sábado, 27 de septiembre de 2008

Paul Newman (1925-2008)

No tenía esta misma sensación desde que nos dejara otro clásico rebelde, Marlon Brando. A diferencia de éste, Paul Newman demostró incluso en sus últimos trabajos que aún era un nombre imprescindible para el celuloide. Supo siempre mantener su condición de indomable, hasta con unos años de más. Lo que sí comparte con Brando es el haber pasado a mejor vida como dueño de un recuerdo imborrable, el de un actor guapo, seductor, con carácter y presencia en pantalla y con un aire indescriptible con palabras, pero que se sitúa a medio camino entre lo casual y la rebeldía.

Paseó su penetrante mirada por infinidad de películas en blanco y negro y color. “El zurdo”, “El buscavidas” o “La leyenda del indomable”, entre otras, fueron testigo de su perseverancia y de dicha mirada. Pero sus potentes ojos verdes brillaron más que nunca en una de mis películas favoritas, “La gata sobre el tejado de zinc”, cinta que potenció mi amor platónico hacia el intérprete de la misma manera que “Un tranvía llamado deseo” hiciera con Brando o “Al Este del Edén” con James Dean.

El Hollywood clásico, y por extensión el actual, pierde a una de sus más fuertes presencias, a un actor que hasta en su últimos meses de vida, en lo que sería la crónica de una muerte anunciada, prefirió morir en casa con los suyos antes que entre las frías paredes de un hospital y confirmó con ello su eterna imagen de rebelde, pero esta vez con causa.

Para finalizar, recomiendo la entrada dedicada a la película de Richard Brooks en un blog imprescindible, Fuego En El Cuerpo.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Stone y la sátira política de Bush

Oliver Stone ha sido siempre un autoproclamado portavoz de la política y la sociedad americana. Prueba de ello son sus sensacionales retratos del asesinato de Kennedy en "J.F.K." o el del presidente Nixon en la película del mismo nombre. Sin embargo, si algo pierde al director es su vena patriótica, y su discurso no ha sido tan lúcido en otras ocasiones, como en la fallida "World Trade Center". Ahora se atreve con George Bush en la que es una de las películas más esperadas del año. Era obvio que la cinta desprendería aroma a película partidista y protesta en cada fotograma, estando dirigida por Stone y tan próximas las eleccionas americanas. Intentando huir de la burda y simple crítica, parece que el realizador ha tomado el camino más lógico: la comedia. A la vista del trailer, que les dejo a continuación, la película promete una sátira mordaz de la figura del aún presidente de los EEUU, recordando bastante a "Primary Colors". Por cierto, Josh Brolin, tan solo viendo estos avances, promete una encarnación del personaje de las que hacen época.





Para acabar, se prepara la precuela de "Soy leyenda", satisfactoria película apocalíptica en cuya nueva entrega participará de nuevo Will Smith y dirigirá nuevamente Francis Lawrence.

sábado, 20 de septiembre de 2008

LA CRÍTICA

Los extraños **

Típica y tópica

Ha sido la gran sensación del terror made in USA de este año. Esto puede deberse o bien a la escasez de cintas del género que se realizan hoy en día al otro lado del océano, o bien a que realmente el producto merece la pena. Esto último dejaría de manifiesto el buen gusto del público americano, mientras que lo primero serviría para constatar una vez más que una gran parte del cine que Hollywood realiza es por amor al dinero, sin un ojo puesto de cara a la calidad. Vista la película, el espectador europeo, que suele tener mejor juicio, no verá más que otra película de terror estadounidense, de esas con las que hace tiempo que no nos hace sufrir.

Analizando el resultado final, no es de extrañar el éxito que ha cosechado. Tanto en sus tramos inicial y final, “Los extraños” tiene ese aroma a película basada en hechos reales y que ayudan a dar credibilidad a la historia. En esos puntos, la forma de contar la historia recuerda mucho a “La matanza de Texas (2004)” -no a la original, que se preocupaba más de lo visceral- y a “Los renegados del diablo” de Rob Zombie, que con un tono casi documental dotaban a la historia de un convincente halo de veracidad. Éste es el detalle que más aprecian los críticos, cuando el cine de terror sirve para algo más que para asustar y se vuelve un género necesario para diseccionar la crueldad del ser humano.

El mayor mérito de su debutante, Bryan Bertino, es el haber detectado ese recurso a tiempo. En ningún momento muestra la verdadera cara del mal, porque sencillamente no es imprescindible. Lo que hay en “Los extraños” es violencia injustificada, la misma que, como rezan los créditos iniciales, acaba con las vidas de miles de personas cada año. Los últimos minutos, cuando los asesinos exponen la estremecedora razón de sus actos y la visualización de la escena del crimen, pertenece a esa corriente del terror movie con mensaje, apoyado en escalofriantes hechos reales -no los que sirven de base a la historia, sino cualquier hecho en realidad-.

El gran problema está en el desarrollo, tan arquetípico como las películas de terror adolescentes. Consciente de que lo que mueve al público a las salas es algo más que contar la misma historia de serial killers que otros ya hicieran antaño, Bertino rellena los minutos intermedios con todos los tópicos del género: escollos de guión en los que los protagonistas se las arreglan para quedarse a solas; sustos de mirilla en los que la protagonista acecha a través de cortinas, por donde sabemos asomará el asesino... incluso el plano final obedece al efecto susto previsible que sabemos de sobra que vendrá.

Se podría haber contado la misma historia de una manera más inteligente, sin recurrir a esos recursos que la hagan tan previsible y esquemática. Ya lo hicieron otros antes, aunque con mayor fortuna y sin caer en efecticismos recurrentes. Una lástima, porque los pocos momentos en los que subyace la lectura socio-psicótica de la sociedad el film logra convencer. Lo demás no resulta mejor que “Un San Valentín de muerte”.

Lo mejor: los escasos momentos en los que se asoma el cine de serial killers con mensaje social

Lo peor: El resto, demasiado previsible y esquemático
The Strangers
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Terror, EEUU, 2008, 85 minutos Dirección y guión: Bryan Bertino Intérpretes: Liv Tyler, Scott Speedman

miércoles, 17 de septiembre de 2008

LA CRÍTICA

El rey de la montaña ***

No debería avergonzarnos el hecho de que los realizadores patrios encuentren referentes en la cultura yanqui. Ya lo han hecho directores como Juan Carlos Fresnadillo en sus dos películas o Juan Antonio Bayona en la exitosa “El orfanato”. El truco está en tomar las corrientes estéticas del cine americano y hacerlas nuestras, pero sin españolizarlas, error que hemos cometido en cada incursión en el terror adolescente.

Las referencias argumentales de Gonzalo López-Gallego en esta su tercera película son bastante obvias. La cacería humana a la que se ven sometido Quim (convincente, como de costumbre, Leonardo Sbaraglia) y Bea (inexpresiva María Valverde) por estar en el sitio menos indicado en el momento menos oportuno podría recordarnos a “El diablo sobre ruedas” , cambiando el desierto por el desorientador paisaje del campo. En común con la película de Spielberg mantiene el concepto de una persecución sin sentido, que arranca cuando menos te lo esperas y que se desarrolla sin cuartel, y todo sin mostrar el rostro de los perseguidores. E incluso podrían verse referencias a ese cruel entretenimiento televisivo en “Perseguido”, película deudora del espíritu de los 80 y que muchos ven como un clásico, a pesar de su dudosa calidad cinematográfica.


Sin duda, lo que sí bebe de las aportaciones americanas es su atmósfera opresiva y el ágil uso de la cámara y la claustrofóbica fotografía. “El rey de la montaña” sabe mantener en ciertos momentos una tensión que invade al espectador, que unido a su magnífica puesta en escena y su corta duración consiguen que el film se pase volando, a pesar del hermetismo del propio guión con sus personajes y que evitan que el espectador llegue a confabular con ellos.

El aliciente de no conocer la identidad de los cazadores se difumina cuando tan solo restan veinte minutos para el autocomplaciente, aunque necesario, desenlace. Es cuando “El rey de la montaña” demuestra lo que es verdaderamente: un juego infantil fruto de la cultura de los videojuegos. En ese sentido, la película de López-Gallego guarda semejanza con su propia segunda obra, “Nómadas”, como manifiesto acerca de la desorientada juventud actual que disfruta con la violencia injustificada, lo que la hace guardar no pocas relaciones con “Elephant” de Gus Van Sant o “Funny Games” de Michael Haneke.

Ese giro final puede hacer restar verosimilitud a la propuesta, en especial por la filmación subjetiva de la secuencia en el poblado, claramente influenciada por los videojuegos en primera persona. Algunos pueden no estar de acuerdo con su discurso, tachándolo de grandilocuente y manipulador, pero nadie resultará indiferente. No estamos ante una película redonda, ya que posee altibajos y partes poco creíbles, pero sí ante una cinta y un director realmente interesantes, capaz de coger extractos de distintas fuentes sin que huela a copia.

Lo mejor: la puesta en escena
Lo peor: la poca credibilidad de algunos momentos y, por supuesto, lo mucho que ha tardado en estrenarse

El rey de la montaña
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Thriller, España, 2007, 84 minutos

Dirección: Gonzalo López-Gallego
Guión: Javier Gullón y Gonzalo López-Gallego
Intérpretes: Leonardo Sbaraglia, María Valverde

jueves, 11 de septiembre de 2008

LA CRÍTICA


El tren de las 3:10 ***1/2

Hace unos meses, el debutante David Von Ancken presentaba su ópera prima, “Seraphim Falls (Enfrentados)”, western a caballo entre el spaghetti más sucio y polvoriento y el clasicismo americano. También con retraso llega ahora “El tren de las 3:10”, que junto a la cinta de Von Ancken podría emitirse en sesión doble como uno de los mejores acercamientos del cine actual al cine del oeste.
Al igual que en “Seraphim Falls, “El tren de las 3:10” plantea el careo entre dos figuras antagónicas. Pero lo que en aquella se trataba de un ajuste de cuentas sin cuartel, en esta ocasión se torna en la necesidad de un hombre de sacar adelante a su familia llevando a uno de los criminales más buscados al tren que le conducirá a la horca.
Ambas películas comparten características. En primer lugar, ofrecen todo un enfrentamiento actoral entre dos grandes intérpretes. Lo que en “Seraphim Falls” era un duelo entre dos figuras británicas consagradas, Pierce Brosnan y Liam Neeson, en la que nos ocupa es un forcejeo magistralmente llevado por dos estrellas de nuestro tiempo que con los años pisan más fuerte, el de moda Christian Bale y el siempre fenomenal Russell Crowe. Es de estos dos monstruos de los que depende buena parte del resultado final.
Como segundo punto en común está el acierto por mostrar los grandes cambios que durante el siglo XIX se produjeron en los Estados Unidos. La modernización de un país como telón de fondo, modernización que trajo consigo expropiación de tierras, construcción del ferrocarril, contratación de mano de obra extranjera o una de las más deplorables, la del diezmado de los indios nativos, cultura que tuvo que sucumbir a las costumbres del nuevo mundo, ya fuera como criados o usando las armas de fuego para defenderse.
Pero existe un nexo de unión básico entre ambos filmes, aquel por el cual son una realidad: la recuperación de un género poco arraigado en el cine moderno, tan poco artesanal que el western ya parece no tener cabida en él. Y es en ese sentido en el que ambas obras consiguen su objetivo, tomando modelos que son inevitables y obligatorios.
“El tren de las 3:10” es un western modélico, que rescata del olvido la esencia del western, y se diferencia de “Seraphim Falls”, al igual que de la película homónima que remakea, en la misma concepción del producto. James Mangold, director regular pero interesante donde los haya, realiza una peli con muchas balas y muchas armas, en la que impera más la acción y la espectacularidad que las escenas melodramáticas y filosóficas que insuflaban al original de Delmer Daves. Donde aquella flaqueaba, que era precisamente en esa carga de escenas dramáticas sentimentaloides, esta pasa muy a su favor de puntillas.
Mangold dirige con solvencia una de sus mejores películas, junto a “Cop Land”, en la que falla precisamente lo mismo que en “Seraphim Falls” y en la original “El tren de las 3:10”, el desenlace. El gran problema es que en una historia de estas características, en el cual la lucha entre el bien y el mal está tan acentuada, es fácil caer en la autocomplaciencia, en el final que mejor se ajuste a lo estrictamente correcto. Sin embargo, suficientes son los alicientes de esta película como para no permitir que ese detalle acabe con el conjunto de lo que es una vuelta al género con mayúsculas, con un pie en el cine de antaño y otro en el actual. Como último detalle, la recuperación del gran Peter Fonda y el revólver que pasa de mano en mano, que me sirve para aconsejar otro gran clásico, “Winchester 73”, de Anthony Mann.
A favor: Crowe y Bale, gigantescos
En contra: el desenlace, demasiado autocomplaciente, y que haya tardado un año en estrenarse
3.10 to Yuma
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Western, EEUU, 2007, 117 minutos
Dirección: James Mangold
Intérpretes: Russell Crowe, Christian Bale, Logan Lerman, Ben Foster, Peter Fonda Gretchen Mol, Vinessa Shaw

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Batman 3 es todo un Acertijo

Aún nos estamos recuperando de la resaca post-caballerooscuro, pero todo son rumores de cara a la tercera entrega. Que si Nolan está de vacaciones (merecidísimas, por supuesto) y no apunta si hará o una nueva entrega, que si volverá o no el Joker, que si Cher será Catwoman... Si atendemos a cómo acaba "The Dark Knight", tal y como ocurría con el avance del desenlace de "Batman Begins", la tercera parte debería comenzar con Batman como enemigo de Gotham, una figura a la que perseguir y ajusticiar. Si incluyen o no a nuevos villanos, pues no lo sabemos.


Lo cierto es que a varios años de su estreno, la tercera película, y espero que la final de la saga, es todo un acertijo. Y es precisamente este personaje, aquel que vilipendiara Jim Carrey sobreactuando en "Batman Forever", el que se rumorea como nuevo malo malísimo. Sobre quién lo interpretará hay varios rumores. Unos dicen que Anthony Michael Hall, actor que los que vivimos los 80 recordaremos de "Eduardo Manostijeras" o "La mujer explosiva", y que dicen aparecía en "The Dark Knight". Sinceramente, me pasé toda la película buscándole y no le vi. Si alguien lo logra que lo diga. El otro rumor apunta a Johnny Depp como el próximo Edward Nygma, intérprete al que francamente no veo en el papel. Confiemos en la buena mano del director.

Hablando de "The Dark Knight". Ya es la segunda película más taquillera de la historia en los Estados Unidos, y a día de hoy lleva recaudados 504 millones al otro lado del charco, aún lejos de los 600 de la todopodesora "Titanic", pero rompe la barrera de los 500, algo que sólo había conseguido el film de James Cameron hasta ahora. Y algo más importante, lo ha hecho en la mitad de tiempo. A nivel histórico mundial se encuentra en 9º posición, con 922 millones. Todo un logro.

Y para acabar otra de superhéroes. El estreno de Watchmen peligra por culpa de Warner Bros y Twentieth Century Fox. Parece que ambas productoras pelean por los derechos de la que será sin duda la peli de superhéroes de 2009.
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