jueves, 14 de febrero de 2013

LA CRÍTICA: Blue Valentine

El amor no es para siempre
El amor duele. Comienza como una ilusión, con un desbordante optimismo, pero acaba con carencias de afecto y comprensión por parte de ambas partes. Quién le iba a decir a Cindy y Dean que aquel amor a primera vista que parecía que iba a durar para siempre, que se sobrepuso a un embarazo no deseado y a las iras de un ex, se tornaría cada vez más amargo conforme fueran pasando los años, cuando el paso del tiempo pusiera las cosas en su sitio.

Parece acertado hablar en San Valentín de un film como este, pero como reza su título, debe hacerse desde una desoladora tristeza. Porque el motivo es que, con dos años de rechazo, por fin llega a la cartelera española, aunque sea de manera minoritaria. Y como suele ocurrir con las cintas que tardan en estrenarse en nuestro país, o que directamente no llegan a hacerlo, estamos ante una de las joyas de los últimos años.

Es imposible no reconocerse en la pareja protagonista de “Blue Valentine”. Su retrato del amor, del inexorable paso del tiempo y de su caducidad, es sincero, brutal y directo. Sin sucumbir al melodrama, sin abusos artísticos y estilísticos, con un marcado e inconfundible tono indie. Su realizador, el documentalista Derek Cianfrance, sólo necesita montar la historia intercalando el presente y el pasado. En una habitación del futuro, ayudado de un portentoso guión, el director echa un vistazo al feliz pasado, cuando todo comenzó con optimismo, para arrojar luz acerca de cómo se ha acabado en un presente tan triste y frío, donde imperan los tonos azulados. Cada acto feliz del entonces choca con un pasaje infeliz del ahora, y viceversa, en la crónica de la muerte anunciada de una relación que tiene el mejor reflejo del futuro en los padres de la protagonista femenina.


Y, por supuesto, se vale de dos soberbios actores como Michelle Williams y Ryan Gosling, entregados a sus personajes -físicamente, su cambio es espectacular- y dotados de una química salvaje que casi traspasa la pantalla. Suyo es buena parte del mérito de que esta película perdure en la memoria tras su visionado, de que no pare de hablarse de ella después de más de dos años desde su estreno, incluso antes de ser nominada al Oscar a mejor actriz protagonista. Suyo y de un director y guionista que ha hecho uno de los retratos más realistas, románticos y a la vez crudos del amor y sus distintas fases, de lo fácil que se puede transformar en desprecio, repulsión y odio. Una propuesta para degustar en este día tan señalado. Con dos años de retraso o cuando se tercie. Nada es para siempre, salvo esta gran película.


A favor: su montaje, su guión, sus dos actores protagonistas y su crudo retrato sobre el amor
En contra: ¿dos años en llegar a nuestras salas?
Calificación: ****

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