Gracias
a Carlo Rambaldi, el cine ha ganado criaturas cinematográficas y efectos
especiales para el recuerdo. Rambaldi , italiano de nacimiento, empezó su
carrera en su país natal a finales de los 50 con “Sigfrido”, y continuó en
Italia hasta mediados de los 70 a las órdenes de Mario Bava (“Bahía de sangre”,
“Terror en el espacio”), Dario Argento (“Rojo oscuro”) o Lucio Fulci (“Una
lagartija con piel de mujer”), entre otros. Pero fue con su salto a Hollywood,
con el “King Kong” de John Guillermin, cuando Rambaldi adquiriría fama mundial.
Tras ganar el Oscar por su trabajo en este film, continuó trabajando a las
órdenes de Steven Spielberg (“Encuentros en la tercera fase”, “E.T.”), Ridley
Scott (“Alien”), Oliver Stone (“La mano”), Richard Fleischer (“Conan, el
destructor”) y David Lynch (“Dune”), llegando a ganar tres estatuillas doradas
por los efectos de “E.T.” y “Alien” y uno especial por “King Kong”. También se
alzó con un David di Donatello y un Saturn Award, aunque también fue nominado
al Razzie a peores efectos por “King Kong 2”.
Retirado del cine desde
1988, cuando ya su carrera empezaba a desfallecer, ofreció 32 trabajos en cine.
No parecen muchos, pero fueron más que importantes. Nos deja con 86 años y un
legado impresionante. Y para muestra una foto, una instantánea mítica con una
de sus criaturas más famosas, aquella que hace ya tres décadas soñaba con
volver a casa. Descanse en paz, maestro.
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