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lunes, 19 de enero de 2015

TAQUILLA USA. "American Sniper" bate récords en taquilla

Fin de semana de Martin Luther King, Jr. y dominado por un evento como la NFL, que arrastra a millones de personas a los estadios y las alejan de las salas. Aunque este año parece ser la excepción. Los 242 millones de $ recaudados durante el fin de semana largo de cuatro días suponen todo un récord que rompe la marca vista en 2009 y 2010, y eleva las cifras de este primer mes del año a cotas estratosféricas que superan con creces las de 2014.

Pero no ha sido el único récord que se ha batido. American Sniper, lo nuevo de Clint Eastwood, revienta todas las previsiones y ha cosechado casi el 50% de las cifras del fin de semana con unos espectaculares 105 millones de $ en estos cuatro días de exhibición. El dato del fin de semana de tres días, 90 millones de $, se convierte en el mejor de invierno de la historia y en el mejor de un mes de enero, cuando las cifras no suelen ser elevadas, y doblando lo conseguido por “Ride Along” hace un año, hasta ahora líder del mes de enero. Y esto sin ser un estreno.

Además, se convierte en el segundo mejor dato para un film calificado R de la historia del cine, a apenas 2 millones de $ de “Matrix Reloaded”, y se erige como el mayor bombazo de Eastwood, al que sólo le queda por delante superar los 148 millones de $ de “Gran Torino”. Además, a su cifra debemos sumarle otros 3 millones de $ recaudados durante las últimas tres semanas, durante las cuales lograba ser la cinta con mejor media por copia de la cartelera, algo que ha vuelto a conseguir este fin de semana sobradamente, cuando le tocaba expandirse al territorio nacional y con ello subiendo por encima del 15.000%. Todo un hito.


La cinta no se ha visto afectada por el evento deportivo, y este éxito mayúsculo se justifica en base a múltiples factores. Por un lado, obviamente, el nombre de su director y su protagonista, Bradley Cooper, y su amplia presencia en los Oscar. Pero por otro, además, el carácter patrio de la propuesta y el estar basada en la biografía de un auténtico héroe para el pueblo americano han hecho el resto, así como el aroma de tensión que se vive en Occidente actualmente. Ahora, con el apoyo de la crítica y el público, y en vista de su formidable comportamiento este fin de semana, su mantenimiento debería ser muy positivo, tanto como para doblar o incluso triplicar este dato si se convierte en un fenómeno. Será, por tanto, el mayor taquillazo de una edición de los Oscar dominada por el cine indie.


En los estrenos, muy buenos datos para la comedia The Wedding Ringer, repleta de caras conocidas de la televisión, que se hace con 24 millones de $ en cuatro días, pero sobre todo para la infantil Paddington, con 25 millones de $ en cuatro días. Esta última ha experimentado un prodigioso fin de semana, aumentando cerca de un 80% el sábado y un 5% el lunes. Además, ha costado mucho menos a los hermanos Weinstein, que han comprado los derechos para distribuirla en suelo estadounidense por menos de lo que ha recaudado. Por si fuera poco, en el resto del globo acumula ya 122 millones de $, por lo que la rentabilidad está más que solventada. Ha convencido también, en exhibición limitada, Still Alice, con 307.000$ en 12 salas, y la segunda mejor media por copia de la cartelera.


La mala noticia la recibe Michael Mann, que ve cómo su Blackhat cierra el top 10 con unos pobres 4 millones de $ en tres días, a lo que hay que sumar otro millón del lunes, cuando ya caía al puesto once. Seguramente se ha visto aplastada por “American Sniper”. Pero lo preocupante en este caso es el desorbitado presupuesto de 70 millones de $, que la aseguran convertirse en el mayor fracaso económico de su director, más incluso que “Miami Vice”. Para rematar el desastre, la crítica y el público la han recibido muy mal, por lo que si llega a los 12 millones de $ al final de su carrera, será todo un milagro.

En los mantenimientos, lo más destacable se encuentra en los títulos de los Oscar. Selma, por ejemplo, no se beneficia en absoluto del hecho de encontrarse en el fin de semana de Martin Luther King, Jr., y cae un 26% al quinto puesto con 29 millones de $ pese al apoyo de la crítica. Mejor le va en el top 10 a The Imitation Game, que apenas se inmuta y alcanza los 51 millones de $, ya uno de los mayores taquillazos de los filmes nominados a mejor película.

Fuera del top 10 aumentan Birdman con 28,5 millones de $, Foxcatcher con 10 millones, The Theory of Everything con 27,5 millones, Whiplash con 6,6 millones de $ -el doble de lo que ha costado-, y, sobre todo, Boyhood, con casi 25 millones de $. Eso sí, todas con una baja media por sala, salvo en el caso de la cinta de Iñárritu y de la francesa Two Days, One Night, que alcanza los 312.000$. Y sin estar nominada, A Most Violent Year también aumenta en recaudación con una de las mejores medias por copia de la cartelera, y rozando ya el millón de $.

Por último, lejos de los premios, tenemos cómo Taken 3 completa el top 5 en cuarto puesto con una fuerte caída del 64% y 66 millones de $ atesorados, mucho menos que su predecesora y con un ritmo que le augura, como mucho, rozar los 100 millones de $. Eso sí, a nivel mundial ya lleva unos robustos 160 millones de $, que pueden garantizar el futuro de la franquicia.

Fuente: Box Office Mojo

jueves, 25 de septiembre de 2014

AVANCES. Primer tráiler de "Blackhat", lo nuevo de Michael Mann

Michael Mann siempre ha sido uno de los grandes del cine. Lleva cerca de treinta años en la industria, y no puedo decir que tenga una sola película que pueda considerarse como olvidable. No, ni siquiera su adaptación al cine de “Corrupción en Miami”. Ha sabido rodar como nadie escenas de acción incluso cuando el film no es de acción propiamente dicha. No hay más que ver “The Insider”, una de sus grandes obras maestras, concebida plano a plano como una cinta de acción calculadísima, siendo sin embargo un potentísimo drama. Todo eso unido a la buena comunión entre música e imagen de sus trabajos, y a su ya característica y cuidadísima predilección por la fotografía digital.

Y, al parecer, no tiene nunca prisa por sacar nuevo proyecto adelante. Aquí está este “Blackhat”, que llega cinco años después de la infravalorada “Enemigos públicos”, y cuyo tráiler llega con algo de demora, pues la película verá la luz en enero de 2015 en las salas estadounidenses. Un technothriller que tiene a Chris Hemsworth como protagonista –el actor podría mostrar otro registro al que nos tiene acostumbrados, algo que ya empezó a asomar en la excelente “Rush”-, y cuyo primer avance es todo lo trepidante y absorbente que se puede esperar de alguien como este director. Puro Michael Mann.

domingo, 16 de agosto de 2009

LA CRÍTICA

Enemigos públicos ****
(Public Enemies)

22 de Julio de 1934. Momentos antes de morir acribillado a balazos ante el Biograph Theater, John Dillinger se encontraba asistiendo a la proyección de un estreno, “El enemigo público número uno”, W.S. Van Dyke. Dillinger vio en la pantalla un reflejo de su propia vida en el personaje encarnado por Clark Gable, un álter-ego que demostraba hasta qué punto Hollywood se benefició del Robin Hood de la época, un ladrón reconvertido a héroe y que, paradójicamente, convertía en un gran show, en una gran película americana, cada uno de sus robos y sus intentos de fuga, a la vez que la industria cinematográfica aprendía de sus métodos.

Cinéfilo irredento pero a la vez deudor de su propia estética videoclipera heredera de la era digital, Michael Mann recurre a este sutil juego de espejos que representa uno más de los muchos momentos cumbre que encadena “Enemigos públicos” y que demuestra las inquietudes artísticas de un cineasta llamado desde hace años a ser un autor de culto, capaz de gestar muy buenas películas o en algunos casos obras maestras.

Lo que primeramente puede chocar de la cinta es su arriesgado planteamiento formal. Mann vuelve a rodar en digital, cámara en mano, filmando a sus personajes en primerísimo primer plano, desde los ojos a la nuca, psicoanalizándolos con la nitidez que solo una cámara de alta definición puede proporcionar, y siempre imprimiendo a sus películas un ritmo de película de acción, se trate del género del que se trate.

A lo que asistimos con este novedoso enfoque de la historia es a otro juego de espejos, al choque de dos caras equivalentes de la misma moneda: el Mann actualizado, ese director de sabia y portentosa mano digital, frente al Mann cinéfilo, el que consigue mirar hacia atrás al cine en el tiempo sin perder su particular estilo. Un ejercicio de anacronismo que puede resultar poco conveniente para la historia que se trata, pero que en el resultado final resulta de lo más acertado. El realizador logra ensamblar perfectamente ambos puntos de vista, convirtiendo al filme en un digno heredero del cine negro y el western de los años 30, del thriller de Raoul Walsh o George Cukor, a la vez que le permite no abandonar su enorme poderío narrativo, algo que vemos también en la formidable banda sonora de Elliot Goldenthal, mezcla de estilos de la época con los actuales.

Largamente acariciado por su director, este proyecto parece también haber nacido para ser interpretado por Johnny Depp. El actor deja de lado sus sobreactuaciones habituales y se muestra cómodo en su encarnación de Dillinger, una interpretación de Oscar que va desde la crudeza del atracador metódico y despiadado con los que se interponen en su camino hasta el mujeriego, el héroe de media sonrisa socarrona. En el otro extremo está su némesis, un sosías con las inconfundibles maneras de un muy acertado Christian Bale, encarnando a un Melvin Purvis que quizás no esté tan bien dibujado como Dillinger, pero al cual la cámara de Mann trata como un igual. Dos personajes inmersos en una persecución sin cuartel que puede rememorar a la misma “Heat” del director, pero sin la correspondiente disección equitativa de ambos bandos, pues se podría haber sacado más partido al personaje de Purvis.
Se dejan en el tintero muchos detalles que podrían haber dado mucho juego, como la relación Dillinger/Purvis, la importancia del primero para la moral de una sociedad que aún siente los devastadores efectos del crack del 29 o su talante de showman. Lo que a Mann le importa son los hechos, la personalidad del enemigo público número 1 del país, su relación con Billie –brillante Marion Cotillard- y hasta la ridiculez de ese cuerpo de policía al que tantas veces toreó, llegando incluso a pasearse por los despachos del aún virgen gabinete de J. Edgar Hoover y preguntar a sus hombres por el resultado de un partido sin levantar ni una sospecha en una de las secuencias más surrealistas de toda la película. Todo ello con un ritmo vertiginoso propio del cine de acción, digitalizado hasta la médula pero con un reconocible aroma a cine negro y western, en una de las mejores películas de la carrera del cineasta. Y ya van muchas.

A favor: lo bien que encaja el estilo de Mann con la historia que trata
En contra: el poco dibujado personaje de Bale y algunos pasajes de la historia real
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