Justo
cuando pensábamos que a cinco días de fin de año no podíamos recibir ninguna
triste noticia, nos levantamos sabiendo que un magnífico secundario del
celuloide y las tablas nos ha dejado precisamente en Nochebuena. Y lo hacía
justo cuando se cumplían 50 años de su comienzo en la interpretación, sin
contar su debut en la pequeña pantalla con un también pequeño papel en 1953.
Charles Durning,
después de combatir en la Segunda Guerra Mundial, participó en más de 30 obras
teatrales, hasta que a comienzos de los 70 le llegaría su gran éxito en los
escenarios, ganando un Tony por “That Champion Season”. Y aunque había
intervenido en filmes desde hacía diez años, no fue hasta 1973, con “El golpe”,
que llegaría su salto al estrellato definitivo. A partir de ahí se convirtió en
un actor de reparto de excepción, con papeles en “Primera plana”, “Tarde de
perros”, “Tootsie”, “Scarface”, “Dick Tracy”, “El gran salto”, “A casa por
vacaciones”, “O brother!” o “State and Main”. También se hizo un importante
hueco en la televisión, dejando su imborrable huella en “Cuentos asombrosos”, “Los
Kennedy”, “La familia Newton”, “El abogado”, “Raymond”, “Monk”, “Rescue Me” o “Family
Guy”, entre otros trabajos.
Fue nominado a dos
Oscar por “Soy o no soy” y “La casa más divertida de Texas”, ganó un Globo de
Oro por “Los Kennedy”, ganó un premio de la National Board of Review como
secundario por “Tarde de perros”, fue nominado a una decena de Emmys y obtuvo
su estrella en el Paseo de la Fama en 2008. Pocos homenajes, aunque justos y
merecidos, para un titán de la interpretación, que fue capaz de brindarnos más
de 200 trabajos entre cine, televisión y teatro en poco más de medio siglo
dedicado a la interpretación. Descanse en paz, maestro.
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