Adivina quién viene a quedarse en
casa
Es inevitable pensar en
el díptico de Richard Linklater formado por “Antes del amanecer” y “Antes del
atardecer” al escuchar las circunstancias que rodean a “Dos días en Nueva York”.
Además de contar con su misma actriz protagonista y guionista –al menos de su
segunda entrega-, en ambas se siguen los vaivenes sentimentales y personales de
un personaje, mientras se habla de sexo, amor, familia y diferencias
culturales.
No obstante, mientras
la obra de Linklater retrata el paso del tiempo en una relación sentimental
destinada a ser eternamente episódica, en el intento de Julie Delpy de seguir
las andanzas de Marion no hay más que choque cultural entre neoyorquinos
neuróticos allenianos y franceses exageradamente
liberales. La fórmula funcionó en la fresca “Dos días en París”, pero no acaba
de cuajar en la que nos ocupa, no encontrando el perfecto equilibrio entre la
búsqueda del gag –sus puntos de humor funcionan de manera aislada, eso sí- y
los múltiples temas que intenta aglutinar. Y encima echamos de menos a Adam
Goldberg, sustituido por un Chris Rock correcto y comedido, pero no destacable.
Lo que queda es una
comedia afable de situación, que se digiere tan fácilmente como se excreta,
surgida de la mano de una realizadora que ha aprendido de los grandes maestros
con los que ha trabajado, pero que acaba teniendo un toque indie nada personal. Una especie de “Adivina quién viene a cenar
esta noche” repleto de clichés varios y recurrentes que jalonan un metraje
excesivo pese a su aparentemente corta duración, ensimismado e incapaz de
empatizar con el público.
Si hay que quedarse con
un momento, me quedo con la conversación entre Marion y el crítico de arte sobre
colocar su obra, que por cierto remite curiosamente a ese paso del tiempo en
las relaciones que retratase Linklater, al mismo nivel que los grandes. “Me
gusta más el tema que la ejecución”. Este momento resume perfectamente la
película.
A
favor: la escena con el crítico de arte, y que se digiere
tan rápidamente como se olvida
En
contra: su ensimismamiento y su falta de balance entre
temática y humor
Calificación: **
No hay comentarios:
Publicar un comentario