Levantarse
de toda mañana y encontrarse con tres avances que rompen todos los esquemas
como los que presentamos a continuación, no tiene precio. Tres homenajes a los
machotes de toda la vida.
Comenzamos más por un
avance de tráiler que un tráiler en sí. Los últimos días, Fox nos ha
bombardeado con unos carteles de calidad más que discutible y un aspecto de
aventura esquizofrénica y naif, muy de cine oriental sin prejuicios, con “The
Wolverine”, que pese a contar con un cineasta tan solvente como James Mangold,
tiene un tufillo tan rancio como el de la primera entrega. Hasta que he visto
este primer avance, tan comedido y serio que me hace replantearme mi postura.
No será una gran película, posiblemente, pero al menos esto ya no huele a
pestiño.
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El pasado fin de semana
llegaba a la cartelera estadounidense “Olympus Has Fallen”, modesta superproducción
que retrata un hipotético ataque terrorista a la Casa Blanca, y lo hacía con
importantes cifras dado su tamaño. Ahora llega el primer tráiler de su hermana
mayor, “White House Down”, dirigida con 150 millones de $ de presupuesto por un
Rey Midas de Hollywood, Roland Emmerich, acostumbrado a hacer volar edificios
por los aires y amasar millones a su paso (“Independence Day” y “2012” así lo
atestiguan). Lo más sorprendente del caso es que aquí han decidido pasar de la
espectacularidad de ver la Casa Blanca en llamas, que también hay de esto, a
convertir a Channing Tatum en John McClane. Y es entonces cuando desconectas,
aunque pinte que va a ser entretenida y muy, pero que muy, patriótica.
Y acabamos con el
tráiler más cachondo del día, fruto de otro experto en explosiones, el nervioso
Michael Bay. “Pain & Gain” parece un proyecto de lo más personal, -algún iluminado habló de ella como el "Pulp Fiction" de Bay- que
combina la acción de su cine con el humor y colegueo de “Dos policías rebeldes”.
Pero atención a este nuevo avance, que descoloca tanto como el enorme cuello de
toro de Dwayne Johnson. Inclasificable, todoterreno, ciclado... pura oda a la
testosterona y los gimnasios. Y encima, con Ed Harris.
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