lunes, 1 de agosto de 2016

LA CRÍTICA. Dioses de Egipto

Mitología de cartón piedra
Hubo un tiempo en que los dioses compartían la Tierra con su imperfecta creación, los humanos. Un tiempo de paz en el que todos tenían ganado el acceso al Más Allá. Y hubo un tiempo en que Alex Proyas engrosaba la lista de cineastas prometedores, de directores mundanos que con el paso de los años podrían ocupar un lugar entre los dioses de la realización. Al menos en lo que a fantástico se refiere.

“Dioses de Egipto” es la misiva definitiva, la prueba irrefutable de que el visionario director de las espléndidas “Dark City” o “El cuervo” está perdido en el infierno de la comercialidad, sin posibilidad aparente de redención. Una comercialidad de la que lleva haciendo gala desde que Hollywood le fagocitara con “Yo, Robot” y posteriormente con la incomprendida e infravalorada “Señales del futuro”. Pero incluso entonces seguía manteniendo cierta carga de profundidad, oscuridad y, especialmente, calidad.

Aquí todo eso se ha perdido. Su nuevo film tiene ideas de lo más interesantes y atrevidas, todas ellas surgidas de su manera de reformular la mitología en forma de escenarios digitales de lo más imaginativos, de deidades pasadas de rosca y de criaturas egipcias fantásticas. Pero la mitología que exhibe es de cartón piedra, pura amalgama digital en la que sus actores se desenvuelven sin un solo atisbo de credibilidad interpretativa -se salva Nikolaj Coster-Waldau, el único que parece tomarse en serio la función- ni técnica –los efectos especiales pierden en cuanto los personajes de carne y hueso deben interactuar con ellos-, en la que el guión se muestra soso y aburrido, con una estructura episódica por fases que se resuelven de la manera más simple posible, y en la que sus dos horas de metraje pesan como si duraran el doble.


Y es una lástima, porque “Dioses de Egipto” tiene una componente de lo más kitsch en su diseño artístico, que debió ir acompañada de un desarrollo mucho más entretenido, más desvergonzado y audaz. En su lugar tenemos una insulsa película de aventuras que convierte a la nueva “Furia de titanes” y su secuela en piezas cuanto menos entretenidas, y que no merece ocupar un puesto junto a los dioses. Al contrario, merece estar entre lo peor del año.


A favor: su manera de jugar con la mitología egipcia
En contra: que dirección, efectos, actores y guión no la acompañen
Calificación *
Ni se moleste

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...