero en diferentes épocas, y cambios en el pasado que pueden tener, como dice Doc, consecuencias catastróficas, incluso ocasionar el fin del universo.

Aparte de las obvias, como la escena del baile entre la primera y la segunda, ofreciendo ángulos distintos, tenemos hechos en la segunda y tercera que rememoran a la original. Para empezar tenemos los elementos que hacen inconfundible a la saga, como que las tres comienzan con la pantalla en negro y los mismos acordes musicales, y ligeras variaciones en los créditos –básicamente, el título de la película-. Es algo común en las trilogías y sagas cinematográficas, y no hay más que ver, por ejemplo, que las tres entregas de “El señor de los anillos” (Peter Jackson, 2001-2003) comienzan de manera similar pero modificando el color del fondo del logo de New Line Cinema. 


Así, por ejemplo, tenemos que Marty pasa del monopatín de la primera al aeropatín de las dos posteriores, y siempre le da uso; Tannen cae siempre en el estiércol, la primera vez en el salvaje oeste, como si esa aversión por el estiércol fuera heredada y tuviera que ver con lo que Marty le hace entonces; a Marty siempre le llaman gallina, y no es hasta el final que aguanta el insulto; si en la primera el problema era conseguir la descarga idónea que pusiera en funcionamiento el De Lorean, en la tercera el problema era encontrar gasolina; Doc explica a Marty cómo hacer funcionar la máquina siempre con una maqueta; Marty se desmaya en la primera y cuando despierta ve a su madre en el pasado, y a su tatarabuela en el oeste, ambas interpretadas por Lea Thompson; las distintas etapas de construcción del reloj del pueblo; y Marty entrando en el mismo café en épocas distintas son sólo un pequeño ejemplo de cómo la historia siempre se repite. Eso sin olvidar que los personajes tienen encuentros con sus versiones pasadas y futuras cada vez que viajan en el tiempo, hasta el punto de que en “Regreso al futuro II” Marty revive su experiencia en 1955 viéndose a sí mismo sobre el escenario del baile de instituto. Pero Zemeckis va más allá. Se atreve a reinventar la historia, introduciendo elementos históricos influenciados por sus personajes. Esto es algo que ya probara el realizador en “Locos por ellos”, pero que llevaría al límite en la formidable “Forrest Gump” (R. Z., 1994). El momento más claro es cuando Marty, por accidente, da pie a toda una revolución musical estadounidense, el rock n’ roll.

Y no puede haber una película sobre viajes temporales sin introducir el concepto de paradoja temporal. “Regreso al futuro” posee incontables paradojas temporales. Pero el concepto de paradoja temporal que maneja la trilogía sigue sus propias reglas. Mientras otras películas como “12 monos” (Terry Gilliam, 1995) o la citada serie “Lost” tienen como base el hecho de que hagas lo que hagas no puedes modificar el curso de la historia y que tus propios actos en el pasado determinarán tu propio futuro, la trilogía de Zemeckis y Gale dictamina que el cambio sí es posible, estableciendo una línea temporal alternativa. De este modo, Marty viaja a 1955 por error y acaba interponiéndose en la relación de sus padres, lo que provoca que él y sus hermanos jamás nacerán, como puede verse en la famosa foto en la que van desapareciendo los tres o en su propia desaparición durante la escena del baile. Cuando viaja al salvaje oeste, el rescate de la profesora Clara Clayton cambia el nombre del barranco en el futuro. Y la paradoja más compleja se da en el viaje al futuro, cuando el futuro Biff coge el De Lorean y viaja a 1955 con el almanaque deportivo que generará un 1985 alternativo en el que Biff es el amo y señor de Hill Valley, la madre de Marty es su esposa y Doc está en un psiquiátrico. 

Los errores en el continuo espacio-tiempo
Pero manejar tantas líneas temporales y alteraciones en las mismas puede llevar a error. Y de hecho es muy común cometer errores en este tipo de películas. El tema de los viajes en el tiempo, si no se maneja bien, puede llevar a cometer errores imperdonables, y “Regreso al futuro” no está libre de esto. El mejor ejemplo se produce en el citado momento en que Biff de 2015 viaja a 1955 para entregar el almanaque deportivo a su yo pasado.  En la trilogía, cuando Marty vuelve a 1985 ya se encuentra con la línea alternativa en la que Biff es el dueño del pueblo. Sin embargo, antes de eso el Biff del futuro vuelve a 2015 justo en la línea temporal actual, en la que están los viajeros Marty y Doc, en lugar de una versión futura del 1985 alternativo. Y otro ejemplo más rebuscado es que, si en dicho 1985 alternativo Doc está en una institución mental, jamás creó la máquina, y por tanto Marty nunca viajará y la máquina y él en ese momento deberían desaparecer. Otra paradoja frustrada en apariencia se produce por culpa de la misma Clara. Si el nombre del barranco en 1955 sigue siendo Clayton, ¿cómo es posible que haya una lápida de Doc que ponga en memoria de mi amada Clara? Si pone eso en la lápida significa que se conocieron, y por tanto Clara no murió, así que el barranco debió cambiar ya de nombre y no en el momento en que la salvan. Y si ya nos ponemos finos, deberíamos decir que es imposible viajar al futuro, encontrarte contigo mismo siendo viejo y que tu yo futuro se sorprenda. Tu yo presente debería saber que ese encuentro se producirá conforme pasen los años y envejezcas, pero en el film vemos cómo la Jennifer actual y la del futuro se desmayan al verse a sí mismas.

La teoría del Efecto Dominó podría explicar algunos de estos problemas. Dicha teoría dicta que en el cambio de una línea temporal, de producirse, dicho cambio se producirán de manera gradual, como una onda expansiva temporal que obliga a actualizar poco a poco la línea temporal actual desde el momento del cambio. Es decir, como las fichas de un dominó al caer en secuencia. Por esto, Marty puede impedir su propio nacimiento, con los McFly desapareciendo poco a poco en la foto, o el periódico que Doc lee en el futuro cambia el incidente a la torre del reloj, haciendo al joven Tannen del futuro responsable en lugar de al hijo de Marty. Ahora bien, algunos cambios parecen más inmediatos que otros. Otros argumentan que, simplemente, el que Biff vuelva a su línea temporal significa que su plan del pasado fallará y Marty restablecerá la línea original.

Otra parte de los errores se deben a la versión doblada, en la cual se usan palabras como “gigovatios” o “fluzo” como malas traducciones de los originales. Sin embargo, a ver a quién convences de que el De Lorean usaba condensador de flujo en lugar del condensador de fluzo que todos conocemos.

Curiosidades y anécdotas
A continuación les presento una colección de curiosidades y anécdotas fruto de una selección entre todas las que figuran en Internet. Algunas son rumores, otras hechos comprobados. 

  • En la película se suprimió una escena en la cual Marty descubría a su mamá haciendo trampa durante un examen.
  • En el guión original, el perro del doctor Brown (Einstein) era un mono llamado Shemp.
  • El granjero que quería plantar pinos, donde después construyen un centro comercial en Hill Valley, se llama Sr. Peabody en referencia al Sr. Peabody de "Rocky & Bulwinkle".
  • Marty McFly aparece en 1985 patinando agarrado a un todoterreno conducido por Steven Spielberg haciendo un cameo.
  • En España cuando Marty está en el pasado, su mamá le llama Levis Straus, en Italia como esa marca no es conocida su traducción fue Liberto.
  • El programa que están viendo mientras están cenando, es el mismo que luego Marty ve en casa de su madre mientras cenan en 1955.
  • El libro que George escribe, y que le da a Marty al final de la película, es la historia que vivieron él y Lorrein en 1955 gracias a Marty, al cual ponen de extraterrestre. El nombre del libro es "A match made in space" ("Acoplamiento en el espacio")
  • En la escena dónde Doc está colgado de las manecillas del reloj, se ve que éste lleva unas zapatillas de velcro. Se suele pensar que es un fallo ya que el velcro no será inventado hasta principios de los años 60, pero si pensamos un poco nos daremos cuenta que al principio de la primera parte Doc mete una maleta en el maletero del coche, con sus cosas y su ropa. Y si a esto le sumamos una escena no incluida en la que el Doc de 1955 se ve trasteando las cosas de su "yo" futuro tenemos la explicación de que Doc pudiera tener un velcro en sus zapatillas.
  • De todos los relojes que salen al principio de la película, nos tenemos que fijar en uno enparticular. Aproximadamente aparece a los 40 segundos de empezar. Es un hombre colgado de las manecillas de un reloj. Ese hombre representa a Harold Lloyd en una escena de “Safety Last (El hombre mosca)” (Fred C. Newmeyer, Sam Taylor, 1923). Como Doc Brown acaba colgándose de un reloj casi de esta misma manera, es totalmente comprensible que lo tenga entre su colección.
  •  La fecha a la que Marty viaja, el 5 de Noviembre, es la misma que en “Los viajeros del tiempo”, que casualmente también interpreta Mary Steenburgen.
  • En el Rodaje de Regreso al Futuro Parte II, aproximadamente 4 años después del primer “Regreso al Futuro”, Michael J. Fox tuvo que volver a aprender a montar en monopatín, pues ya se le había olvidado.
  • Cuando Marty está en el Café de los´80 esperando a Griff, dos chicos intentan encender una máquina de videojuegos. Uno de ellos es Elijah Wood. 
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  • El Hombre Viejo del Futuro, que va solicitando donaciones para reparar el Reloj de la Torre, es Terry. El Mecánico de 1955. El mismo que le repara el coche a Biff cobrándole 300 dolares.
  • En el escaparate de la tienda de antigüedades del Futuro, se exponen muchos articulos que aparecen en multitud de peliculas conocidas: “¿Quién engañó a Roger Rabbit?”, “Tiburón”, etc.  Qué casualidad que todos los artículos estén sacados de alguna película de Spielberg o de Zemeckis.
  • El papel de Needles, lo interpreta Flea, bajista de los Red Hot Chili Peppers.
  •  “Regreso al Futuro Partes II y III” formaban parte de un único guión titulado Paradox (Paradoja).
  • “Regreso al Futuro Parte III” supuso para Christopher Lloyd dar su primer beso cinematográfico,
    algo que no había hecho aún en toda su carrera de actor.
  • En la escena en la que Bufford Tannen intenta linchar a Marty McFly, frente al futuro juzgado del pueblo, M.J.Fox estuvo a punto de morir ahorcado. El sistema de seguridad que dotan a estas escenas de riesgo, falló, y pese a los intentos de Michael por avisar, nadie le creyó, pues todos pensaban que estaba interpretando su escena.


25 años después…
Si el paso del tiempo la ha erigido como una de las mejores trilogías de la historia del cine para toda una legión de fanáticos incondicionales, ya pertenezcan a la crítica o al público, es porque lo merece. “Regreso al futuro” se ha convertido en un referente, en un clásico cultural, en toda una obra comercial de culto, que encajaba perfectamente en una década en la que la comedia juvenil y las películas marca Spielberg repletas de aventuras triunfaban. Por eso no es de extrañar que la tercera entrega fuera la de menor éxito. Los 90 supondrían un cambio en el lenguaje cinematográfico, y fue una década en la que Zemeckis, a pesar de prodigarse muy poco en la dirección, arrasaría ganando el Oscar por “Forrest Gump“ y con la fantástica y reflexiva “Contact”. Y obviando la injustamente infravalorada comedia negra “La muerte os sienta tan bien (Death becomes her)”, que supuso un revés en su carrera, las cosas no le fueron nada mal. Después llegarían más éxitos como “Polar Express”, “Lo que la verdad esconde” o “Náufrago”, aunque últimamente se encuentra empeñado en mejorar una técnica que aún tiene fallos, la captura de movimiento, y sus películas no consiguen dar en la diana de la taquilla y la crítica. Y solamente colaboró con Gale una vez más, en la serie “Historias de la cripta” (1989-1996) que Zemeckis produjera, aunque solamente escribiera un episodio. Después vivió de productos derivados de su trilogía más célebre, como videojuegos y series, pero ya genera productos de interés.

Christopher Lloyd se convirtió en Fétido Adams en la exitosa adaptación cinematográfico de la serie de televisión “La familia Adams” (Barry Sonnenfeld, 1991), y su carrera posterior sacó jugo a su vena más histriónica en productos familiares de Disney y series de televisión, si bien dio algún que otro papel como secundario dramático en “Numb3rs” o “El ala oeste de la Casa Blanca”. Lea Thompson triunfó en la televisión durante cinco años con “Los líos de Caroline”, y coincidió con Lloyd en “Daniel el travieso” (Nick Castle, 1993), pero su carrera posterior fue eminentemente televisiva, como la de Thomas Wilson, visto en “Boston Legal”, “Caso abierto”, “Padre de familia (Family Guy)” o “Entre fantasmas”. Crispin Glover sí ha estado más activo en el cine independiente en películas como “El escándalo de Larry Flynt” (Milos Forman, 1996) y “Dead Man” (Jim Jarmush, 1995), y se convirtió en el villano de “Los ángeles de Charlie” (McG, 2000). Volvió a trabajar con Zemeckis prestando su voz para “Beowulf”, y en 2010 le vimos como el esbirro de la Reina de Corazones en “Alicia en el País de las Maravillas” (Tim Burton, 2010). 

En cuanto a Michael J. Fox, continuó una carrera en los 90 que ya daba signos de languidecimiento dentro de Estados Unidos, si bien fuera seguía siendo todo un icono. Protagonizó comedias que servían únicamente como vehículo de lucimiento hacia su persona, pero que en taquilla no funcionaron nada bien. 1996 parecía ser el año de su resurgimiento al participar en dos películas comerciales que no obstante no tuvieron demasiado éxito, “Mars Attacks!” (T. Burton, 1996) y “Agárrame esos fantasmas (The Frighteners)” (Peter Jackson, 1996), que no obstante se han convertido en objeto de culto con los años y han reafirmado su status de icono cinematográfico de toda una generación. Ese mismo año protagonizó una genial serie, “Spin City”, por la que cosechó éxitos durante cinco años, ganando tres Globos de Oro consecutivos –ya había conseguido uno por “Enredos de familia”- y tres nominaciones a los Emmy. Pero su carrera se truncó cuando le diagnosticaron Parkinson, y en 2001 abandonó la serie, entrando en ella Charlie Sheen, que solamente duraría dos años al frente. Tras esto, Michael se refugió en apariciones en algunas series de televisión como “Boston Legal”, “Rescue Me” o “The Good wife”, además de ser la voz original de Stuart Little.

En 2010 se cumplían 25 años del nacimiento de esta trilogía mítica, y durante años los rumores de una cuarta no cesaron. Pero las condiciones de salud de su protagonista impedían esta vuelta. Aún así, rodó un spot publicitario para la edición en blu-ray del 25º aniversario, copiando el tráiler original de 1985.


A su vez, los Scream Awards tuvieron uno de sus momentos más emotivos haciendo un homenaje a las tres películas. Sobre el escenario dos emocionados y amigos Michael J. Fox y Christopher Lloyd con el De Lorean detrás. Una estampa para el recuerdo que, inevitablemente, despierta la nostalgia de todos aquellos a los que “Regreso al futuro” marcó durante su vida. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bueno gerardooo ya lo leo esta noche a ver ke tal!! jajajja no habia visto el nuevo trailer para el scream awards jajja

El Cinéfago dijo...

Vaya, pues raro que tu hermano no te lo enseñara, porque él fue quien me lo enseñó a mí hace meses. Muchas gracias por pasarte.

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