Gracias
a cineastas como él, surgidos tras la desolación moral en la que se sumió Japón
tras la Segunda Guerra Mundial, se fundó la idea que el público occidental
tiene del cine asiático. Sus temas abordaban el sexo, el deseo, la violencia,
el sadomasoquismo… pero también una importante dosis de realidad.
Nagisa Ôshima se formó
en la televisión durante las dos décadas siguientes al fin de la guerra como
realizador de documentales, que intercalaba con pinitos en el cine. Casi
siempre guionista de sus trabajos, no fue hasta los 70 que brindó algunas de
sus mejores obras, como “Murió después de la guerra”, El imperio de la pasión”,
que le valió el premio a mejor director en Cannes –optó a la Palma de Oro en
cuatro ocasiones- y, sobre todo, sus dos
películas más célebres, “Feliz Navidad, Mr. Lawrence” y la cinta de culto “El
imperio de los sentidos”, film tremendamente polémico por su tórrido contenido.
Se mantuvo apartado de la gran pantalla durante más de 15 años y volvió en 1999
con “Gohatto”, también candidata a la Palma de Oro y rodada cuando ya se
encontraba en silla de ruedas.
El realizador japonés
ha fallecido a los 80 años de edad a causa de una neumonía dejando un
importante legado de más de medio centenar de trabajos, muchos de ellos en el
ámbito documental y en formato televisivo. Descanse en paz, maestro.
2 comentarios:
Para mi Oshima siempre será "Koshikei" antes que cualquier otra obra suya, pero deja el saco , sobre todo el de los 60, repleto de buen cine. Descanse en paz.
Saludos
Roy
Desgraciadamente, solamente conozco y he visto sus obras más célebres. Es triste que haya tenido que irse para que me preocupe en buscar su filmografía. Apunto Koshikei. Muchas gracias Roy.
Publicar un comentario