viernes, 3 de octubre de 2014

LA CRÍTICA. Frank

La realidad dentro de una cabeza de papel maché
Es, posiblemente, la película más extraña del año. Hilarante, ridícula, friqui, un poco hipsterica,… pero con los pies en la tierra. Una comedia negra y algo bizarra que funciona a la vez como relato de la experiencia del guionista Jon Ronson como teclista de la banda de Frank Sidebottom, y como homenaje de la figura de su líder, Chris Sievey, que hizo de una enorme cabeza de papel maché epicentro de la música pop indie de los 70.

La descomunal cabeza de Frank, personaje que viene a confirmar que Michael Fassbender es uno de los mejores actores de su generación, aunque no muestre su cara, es un agujero negro de creatividad y talento que engulle todo lo que le rodea, el linde entre lo racional y la locura, vocalista de una banda de desequilibrados que tiene en su propio desequilibrio mental su reducto de estabilidad. En eso y en la música, siguiendo la máxima de que todo puede ser motivo de inspiración en la búsqueda de esa inspiración oculta en los rincones del alma.


La película de Lenny Abrahamson acierta a la hora de presentar una historia tan aparentemente absurda caminando siempre sobre esa fina línea que separa la genialidad de la chorrada más absoluta. Porque de eso trata “Frank”. Ya sea desde el punto de vista de esas redes sociales marcadas por los trending topics y la cantidad de seguidores, o del aspirante a músico que ve en el grupo, y en su cabeza líder, la oportunidad de hacerse famoso, lo que viene a exponernos la cinta es el irremediable choque entre la mediocridad y el talento, el culmen de la banalización de las masas hacia los productos supuestamente estrafalarios y el afrontamiento de una realidad que es más llevadera a través de los ojos de una cabeza postiza.


Pero “Frank” es tan rara que exige por parte del espectador que saque su vena más marciana para no catalogarla de auténtica ida de olla intranscendente. Es un experimento, y como tal requiere de un salto de fe, de dejarse llevar por su estridente banda sonora –magistral la mejor canción que Frank haya hecho nunca, su canción sumamente atractiva-, por su viaje de atmósferas cambiantes -perfectamente fotografiadas Irlanda y Texas-, y por esta panda de inadaptados entrañables que a ojos del mundo son tratados como dementes. Y no olvidemos que a Newton, Van Gogh o Beethoven también los tomaron por locos.

A favor: lo bien que transita la fina línea que separa la chorrada de la genialidad; un Michael Fassbender rotundo hasta con máscara
En contra: hay que ser muy marciano para pillarle el punto

Calificación ***1/2

3 comentarios:

JLO dijo...

me la bajé porque me sonaba muy original... espero que me guste, le tengo fé ja... salu2....

obidantenobi dijo...

Gracias por llamarme marciano :)

Gerardo Medina Pérez dijo...

Espero que te guste JLO ya me cuentas.

Jaja Dante, yo me he autollamado marciano también. Y a mucha honra

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