sábado, 6 de agosto de 2016

LA CRÍTICA. Escuadrón Suicida

Cómo mola ser malo
Es una verdad incuestionable que invertir los roles protagónicos y heroicos del séptimo arte es un ejercicio tremendamente atractivo. Porque en muchas ocasiones, la némesis es mucho más interesante que el héroe cinematográfico de toda la vida. Ser malo mola, y mucho.

“Escuadrón Suicida” no inventa nada nuevo en ese sentido. Es el enésimo intento por parte de Hollywood de poner en primera línea de cartel a villanos. De convertirles en héroes a su pesar, siempre provistos, cómo no, de un buen fondo que haga que el público sienta empatía hacia ellos. A asesinos a sueldo, psicópatas, locos, pirómanos, payasos de risa distorsionada y hasta monstruos come hombres.

Pero aquí el truco está en hacerlo con una buena dosis de gamberrismo y falta de medicación. David Ayer modula su dura manera de entender el cine de género para ofrecer un entretenimiento en el que reina el caos y la locura en todos los apartados de la producción. Desde el guión hasta el montaje, pasando por un reparto metido en sus papeles hasta la médula, donde Margot Robbie y Will Smith se erigen como reyes de la función. Incluso el ridículo se apodera de ella en más de un instante, pero todo es parte del (sin)sentido del espectáculo carente de prejuicios que ofrece durante sus dos horas de metraje.


Por supuesto, ese exceso de locura tiene sus contras. Y los posibles recortes de Warner también. No todos los personajes están tratados con el mismo mimo, y algunos, como el Joker de Leto, están bastante mal dibujados e insertados casi con calzador. El villano tiene poca chicha, el film no sabe cómo empezar y acabar, y hay momentos sin demasiado sentido por mencionar otros ejemplos de defectos.


“Escuadrón Suicida” no es la obra definitiva del nuevo universo cinematográfico DC, ni la mejor hasta la fecha. Algunos podrían achacarle incluso cierta tendencia marvelita, aunque con una marcada estética punk. Pero esta action movie iluminada con luces de neón y acompañada de música de lo más cañera y acertada da un paso más allá en lo que a adaptaciones de cómics a la gran pantalla se refiere. No por poner a los malos como los buenos. Eso ya lo hemos visto. Sino por hacerlo con descaro y poca cordura. Aunque el delirio vaya en descenso conforme avanza el metraje. Ser malo mola más que nunca. Con ellos estamos en buenas manos.

A favor: Margot Robbie, Will Smith y su ingente dosis de locura
En contra: detalles de guión muy mejorables, y que el delirio vaya en descenso

Calificación ****
No se la pierda

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