lunes, 22 de septiembre de 2014

LA CRÍTICA. Carmina y Amén

Con la muerte en los talones
En algunas especies de pájaros, si uno muere, su pareja va muriendo con él poco a poco. Carmina ya demostró en aquella sorpresa que supuso “Carmina o revienta” que es una mujer fuerte, independiente, una madre coraje que vive por y para los suyos. La familia es lo más importante. Cuando Antonio fallece, Carmina no se resigna a seguir sus pasos. Sabe que este hecho trágico es un aviso, sabe que sus días, dada su edad, podrían estar contados. Pero no se da por vencida. Porque cuando te vas de este mundo dejando la vida de los que te rodean bien atadas, poco importa la muerte.

Así comienza “Carmina y Amén”, segunda y emotiva dedicatoria que Paco León hace a su madre, como una tragedia. Pero una tragedia a la que el director y guionista sabe sacar todo el partido humorístico. León convierte la tragedia en comedia negra, cínica, inteligente, costumbrista y natural, tan natural y espontánea como esa Carmina Barrios que gana enteros como actriz en esta nueva entrega.


“Carmina y Amén” viene a ser la hermana bonita de su predecesora. O quizá la hermana mayor, madura, reposada. En todos los sentidos es mejor que aquélla. León demuestra una mejor mano en la dirección, en los diálogos, en la interacción de personajes, en el montaje -excelente la escena del entierro-, en el uso de la música y en el equilibrio entre comedia y drama, y acierta en ofrecer mayor protagonismo a una interesante galería de personajes de extrarradio, verdaderos supervivientes de esa España machacada por la crisis, por los Bárcenas y los escándalos políticos, interpretados por actores convincentes y naturales –formidable la inclusión de Yolanda Ramos en el film-.


León amplía el universo cinematográfico de la anterior película a la vez que limita la acción prácticamente a un escenario y una situación que desencadena la trama. Pero sobre todo nos regala un aparente punto y final –o punto y seguido si él quiere- en el merecido homenaje a su madre, esperemos que para explorar otros terrenos como realizador y no encasillarse con un solo personaje. Sin embargo, antes de decir adiós a su creación, nos enseña que aunque la muerte te siga los talones, aún hay tiempo para vivir y una última canita al aire. Es la enseñanza de doña Carmina, y lo que ella dice y hace va a misa. Amén.

A favor: cómo León mejora y amplía el universo cinematográfico de su predecesora, aunque limite la acción a un espacio cerrado; los actores, sus personajes y su espontaneidad
En contra: que aparentemente éste sea el punto y final de la saga

Calificación ****

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