Turno de guardia
Desde el que sigue
siendo su guión mejor construido, “Training Day”, David Ayer se ha venido
especializando, escarceos por dinero en el
blockbuster como “S.W.A.T.” aparte, en un tipo de cine realista, rudo y violento,
que deconstruye los arquetipos de los héroes y antihéroes de la calle, ya sea
sentado en la butaca de dirección o solamente escribiendo a dos manos los
scripts.
“Sin tregua” vendría a
ser la enésima constatación de este hecho. Un film directo, sucio, sin
concesiones, que recoge lo peor y lo mejor que una pareja de policías puede
encontrarse en su día a día, y con pasajes de difícil visionado pero reales. Un
cuerpo de seguridad que tiene su propia vida, plasmada en esas esposas que esperan
a que sus maridos vuelvan con vida al finalizar su guardia, y su código de honor, el mismo que hace
entender el cuerpo como una gran familia, y a tus compañeros como verdaderos
hermanos a los que proteger.
La película tiene en la
excelente química de su dúo protagonista, además de en sus realistas momentos,
uno de sus mayores fuertes. Jake Gyllehaal y, sobre todo, Michael Peña, hacen
que su amistad traspase la pantalla, y consiguen que el espectador simpatice
con ellos. El resto de personajes, especialmente el de sufridas esposas que
encarnan Anna Kendrick y Natalie Martinez, aunque correctos, no pasan del
simple calificativo de anecdóticos.
No es que el guión sea
de altura, y alterna pasajes creíbles con otros inverosímiles. Pero obviando
este punto, lo que hace que “Sin tregua” no sea la gran película que fue en su
momento “Training Day” es esa mezcla entre film de Michael Mann y episodio
alargado de la serie “Cops”. Ayer elige como formato para contar su historia el
dichoso found footage, que si bien
aporta realismo en diversas situaciones, le resta realismo en muchas otras –llega
a parecer un juego shooter en el
tiroteo final- en una propuesta que busca precisamente sacudir al respetable
por su dosis extrema de realidad. La cámara en mano es tan abusiva y está tan
mal justificada en buena parte de su metraje que logra desconectar de ella y no
creer lo que sus duras imágenes pretenden evocar.
Pero ahí está, como un
acertado retrato de quienes se juegan la vida diariamente para los que demás
estemos seguros. Sin ensalzarlos ni hacer campaña de alistamiento. Pero sin
demonizarlos, algo que, en los tiempos que corren, más de uno estará deseando.
A
favor: su pareja protagonista, y la crudeza y realismo de
muchas situaciones
En
contra: el dichoso y abusivo found footage
Calificación: **1/2
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