De disfuncional a funcional
La idea es prometedora.
Un cuarteto de seres disfuncionales compuesto por un camello de poca monta, una
stripper barata, un inocentón joven que nunca ha estado con una chica y una
joven vagabunda, cogen una caravana y cual Heisenberg forman una familia
ficticia para llegar a México y hacerse con un cargamento de marihuana sin
levantar sospechas. “Somos los Miller” juega la baza de la escatología y el
humor políticamente incorrecto marca Farrelly, mezclado con el humor de la
nueva comedia R norteamericana, esa que bebe de los talentos surgidos en el
mítico Saturday Night Live.
Lo tiene todo para ser
una comedia rompedora. Para empezar, un reparto de altura, en el que destaca el
buen hacer de Jason Sudeikis, Jennifer Aniston y Will Poulter, aunque haya que
aguantar la sobreactuación de Ed Helms, y la presencia de Emma Roberts sea poco
más que un relleno. Tiene momentos hilarantes dignos de la carcajada más
sonora, como el momento picadura de araña, junto a otros en los que explota muy
bien la condición de “familia” de sus protagonistas, como el intercambio de
besos entre padres e hijos. Y ya que tienen a Aniston en el reparto, pues se
permiten el lujo de tocarle la fibra “Friends”.
Y, pese a estos
elementos positivos, la fórmula no funciona desde un guión que comienza
haciendo gala de una disfuncionalidad en sus personajes que no acaba de
exprimir del todo. La película acaba siendo todo lo contrario, una comedia
funcional, para pasar el rato, que no perdurará como joya del género. A medida
que avanza se le acaban los cartuchos y no puede evitar caer en unos tópicos
que ya desprenden mal olor desde su argumento. Efectivamente, “Somos los Miller”,
y en esto no creo pillar a nadie por sorpresa, acaba siendo el retrato de
cuatro marginados que quieren dejar de estar solos y pertenecer a un clan. La
música dramática sube, los personajes se sinceran los unos con los otros, todos
ponen cara de estreñidos… y yo empiezo a dormirme en la butaca.
No tenía pocas armas
para innovar, pero sus responsables han preferido tirar por terrenos ya
transitados con anterioridad y lo que han servido es entretenido pese a su
abultado metraje. Quizá el problema es mío. Tal vez esperaba una comedia de más
altas miras a tenor de su éxito estadounidense. Igual pretendía simplemente
hacernos pasar un rato agradable. Pero no le habría venido nada mal poner toda
la carne en el asador.
A
favor: el momento “Friends” y el momento picadura de araña
En
contra: que, en contra de lo que pueda parecer, es una comedia
de lo más blanda
Calificación: **
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