Mi amigo extraterrestre
Simon Pegg y Nick Frost se han convertido en dos genios a la hora de parodiar, desde el respeto, pero con muchísima mala leche, géneros de lo más dispares. Lo hicieron mofándose de las constantes del cine de zombis en “Shaun of the dead (Zombis Party)” y posteriormente de los defectos y virtudes de las buddy movies en “Arma fatal”, y ahora repiten suerte con “Paul”.
A partir de la historia de estos dos frikis británicos que viajan a Estados Unidos para vivir la experiencia ovni y zambullirse en la fiebre comiquera y fanática de la Comic Con y acaban embarcándose en la aventura de su vida para salvar a un extraterrestre tan terrestre que dice tacos y conoce al dedillo nuestras costumbres, sus creadores han creado una road movie descerebrada y divertida, un viaje a través de la cultura geek de todo un país y con muchas generaciones a sus espaldas.
Pero bajo su capa de humor marcadamente british y su respetuosa parodia de toda una cultura popular, esta mezcla entre “E.T.” –o si lo prefieren, de su copia bastarda, “Mi amigo Mac”, a la que le recuerdan con cariño en más de una secuencia y diálogo-, o en general toda la ciencia-ficción de los 80 spielbergiana, y la televisiva “Alf”, se encuentra un ejercicio de nostalgia por un tipo de cine añejo imposible de recuperar, pero al que sus responsables miran con nostalgia, con la mirada del niño que mira al cielo esperando establecer
contacto con un amigo de otro planeta.
Es posible que le falte aún más mala leche, y que por ello no esté a la altura de trabajos anteriores, y que durante su primera media hora le cueste despegar, aunque después no deje de mejorar minuto a minuto, pero sin duda la propuesta de “Paul” es divertida y posee el suficiente número de momentos memorables: el germen de la idea de más de un clásico de la ciencia-ficción; el debate ciencia contra fe entre el extraterrestre y la católica cegada; el momento inspirador a Spielberg, aparición sonora del realizador incluida … y, cómo no, el agradecido cameo alien del final . Capitaneados en esta ocasión por Greg Mottola, quien a pesar de demostrar tener más ojo para las secuencias de diálogos entre personajes que para el montaje y la mano para la acción del otrora habitual de la pareja Edgar Wright sale más que airoso del reto, Pegg y Frost lo han vuelto a hacer. Han vuelto a realizar una inteligente parodia, pero profundamente nostálgica y respetuosa, como buenos frikis que son.
A favor: su mirada nostálgica tras su apariencia de cine parodia
En contra: se echa de menos la mala leche de trabajos anteriores
Valoración: ***1/2
2 comentarios:
La tengo muchas ganas desde hace tiempo, pero si que se ve ya desde el trailer que no va a tener la mala hostia de las que has citao.
La adquirí por curiosidad pero todavía no la veo, tu reseña me despierta las ganas de hacerlo, eso que jueguen con nuestro imaginario extraterrestre me agrada porque suelen hacerse películas muy serias al respecto y de vez en cuando es bueno una parodia, Spielberg por ejmplo ya nos ha ofrecido maravillas, ET es estupenda. Un abrazo.
Mario.
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