Los
que nos criamos en los 90 le recordaremos como “El Gaitero”, ataviado con su
característica blusa blanca en la que se podía leer “Hot Rod!” y su falda
escocesa, y con una fanfarria de gaitas de fondo. Era en la WWE, más conocida
en aquella época como Pressing Catch, que amenizaba las primeras emisiones de
Telecinco.
Y ni siquiera era
escocés. Roderick George Toombs nació en Canadá, y desde muy joven fue
entrenado para ser luchador tras morir su padre. Con sólo 16 años ya se había
convertido en toda una estrella de la lucha en su país de origen, y antes de
eso había sido boxeador y campeón de judo. Triunfó en la NWA Mid-Atlantic y se
convirtió en campeón de los pesos pesados antes de enrolarse en la WWF, donde
ya alcanzaría fama mundial hasta su salida en 1996, a pesar de ser uno de sus
integrantes más odiados. Pero también, como uno de los más importantes.
Pero “Rowdy” Roddy
Piper también hizo sus pinitos en la actuación. Fue a partir, precisamente, de
su salto a la fama sobre el ring mediático cuando empezó a participar en
producciones ochenteras de bajo presupuesto de acción y comedia. Con pocos
trabajos interpretativos a sus espaldas, su máximo hito se produjo en 1988,
cuando se puso a las órdenes del maestro John Carpenter para protagonizar la
soberbia “Están vivos”, una joya de la ciencia-ficción a la que el tiempo ha
tratado con enorme justicia entre los aficionados al género.
Tras permanecer más
centrado en la lucha que en el cine, volvió a mediados de los 90 a probar
suerte en el medio en filmes de bajo presupuesto, la mayor parte destinados al
mercado doméstico, como “Peligrosamente duros” o “Fuego en las calles”, y no
sería hasta bien avanzada la primera década del nuevo siglo cuando volvería a
dejarse ver en el cine. Sería nuevamente en proyectos modestos, llegando a encadenar
media decena de títulos por año. De hecho, tenía ya en fase de post-producción
varias cintas preparadas para 2016.
Roddy Piper nos ha
dejado a los 61 años de edad víctima de un paro cardiaco mientras dormía en su
casa en Hollywood. Deja tras de sí un legado de más de un centenar de trabajos
entre la pequeña y la gran pantalla. Pero sobre todo, deja su huella como uno
de los más grandes luchadores que ha dado la WWF. El más polémico, pero también
de los más respetados. Nos deja con su “Sleeper Hold”. Descanse en paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario