viernes, 8 de enero de 2016

LA CRÍTICA. Joy

El lado malo de las cosas
¿Alguna vez has tenido una idea genial que se ha visto aplastada por el pesimismo de los que te rodean? ¿Te han hecho sentir que no vales para nada, que no tienes potencial, y acabas viviendo la vida de los demás en lugar de la tuya propia? "Joy" es un mensaje cinematográfico dedicado a todas esas mujeres audaces que siempre han vivido teniendo un pie encima que les impide levantarse del suelo y prosperar. Una carta a todas esas amas de casa, esposas, madres y hermanas coraje con un sueño por cumplir, un sueño roto por circunstancias de una vida que no ha seguido el camino de esa ficción televisiva idílica en la que muchos deseamos que se convierta nuestra existencia.

Podría esperarse de un cineasta como David O. Russell, en vista de lo dinámicas y positivas que eran sus propuestas más académicas, que su tratado sobre la perseverancia y la lucha por las metas personales se convirtiera en una comedia esperanzadora y revitalizadora que sirviese de inspiración para todo ese sector al que va dirigido. Es decir, una comedia, como es habitual en su filmografía más reciente, nerviosa en el montaje y repleta de diálogos vivaces, actores que hablan sin parar y de situaciones tragicómicas en las que siempre reinase la felicidad.


"Joy" daba para eso, y finalmente acaba siendo todo lo contrario. Le falta precisamente lo que reza su título, alegría, jovialidad, vitalidad. Es un trabajo donde reina la asepsia más absoluta, donde O. Russell no encuentra el tono justo entre comedia y drama, donde las situaciones cómicas no tienen gracia y las dramáticas no calan en el espectador por culpa del tono aséptico de la propuesta y de un catálogo de personajes que no consiguen calar en el corazón del personaje.


El director y guionista no sabe siquiera cómo montarla para solucionar este desaguisado. Por la pantalla desfilan fallos de continuidad y falsos momentos musicales que buscan conectar con el público, dejando todo el peso del relato en un reparto en estado de gracia, pero que no consiguen levantar dos horas de metraje absolutamente deprimentes. Porque lo peor de ella es que, a fin de cuentas, no consigue más que mostrar el lado malo de las cosas, desvirtuando totalmente su propósito principal. Más que alentar a todas esas luchadoras que merecen más de un reconocimiento, acabará deprimiendo a cualquiera que se acerque a ella.

A favor: el reparto
En contra: es una comedia que más que alentar, deprime

Calificación *1/2
Ni se moleste

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