Pertenecía
a una vasta familia de artistas, siempre ligada a ese denostado arte –denostado
para la generación actual de la sobreinformación- que es el circo. Hijo de
payaso y bailarina acróbata, sobrino de payasos, hermano de payasos… Gracias a
él, el término payaso alcanzó su esplendor y dignificó una palabra en muchas
ocasiones mal usada para el ridículo ajeno.
Emilio Aragón, más
conocido como “Miliki”, ha fallecido hoy a los 83 años de edad, dejando tras de
sí toda una vida dedicada al espectáculo. Ya de muy joven, en los años 30, se
unió a sus hermanos para formar el trío Gaby, Fofó y Miliki, manteniéndose
durante muchas temporadas con éxito en Madrid. Pero su fama alcanzó el status
de fenómeno sociológico cuando en los años 70 entró a trabajar, junto a sus
hermanos, en el programa de TVE “El gran circo de TVE”, pasando el trío a
denominarse Los payasos de la tele. Diez años duró el programa. En 1983 fue
retirado de la parrilla, y pocos años después formaría parte de otro tándem
mítico junto a su hija Rita Irasema, con la que grabó varios discos, organizó
diversos espectáculos, escribió cuentos infantiles y con la que vuelve a la
televisión pasando prácticamente por todos los canales privados. En total
publicó más de una treintena de libros y discos de enorme éxito.
Cómo no, también
trabajó en el cine. Aprovechó la popularidad del trío que formaba junto a sus
hermanos y juntos protagonizaron “Los padrinos”, “Tres bárbaros en un jeep” o
la célebre “Había una vez un circo”. Apenas diez títulos como actor en cine, el
último de los cuales vino de la mano de su hijo Emilio Aragón en 2010 en “Pájaros
de papel”, en cuya banda sonora también participó.
Ganó dos Grammy Latino,
fue dos veces Disco de Oro, una Disco de Platino y Multiplatino y se llevó el
Premio Amigo, el Premio ATV y la Medalla de Oro de las Bellas Artes. Todo un
maestro que dibujó una sonrisa en la cara a varias generaciones de españoles en
tiempos muy difíciles para nuestro país. Gracias.
1 comentario:
Que descanse en paz. Siempre tuve la sensación de que este señor era buena persona. Llevó la alegría y la risa a multitud de niños.
Hasta siempre Miliki.
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